Yo no tengo una anectoda operistica propiamente sino varios comentarios que recuerdo de una amiga mía en una función que fuimos con otros amigos a ver Turandot del Festival Internacional Tamaulipas del 2006. Durante la ópera que nos impresiono mucho de todos modos surgieron algunos detalles interesantes:
1. Todos odiaron a Calaf y Turandot, sintieron mal el final y sintieron a Liu y el trío comico Ping-Pang-Pong lo mejor de la historia
2. Excelsa regia escenografica, salvo por unos cofres llenos de joyas muy evidentemente falsos hechos de hielo seco y papel mache, en contraste con unos geniales braseros de cobre chinos al estilo Shang en la escena de los ministros (Mi amiga comentó sentirse transportada al escenario de la antigua serie cómica del Chavo del 8 con Chespirito)
3. Timur no se oia bien, y tenia un traje de indigente y peluca mas falsa que no dejaban mucha evidencia cómo él podia ser un coprimario importante (Siento que fuera de Ghiaurov, muchos tratan muy mal este rol de lo que debieran hacer )
4. Nos impresionó el coro y el silencioso Pu-Tin-Pao
5. Lo mejor fue el emperador, buen interprete y caracterización, sin embargo lo mejor fueron los recuerdos que incitó a mi amiga, superfan de las historias de Harry Potter: "Dumbledore esta vivo!!!! "Las maravillas de la magia" (Desde entonces el rol del emperador siempre lo recuerdo con ese personaje, una sensación tanto cómica como épica )

No es una anécdota histórica, sino una experiencia personal. Tengo que decir como introducción que poseo un "don especial" para escoger butacas adyacentes a quienes acostumbran, en plena representación, a abrir ruidosos envoltorios de caramelos, a toser como si les fuese la vida en ello, a dejarse el móvil encendido.... Pero el colmo (no debiera decir esto porque siempre puede haber algo que lo supere) lo he sufrido en una representación de Il Trovatore en Oviedo (con todos mi respetos al público de Oviedo) en el que estoicamente tuve que soportar a dos señoras "cotilleando" lo que iba ocurriendo en escena al mas puro estilo televisivo. Era evidente que desconocían el argumento. Será la edad, pero cada vez en mas representaciones se me viene a la cabeza la idea de patentar unas trampillas bajo las butacas que permitan hacer desaparecer a sus ocupantes.

Una anecdota:

En la ultima Maddalena que cantò la soprano Zinka Kunc (que se puso el apellido Milanov despues) dicen que se hizo traer de Paris el vestido que habìa usado Maria Antonietta y un crìtico le escribiò que le quedaba demasiado nuevo pra su voz.

(En realidad Zinka Milanov siempre tuvo voz de vieja y de gallina, entra entre las sopranos gallinaseas, siempre fue asì)

y la otra leyenda de ella, dicen estudiaba de noche y en el living de su departamento volaban los murcielagos y tenìa todas las partituras comidas por los ratones y cuando se retirò quiso vender su piano y tuvo que llamar para que se lo llevaran de su departamento porque estaba desafinado.

El duo final de Andrea Chenier siempre lo tuvo que bajar medio tono .Ese duo en vivo es bajado medio tono por los tenores muchas veces, por ejemplo Placido Domingo siempre lo bajò y Del Monaco en vivo siempre lo bajò (en su funciòn con Callas en 1955 y con Milanov en 1954 y con Tebaldi en Tokyo en 1961 , etc) , Del Monaco solo lo cantò en el tono original en la versiòn de Decca con Gavazzeni , Tebaldi y Bastianini en 1957.

Pero tenores como Richard Tucker o Corelli nuca lo bajaron el duo en vivo, sin embargo Tucker lo tuvo que bajar en los 2 broadcasts que tiene con Zinka Milanov

Se ve que le tiene cariño a Mme. Milanov

Esta es muy comentada del Gran Caruso.
Viviendo Enrico Caruso en los EEUU, cuando ya la mayor parte de Europa estaba en guerra, recibió la visita de cinco compatriotas.
Señor Caruso ,le dijeron, nosotros dejamos América y vamos a Italia a combatir. En el teatro donde usted actúa, jamás hemos podido poner los pies. Somos pobres.
¿ Y qué es lo que ustedes desean ? les preguntó amablemente el célebre tenor.
Vamos como decimos, a la guerra. Tal vez moriremos en ella. Pero antes quisiéramos sentir al gran Caruso. Hemos reunido doscientos dólares. Son pócos. poquísimos, más es todo lo que poseemos y desearíamos que por esa suma usted cante una canción, una sóla canción para nosotros.
A Caruso se le humedecieron los ojos. Un gran nudo oprimía su garganta de oro. Cuando se recobró lo suficiente como para poder hablar, les dijo:
¿ Una canción ? ¡ Todas la que ustedes quieran ! Y esos doscientos dólares llévenselos a vuestras madres.
Y Caruso cantó toda una noche para aquellos cinco compatriotas que iban a la guerra, y lo hizo con todo el ardor y sentimiento de que era capaz.
La no menos comentada de la otra gran diva histórica: Callas.
Churchill era un asiduo de las fiestas que celebraba Onassis en su Yate y en una ocasión , en que estaban reunidos en aquel yate a la luz de la luna , le solicitó a Maria Callas que les cantase algo y Doña María se negó a concederle aquel placer al ínclito ex-presidente británico.

Un amigo mío siempre cuenta esta historia:

No sé qué tenor cantó algo desplazado el si bemol final en "un trono vicino al Sooooool".
Alguien del público se levantó y le espetó " ¡ Un trono vicino al Si Bemol, sinvergüenza ! "

Hay un vídeo de Raimondi haciendo eso mismo con La Calunnia. Pobres damas de la primera fila:
http://www.youtube.com/watch?v=s0WbgTOUQlY

Normal. Cuando Onassis les presentó, el Sr. Churchill no tuvo a bien levantarse de su sillón. Eso a Callas le sentó bastante mal.

Mi historia favorita de Callas, aunque no es del todo operística, es la frase que le soltó a Jackie Kennedy por teléfono. Era algo así como: "mira rica, tú con tu Kennedy y ahora con Onassis siempre estarás destinada a reflejar el brillo de otros. Pero yo brillo con luz propia". Grande, grande.

Hasta que Knappertsbusch se enteró, montó en colera y se la lió parda a Wieland. Menos mal que la pasión de Kna por Parsifal era basoluta.