Hace ya varios meses que Hoodwood y yo tenemos pendiente una conversación sobre una de las obras que han marcado a fuego la música del siglo XX: la sinfonía
Turangalîla, de Olivier Messiaen.
Sin descartar que continuemos el debate en algún amable parque bajo una acogedora sombra, podemos iniciarlo aquí. Además, así podemos contar con la aportación de los foreros que estén interesados en el tema ( si existe alguno además de nosotros dos, claro
). Incluso podríamos inaugurar un apartado de "la obra no operística del mes”. Es broma, jajaja
Para abrir el asunto, aporto una pequeña introducción sobre Messiaen y su obra, antes de entrar en materia con la sinfonía en sí. En casa de Idi, se encuentra la versión de Salonen si alguien desea escucharla por primera vez.
Espero con interés esa ópera del mes sobre “San Francisco de Asís” que en algún momento Hormiga o MarttiT se decidirán a compartir con nosotros.
Olivier Messiaen
nacido en Avignon, 10 Diciembre 1908
Fallecido en Clichy, 27 Abril 1992
Hijo de un profesor de literatura y una poetisa, Messiaen entró en el conservatorio a los 11 años. Allí pasó una década, estudiando órgano y composición. A los 22 años de edad, obtuvo el puesto de organista en la iglesia de La Trinité, donde estuvo más de cuarenta años. A partir de 1947 enseñó también música en París, donde fue maestro de Boulez y Stockhausen, entre otros. Era un hombre de profundas creencias, católicas en su caso, que también se traducen en su obra, con gran presencia de temática religiosa.
En 1944 publica una obra teórica de gran interés, "Technique de mon langage musical", cuya lectura recomiendo encarecidamente ( si bien no es una obra fácil, al menos para mí; he sido incapaz de leerla entera de principio a fin, aunque no he perdido la esperanza de hacerlo algún día ).
En esta obra Messiaen, un gran admirador de Debussy, identifica su propio estilo basado en lo que denomina “modos de transposición limitada”. Usa la escala cromática dividiendo las 12 notas en grupos simétricos. Por transposiciones ( subir o bajar un semitono ) van variando los modos, hasta volver al modo inicial. Los modos se pueden aplicar a la armonía, la melodía,…El primer modo identificado por Messiaen, con 6 grupos de 2 notas, surge directamente de su admiración por Debussy, en cuya música se encuentra a menudo. Este sistema permitió a Messiaen prescindir del sistema tonal tradicional, sin necesidad de emplear por ello las técnicas dodecafonistas.
Otro concepto fundamental para él son los “ritmos no retrogradables”, que me confieso incapaz de explicar con claridad, así que dejaré hablar al propio Messiaen: “imaginemos un ritmo a nuestra izquierda y a nuestra derecha, una imagen especular exacta. En el centro, la combinación de ambos ritmos produce un ritmo constante”.
Además Messiaen integra muchas más influencias en su amplia obra: el canto de los pájaros, la música hindú, el gamelán indonesio, el canto gregoriano,… Incluso experimentó con el serialismo durante una breve etapa ( hasta hay una serie dodecafónica oculta en
Turangalila ). Estaba muy interesado en los aspectos rítmicos y tímbricos, de especial relevancia en
Turangalila. Por ejemplo, con el famoso instrumento conocido como Ondas Martenot.
Este instrumento consta básicamente de teclado, altavoz y generador de frecuencias. Cuando se pulsa una tecla, se produce un sónido monofónico, pero es capaz de generar efectos de
glissandi extraordinarios.
Obras más interesantes ( en mi opinión, claro está ):
1933
L'Ascension, para órgano
1941
Quatuor pour la fin du temps, para violin, clarinete, violonchelo y piano. Escrita en un campo de concentración alemán en Polonia.
1944
Vingt regards sur l'enfant Jésus, para piano
1947
Turangalila, sinfonía para orquesta, piano y Ondas Martenot
1953
Reveil des oiseaux, para piano y orquesta
1965
La Transfiguration de notre Seigneur Jésus-Christ, para coro y orquesta
1970-74
Des canyons aux etoiles, para piano, trompa y orquesta
1974-83
Saint Francois d'Assise, ópera
Turangalila
El nombre de la sinfonía viene del sánscrito, de las palabras turanga y lila, y significa algo así como “himno de amor” o “himno de alegría”; al menos eso decía Messiaen y mis conocimientos de sánscrito no me permiten confirmar o desmentir su traducción
. De ahí la pequeña broma que hacíamos sobre el “Himno a la Alegría” del siglo XX.
