El dia 16 de diciembre a las 19:30, dentro del IV Ciclo Sinfónico de Cajamadrid, al frente de la Orchestra of the Age of Enlightenment e interpretando las sinfonías 2ª y 4ª de Schumann y una Obertura de Berlioz (Rey Lear). Una buena ocasión de ver dirigir a Sir Simon (había puesto don Simon, pero queda un poco raro, vinopeleonero diría yo) con una buena orquesta y dentro de un ciclo bastante interesante. Los abonos están a la venta por los cauces habituales, y las entradas sueltas, si las hubiese (está casi todo vendido con abonos) a partir del 21 de octubre. Dejo enlace a la información del ciclo completo, si alguien se anima nos veremos por allí.
http://www.fundacioncajamadrid.es

Bueno, aprovecho este mismo post para comentar mis impresiones del concierto de ayer, aunque se pueden resumir en una sola palabra: maravilloso. Para la presentación de Rattle en el Auditorio, la Orchestra of The Age of Enlightenment y una obertura de Berlioz (Rey Lear) y dos Sinfonías de Schumann (números 2 y 4). Estas orquestas autogestionadas, muy de músicos, son una fórmula muy interesante. En el caso de la ayer, tiene como directores principales a Fisher, Jurowski (qué gran director joven) y Rattle, y como directores eméritos a Brüggen, Norrington y Mackerras: la nómina se comenta sola. Ya había tenido la suerte de escucharles en vivo, con Leonhardt (otro pequeño nombre sin importancia) y obras de Purcell en el programa, y como en el concierto de ayer, me impresionó su sonido claro y homogéneo, preciso y brillante, de una elegancia sencilla y natural. Y de Sir Simon, qué decir, yo idolatro a este director desde que hizo aquella extraordinaria serie de documentales sobre la música del siglo XX para la BBC, que considero de obligado conocimiento para todo el que sienta curiosidad e interés por la música de este período, cuando aún era el entusiasta director de la periférica Orquesta de Birmingham. Hoy, heredero de Karajan y Abbado, no ha perdido ese entusiasmo un poco cándido, esa felicidad cuasi angelical, que es capaz de transmitir desde que se sube al podio y comienza a sonar la música, y que ayér derramó en Madrid con generosidad. El cetro está en las manos de un rey bondadoso. Que le dure muchos años. Y que nos visite con más frecuencia.

Gracias por la crónica, Domingo, quién hubiera estado allí ¿Podrías darme alguna referencia más concreta sobre esos DVDs del siglo XX?

Lo mismo digo. Y gracias también por la crónica.

Yo también estuve en el concierto, aunque no te ví, Domingo. Y tengo que confesar que Rattle, con el que esperaba entusiasmarme, no llegó a conmoverme.

Probablemente la culpa es mía y no del concierto. Y en primerísimo lugar porque el Schumann sinfónico me parece bastante cognacín. Y en particular la Segunda un rollo larguíiiisimo.

Entendámonos: fue un gran concierto y es un gran director, pero aún admitiendo una maravillosa claridad de lectura y hasta momentos sublimes (especialmente en el cuarto movimiento de la Cuarta o el tercero de la Segunda -o incluso una lectura espectacular de la obertura de Berlioz que no había oído nunca-) no llegó a transmitirme emoción. Sin duda, ya digo, problema mío, porque naturalmente la respuesta del público fue entusiasta, y Vela del Campo dice que "Evidentemente... Rattle enamora". Bueno, pues a mí no. Y lo siento, claro, porque no todos los días tiene uno oportunidad de escuchar al

Lo siento, Domingo, yo no percibí anteanoche el magnetismo del primero ni la escalofriante transmisión del segundo. Aunque le reconozca a D. Simon (¿mejor así? ) grandes virtudes.

Dicho lo cual, no tengo elogios suficientes para una orquesta maravillosa que, evidentemente, se entiende a la perfección, pero a la perfección absoluta, con ese director. "Mi" triunfador de ese concierto fueron ellos, no él.

Eso sí, suscribo al cien por cien lo que dices:

Entre otras cosas para saber si lo de anteanoche fue un mal día mío o suyo...

El Adagio de la Segunda de Schumann es música grande.

