Una estupenda grabación, ésa del "Barberillo". También figura entre mis preferidas.
Lo que voy a poner a continuación es un dúo entre un barítono y un bajo (o bajo-barítono), perteneciente a "La dogaresa", de Millán.
Nos dice la magnífica página de zarzuela webcindario que esta obra se estrenó el 17 de septiembre de 1920 en el Teatro Tívoli de Barcelona, con Emilio Sagi-Barba en el papel de Miccone. Sagi-Barba prestó un gran apoyo a esta obra, y su "sucesor", Marcos Redondo, la paseó por toda España, incluido Madrid, adonde no llegó ¡hasta 1945!
Emilio Sagi-BarbaRedondo se pregunta en sus Memorias: "¿Por qué las obras del maestro Millán no gustaban en Madrid? Es algo que nunca se sabrá. Y esto es hasta tal punto cierto, que en 1945, cuando me disponía a hacer la temporada en el teatro Madrid, la empresa puso una sola condición: retirar del repertorio LA DOGARESA. Me negué en redondo. O se incluía esa zarzuela o rescindía el contrato. Y la empresa tuvo que claudicar. Estrené la obra, y fue todo un éxito. Y a la tercera representación se le hizo un sentido homenaje al autor. Todavía me parece recordarlo en su sillón de ruedas, porque estaba paralítico, llorando de emoción en el palco. La verdad es que todos hicimos cuanto sabíamos y más en aquella famosa DOGARESA”.
El dúo de Miccone y Zabulón está más o menos hacia la mitad del primer acto. A él se llega después de una introducción coral en la que vemos un animado mercado en Venecia. Las gentes del pueblo murmuran porque hace tiempo que no saben nada de Paolo, el enamorado de Marietta. El problema es que Marietta también es objeto de deseo por parte del Dux, y éste es mucho enemigo para Paolo. No obstante, cuando el joven llega y se entera de que está prevista la boda entre el gobernante y Marietta, no se achanta y amenaza incluso con arrasar Venecia.
En ese momento es cuando aparecen Miccone, bufón del Dux, y Zabulón, un viejo comerciante judío. Miccone, aparentemente, maniobra a favor del Dux y en contra de Paolo para que el proyectado enlace se lleve a cabo. Pero resulta que él también tiene los ojos puestos en la chica aunque... sin esperanzas, pues es deforme y feo. (Sí, todo el mundo se acuerda de Rigoletto) Despiadado ante todo el mundo, su falta de escrúpulos no es más que una careta que se ha puesto para ocultar su frustración y desesperanza. Y su amor imposible.
Pero en el dúo, el astuto Zabulón demuestra que ha sondeado en su alma y que se ha dado cuenta de sus sentimientos.
Oigamos el dúo, interpretado por Manuel Ausensi y Antonio Campó.
DivShare File - La dogaresa_ Dúo de Miccone y Zabulón.mp3ZABULÓN
Inspiras risa así.
MICCONE
¿Que inspiro risa yo?
Sin duda este taimado
mi secreto descubrió.
ZABULÓN
Me burlo yo de ti.
MICCONE
De mí, quien se burló,
la vida, con sus risas,
en mis manos se dejó.
ZABULÓN
¿Por qué te exaltas tanto
cuando es buena mi intención?
Cuando es feo
no enciende deseo
ni inspira pasión.
MICCONE
Tu burla me hace daño,
viejo astuto y socarrón,
y me envenena
que no te dé pena
del pobre bufón.
ZABULÓN
Me río a mi pesar.
¡Ja, ja, ja, ja!
MICCONE
Pues teme que el juglar
no sepa contener
la cólera y la rabia
que agitando está su ser.
La indignación por esa burla
yo no sé vencer.
ZABULÓN
No gano nada con la risa
y ya serio estoy.
MICCONE
Si no te mofas de mi pena
ya tu amigo soy.
(Dejó su amor adivinar
este infeliz juglar)
Si una mujer nos enamora
su amor siempre alegra nuestra vida,
pues siempre quisiera el que la adora
cantar, reír, gozar.
Esa mujer ha conseguido
dichosa volver mi vida triste.
La luz de sus ojos soñadores
será el encanto de mis amores.
Mi amor por Marietta
mi vida tiene inquieta,
llena de celos de todo el que la mira,
del aire que respira.
Y hasta los cielos enloquecen
cuando sus ojos resplandecen.
Tal es mi historia.
Será completa mi gloria
si me ama Marietta.
MICCONE Y ZABULÓN
Si una mujer nos enamora
su amor siempre alegra nuestra vida,
pues siempre quisiera el que la adora
cantar, reír, gozar.
MICCONE
Esa mujer ha conseguido
dichosa volver mi vida triste.
La luz de sus ojos soñadores
será el alivio de mis dolores.Viéndose descubierto, Miccone le endilga un cuento chino a Zabulón: que actúa en pro de la boda porque así tendrá siempre cerca a Marietta.
Bueno, luego hay alguna que otra intriga palaciega a costa de un falso paje, y todo termina cuando Paolo, a pesar de sus fanfarronadas, es hecho preso y condenado a muerte. Y entonces Marietta pide ayuda al bufón, quien accede a prestársela al módico precio de un beso.
Miccone asesina al Dux. Mientras Paolo es llevado al cadalso, el viático pasa ante él y esto le salva, debido a una antigua tradición.