2- La poesía de John Donne (1572-1631)
Era bien conocida la pasión de
R. Oppenheimer por la poesía; de hecho, de jóven había querido ser poeta. Tomó el nombre del primer ensayo atómico, Trinity, de dos “sonetos sagrados” del poeta metafísico
John Donne.
Sobre Donne, nos dice la Wiki:
Citar:
John Donne (1572- 31 de marzo de 1631) fue el más importante poeta metafísico inglés de las épocas de la reina Isabel I (Elizabeth I) (1559-1603), el rey Jaime I (James I) (1603-1625) y su hijo Carlos I (Charles I) (1625-1642). La poesía metafísica es más o menos el equivalente a la poesía conceptista del Siglo de Oro español de la que es contemporánea. Su obra incluye: poesía amorosa, religiosa, traducciones, epigramas, elegías según la tradición de imitación de los Amores de Ovidio (es decir, en realidad son poemas de amor), canciones y sermones en prosa.
A John Donne se le considera un maestro del "concepto" (conceit), que combina un objeto (la imagen) y una idea (el significado) formando así una metáfora, generalmente estableciendo una relación sorprendente por lo extraña y a veces peregrina entre ambos elementos. En muchos de sus textos, los conceptos están encadenados unos con otros dando lugar así a lo que normalmente se denomina "concepto extendido" (extended conceit) Al contrario de las metáforas de otros poetas isabelinos, atados al estilo de Petrarca, que de forma monótona repiten las metáforas petrarquistas (como la rosa por el rubor de las mejillas, las perlas por los dientes, los lirios o la nieve por la blancura de la piel o los hilos de oro por los cabellos), las metáforas usadas por los poetas metafísicos logran una mayor profundidad al relacionar objetos completamente distintos con ideas también nuevas. Un ejemplo famoso puede sacarse de A Valediction: Forbidding Mourning, donde Donne expresa la separación de dos amantes con la imagen de las patas de un compás. Su poesía también muestra una gran predisposición por la experimentación métrica.
La poesía de Donne se caracteriza por su notable ingenio, el responsable de los conceptos novedosos, las paradojas, juegos de palabras y sutiles y brillantes analogías. Sus poemas suelen ser irónicos y cínicos, sobre todo cuando trata los motivos del hombre y el amor en los poemas presuntamente escritos en sus años de juventud. Temas comunes en sus poemas son el amor verdadero que une a los amantes fieles, la muerte (especialmente en su juventud y tras morir su esposa) y la religión.
En una carta de 1962 al General
Leslie Groves, Oppenheimer cita un verso de Donne que tenía en mente durante los últimos días del proyecto:
“As West and East
In all flat maps (and I am one) are one
So death doth touch the Resurrection” “Tal como el Oeste y el Este
Son uno (y yo soy uno) en todos los planisferios
Así la muerte se toca con la Resurrección”
Impresiona recordar que la bomba atómica fue lanzada sobre Japón, cerca de la frontera en la cual el Este y el Oeste se encuentran.
En la misma carta, Oppenheimer explica que el nombre “
Trinity” se inspiraba directamente en el soneto que comienza con el verso “
Batter my heart”. En el, Donne se autoretrata como una ciudad tomada por el diablo, y pide a Dios que la conquiste.
“Batter my heart, three person’d God
For you as yet
But knock, breathe, shine, and seek to mend;
That I may rise, and stand,
O’erthrow me, and bend your force,
To break, blow, burn, and make me new.”
La decisión de Oppenheimer de denominar al primer test como “el Dios en tres Personas” explica su modo de ver la bomba: como una fuerza destructora pero creativa que podía salvar a los enemigos mediante su conquista, aniquilando el viejo mundo para hacer camino para un mundo nuevo. John Adams utiliza el soneto entero para el aria de Oppenheimer.