Los instrumentos previstos por Messiaen para Turangalila son:
1 piccolo, 2 flautas, 2 oboes, 1 corno inglés , 2 clarinetes,1 clarinete bajo, 3 fagots, 4 trompas, 5 trompetas, 3 trombones, 1 tuba, 1 piano, 1 celesta, 5 percusionistas y las cuerdas(violines, violas, violonchelos y contrabajos ), además del Martenot
Consta de 10 movimientos, a saber:
1. Turangalila-Symphonie: I. Introduction - Modere, un peu vif
2. Turangalila-Symphonie: II: Chant d'amour 1 - Modere, lourd
3. Turangalila-Symphonie: III. Turangalila 1 - Presque lent, reveur
4. Turangalila-Symphonie: IV. Chant d'amour 2 - Bien modere
5. Turangalila-Symphonie: V. Joie du sang des etoiles - Vif, passionne, avec joie
6. Turangalila-Symphonie: VI. Jardin du sommeil d'amour - Tres modere, tres tendre
7. Turangalila-Symphonie: VII. Turangalila 2 - Un peu vif - Bien modere
8. Turangalila-Symphonie: VIII. Diveloppement de l'amour - Bien modere
9. Turangalila-Symphonie: IX. Turangalila 3 - Bien modere
10. Turangalila-Symphonie: X. Final - Modere, presque vif, avec une grande joie
La duración de Turangalila es cercana a los 80 minutos. En una obra tan larga, podemos encontrar desde momentos de una dulzura casi celestial hasta pasajes de gran fuerza y agresividad. Reconociendo que presenta armonías extraordinarias e invenciones melódicas muy notables ( hay temas silbables y todo, algunos de ellos actuando como leit-motifs; y el ingenio con que usa el contrapunto es admirable ), el gran tesoro de Turangalila para mí es su invención rítmica casi inagotable y la orquestación donde pasamos de momentos que literalmente envuelven al oyente en un universo que parece estar compuesto únicamente de música y volumen, a otros de una sutileza y tranquilidad que te transportan a algo muy parecido al jardín de las delicias.
Especialmente, claro, en el movimiento “Jardin du sommeil d’amour”, que además llega justo después de la dinámica tocata “Joie du sang des étoiles”, que reclama una vitalidad tremenda de la orquesta, terminando en un acorde sostenido por el Martenot que es uno de los momentos que más me emocionan en toda la música que he escuchado.
Los dos chant d’amour son también piezas notabílisimas, especialmente el primero. El resto de la obra, sin alcanzar las alturas celestiales de las que hemos hablado, es de una gran calidad. Por poner un pequeño pero, el final de la obra no alcanza a transmitir la intensidad de las emociones a que hemos estado sometidos durante más de una hora, y salvo que se ejecute con gran precisión tiende a funcionar como anticlimax, dejando un poco la sensación de “anda, ¿ pero esto termina así ?”.
Existen varias grabaciones de Turangalila, las tres que obran en mi poder, y que recomiendo además sin reservas, son:
Olivier MESSIAEN (1908-1992)
Turangalîla (1946-8) [76:59]
Yvonne Loriod (piano); Jeanne Loriod (ondas martenot);
Toronto Symphony Orchestra/Seiji Ozawa
Diciembre 1967 ADD
Se trata de una de las primeras grabaciones de la obra. Al piano, la mujer de Messiaen y a las ondas Martenot, su cuñada. En muchos sentidos, sea tal vez la más interesante, aunque la calidad de sonido dista mucho de ser la mejor.
Olivier MESSIAEN (1908-1992)
Turangalîla (1946-8) [78:31]
Yvonne Loriod (piano); Jeanne Loriod (ondas martenot);
Bastille Opéra orchestre/Seiji Ozawa
Octubre 1991 DDD
Otra vez con las hermanas Loriod y una revisión hecha el año anterior por Messiaen. La otra versión de referencia. A mí me desilusionó un poco, sobre todo desde el sexto movimiento hasta el final. Una lectura formalmente impecable, pero un tanto blandengue y premiosa. El sonido, esta vez es perfecto.
Olivier MESSIAEN (1908-1992)
Turangalîla (1946-8) [75:55]
Paul Crossley(piano); Tristan Murall (ondas martenot);
Philarmonia Orchestra/Esa-Pekka Salonen
Enero 2003 DDD
Mi favorita. Aunque advierto que es una visión hetedoroxa y las otras dos son las versiones de “referencia”. La atmósfera que consigue crear Salonen con su orquesta creo que es la más apropiada para la obra.