No, si ya digo que el problema es mío, que soy un cenutrio. Pero a mí más que grande se me hace largo

Pues estos DVD's son una serie de 7 realizados creo que en el año 1996 bajo el título genérico de "Leaving Home. Orchestral Music in the 20th Century", y bajo los títulos particulares de "Dancing on a volcano" (parte del acorde de Tristán y su ruptura de las reglas de la tonalidad como génesis de una nueva visión, y describe como en la socialmente decadente pero culturalmente riquísima Viena de fines del siglo XIX comienzan a gestarse movimientos y tendencias que darán un sentido nuevo a la creación musical), "Rhythm" (a partir de ese "ataque a la yugular" que es la Consagración de la Primavera, analiza la nueva concepción del ritmo en la música orquestal), "Colours" (partiendo de la música de Debussy, analiza como bajo la influencia de movimientos pictóricos y poéticos finiseculares, la creación musical profundiza en la expresión del color), "Three Journeys Through Dark Landscapes" (es quizá mi episodio preferido, a través de la peripecia vital y artística de Bartok, Shostakovich y Lutoslawski muestra las dificultades de los creadores bajo sistemas totalitarios), "The American Way" (el siglo XX, un siglo americano en muchos sentidos, es analizado también desde las creaciones de Gershwin, Ives, Carter, Cage o Adams, destacando por un lado la influencia de músicas populares como el jazz y por otro la de los europeos emigrados), "After the Wake" (en este capítulo confronta las figuras y las obras de Strauss y Schoenberg como personalidades determinantes en la primera mitad del siglo, y los pone en relación con la generación de la postguerra mundial, representada por Boulez y Stockhausen), y "Threads" (en este capítulo final analiza las experiencias y las creaciones individuales de músicos como Turnage, Berio, Henze, Knussen o Gubaidulina, en los que destaca quizá el individualismo y también la libertad para explorar nuevos territorios).
Los emitieron en Canal + hace bastantes años, y de verdad que merecen la pena, me parecen muy didácticos, muy bien narrados y a la vez muy entretenidos. Creo que están editados por Arthaus Musik.

[quote="WAM"]Yo también estuve en el concierto, aunque no te ví, Domingo. Y tengo que confesar que Rattle, con el que esperaba entusiasmarme, no llegó a conmoverme.

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Vaya, no sabía que ibas, pues mira, eso fue lo peor del concierto, perder la oportunidad de saludarte otra vez. No sé si tienes abono para el resto del ciclo, si es así, dímelo y nos vemos en el próximo concierto.
Siento que no disfrutaras tanto como yo, pero esto es así, no creo que nadie deba justificar por qué disfruta con algo o por qué no lo hace. Yo reconozco que con Rattle ya voy entregado (con Abbado, también), me resulta enormemente simpático y su forma de dirigir, que entiendo sencilla y participativa (y esto creo que es importante cuando se está al frente de formaciones en las que el peso y la influencia de los músicos es tan determinante: quizá esa sería una idea a tener en cuenta en orquestas como las del Real, dar a los músicos responsabilidad, participación en las decisiones, como una manera de lograr una mayor implicación y evitar pasotismos y actitudes autistas y funcionariales; ¿alguien habrá preguntado a los músicos de la Sinfónica de Madrid qué piensan con respecto a la contratación de un nuevo Director Músical?. Pero ese es otro tema) hace que me sienta implicado. Pero esto es absolutamente subjetivo (lo propio de mi condición de sujeto: si fuese un objeto sería objetivo). Con respecto a la elección del programa, bueno, yo hubiese elegido quizá otras obras, pero estas tenían el atractivo de lo infrecuente y quizá fue un punto de interés añadido.
¡Ah!, y lo de Sir Simon obedece a dos razones: que lo de Don Simón no acabo yo de verlo por motivos obvios; y que el título honorífico de Sir, hasta donde yo sé, no tiene traducción al español. Si la hubiera, úsese, yo también la prefiero .

Gracias Domingo, parecen interesantísimos. Lo malo es que por ahora están muy caros... habrá que esperar, pero algún día los veré.

Yo también estuve en el concierto, y a mí la Segunda de Schumann me pareció una maravilla, de detalles, de energía, de luz. Creo que cualquiera que firme una versión así merece que lo llamen un gran director. Pocas veces se ven hoy directores tan atentos con su gesto a cada una de las líneas, y de los detalles, por pequeños que sean; demostrando, justamente eso: que dirigen. La sensación de dominio de la obra (hablo de la Segunda) fue total.

Me gustaron menos la Obertura del Rey Lear y la Cuarta de Schumann, quizá porque se hizo en su primera versión, que en mi opinión es inferior a la versión definitiva (bastaría de esta su maravillosa transición entre los movimientos tercero y cuarto para imponerla frente a la original). Berlioz me pareció claro y bien dicho, pero poco más; me parece del todo inadecuado tocarlo en orquestas de estas características, al menos es un compositor que para mi paladar se vuelve insípido cuando suena en interpretaciones de esas que llaman HIP... Basta escuchar a otro Sir, Colin Davis, en cualquiera de sus dos grabaciones oficiales de esta obertura, con Londres o Dresde, para medir exactamente todo lo que pierde el moderno Berlioz envuelto en estos disfraces historicistas.