Siddharta en su estupenda presentación de su obra del año (a la que debo mi cuelgue con Doctor Atomic, y por lo que estoy agradecidísima), nos contaba mucho mas, y mejor contado, así que ahora que no mira, vamos a citarlo:
Siddharta escribió:
En la audición de un poco más arriba dispuse el texto con las separaciones propias de un soneto, en concreto el XIV Holy Sonnet. El texto de Donne es apasionante, lleno de polisemias (no en vano se suele clasificar a Donne dentro de la corriente de los poetas metafísicos) que endiablan, nunca mejor dicho, la traducción. El soneto como tal puede leerse desde dos grandes ángulos, aunque por supuesto admite muchos más. De un lado sugiere la imagen de la Ciudad (asimilada a la mujer y lo carnal) asediada, al comienzo del segundo cuarteto, lo que permite entender la primera serie de verbos del primer cuarteto (knock, breathe, shine y seek to mend) como una seducción suave, y la segunda como un imperativo del uso de la fuerza, casi sexual. Así se entiende el primer terceto y la violenta imagen final con enthrall (encadenar) y ravish (tomar por la fuerza). Por otro lado, esas dos series de verbos opuestos (v.2 y v.4) de las que hablábamos pueden leerse como un símil referente al metal: golpea, empaña, saca brillo y trata de corregir (pulir, malear, abrillantar un trozo de metal deformado y sucio); y posteriormente reducir a esquirlas (break, aún más explícitamente el batter del comienzo), avivar el fuego (blow), fundir (burn) y hacer de nuevo. Afortunadamente no hay que elegir, ya que la palabra que inicia el poema, batter, significa tanto llamar a la puerta como destrozar. En la traducción, como es lógico, sí he tenido que elegir, aunque he tratado de mantener la ambigüedad y la capacidad de evocación de algunas de las palabras.
En todo caso, el poema se construye sobre ese juego evocador de metáforas y sobre las arenas movedizas de la paradoja. La violencia que la voz del poema pide al principio no logra solucionar la contradicción básica. Estoy consagrado a otros, a tu enemigo, pero quiero amarte; la razón, que cumple dentro de mí tus funciones (que es tu virrey, tu doble en mí), no puede ayudarme, porque es débil o, lo que es aún más sugerente, porque me ha traicionado. Hasta llegar a las dos paradojas que cierran como una explosión el soneto.
Transplantadas todas estas ideas al final del I Acto de Doctor Atomic (Sellars no toca ni una coma del soneto), la fuerza que ganan las palabras de Donne ante esta renovada perspectiva es brutal. Oppenheimer, director de las pruebas científicas destinadas en Los Alamos a diseñar la primera bomba atómica, se encuentra solo en escena. Las pruebas van bien, pero nadie sabe el poder que desatará la inminente prueba de la bomba, el mal tiempo parece hacerles peligrar a todos. A Oppenheimer, que se ha mostrado firme a lo largo del acto ante las dudas morales y políticas de muchos de sus colaboradores, le asaltan las dudas. La Razón está capturada y se revela débil o traidora. Oppenheimer está solo, absolutamente solo, pidiendo que Dios le invada por la fuerza, justifique sus actos, acabe con el vértigo. El vértigo de subvertir la naturaleza, de quebrar los límites... de acabar con Dios.
Sonetos sacros: XIV
Batid mi corazón Dios de tres personas pues Vos
aún golpeáis, respiráis, brilláis, y buscáis reparar.
Para que me levante y yerga debéis derribarme y usar
la fuerza para quebrar, soplar, quemar y hacerme renacida.
Cual ciudadela usurpada, a otro debida
porfío en admitiros, pero, ay, sin resultado.
La Razón, virrey vuestro en mí, a mi defensa obligado,
está cautiva y prueba ser débil o fementida.
Mas os amo caramente y ser amada quisiera de veras,
pero prometida estoy a vuestro enemigo.
Divorciadme, desatad o romped el nudo de nuevas,
llevadme con Vos, apresadme, pues digo:
a menos que por Vos subyugada, nunca seré liberada,
ni nunca casta a menos que por Vos forzada.