Prélude à l'après-midi d'un faune Presentar a alguien que no necesita presentación siempre es un rollo, porque uno acaba diciendo banalidades...
Estuve dudando hasta hace poco si hacer o no el Fauno porque he encontrado tantas veces escrito que "es un poema sinfónico" como que "sobre todo!!! NO es un poema sinfónico!!!!"
La relación de Debussy con la música programática, y con lo extra-musical en general, es muy interesante, muy ambivalente y muy conflictiva.
Se ha dicho de él que fue un músico más influido por la pintura y por los poetas que por otros compositores (lo cual, si bien éncierra una cierta verdad, es a todas luces... no sé, raro.)
Se ha dicho de él que fue el creador del "Impresionismo musical", fórmula que él odiaba
("Sólo he intentado crear algo "un poco diferente" -realidades, por así decir- y estos idiotas lo llaman Impresionismo."), y que pese a odiarla, él mismo en cierta manera propició al hablar en términos pictóricos de sus
3 Nocturnes, inspirados en Whistler.
Algunos lo intentan arreglar sustituyendo lo de "Impresionismo" por "Puntillismo", pero seamos realistas, le habría dado un ataque si le decimos que su música no se parece a Monet, sino a Seurat.
Puso títulos extremadamente sugerentes e imaginistas a la mayoría de sus piezas de piano (
La terraza de las audiencias al claro de luna, Huellas en la nieve, La catedral sumergida...), sin embrago le repateaba que el título pudiera orientar la imaginación del intérprete o del oyente, como si esa especie de concretización pictórica o imaginaria pudiera restarle algo a lo ilimitado de la música.
Pero en vez de quitar los títulos, como hubiera sido lógico, los colocó al final, casi como si brotaran naturalmente de la abstracción musical que los precedía.
La Mer ha sido llamada "la más bella sinfonía francesa"... pero en el Scherzo
Jeux de vagues no oímos casi alucinantemente el romper de las olas, la espuma, las chispeantes gotas?
Y si se lo hubiéramos dicho a Debussy... no nos habría respondido que somos unos catetos?
La que es para mí su partitura más fascinante,
Jeux, fue un encargo de Diaghilev, que quería un ballet. Le dijo a Debussy que Nijinsky pondría el argumento. Y Debussy le dijo a Diaghilev que de ninguna manera, que no habría argumento.
Diaghilev lo convenció pagándole el doble, y así tenemos el célebre jugueteo erótico de los tres tenistas (un chico y dos chicas, aunque Diaghilev quería tres chicos en un principio) en la oscuridad de un parque, en busca de una pelota perdida.
Debussy entró con 10 agnos en el conservatorio de París, con 11 recibió sus primeras clases de piano junto a Antoine Marmontel, quien anotó: "se porta mal y busca todo el rato pelea".
Increíble que a los 11 agnos tengamos ya en ese nigno lo que sería Debussy toda su vida: alguien que se portó mal (esa escandalosa separación de su primera mujer para irse con su amante que estaba a punto de dar a luz) y que siempre buscaba pelea (los belicosos artículos de M.Croche, su pseudónimo como crítico)...
Si yo digo que el
Fauno es un poema sinfónico, Debussy me dirá: NO. (Lo sé porque lo conozco como si lo hubiera parido.)
Pero yo amo tanto a Debussy que quiero que lo sea
y voy a intentar demostrar que lo es.
Bueno, de momento, corto.
Os dejo con la maravillosa
Juegos (Jeux), interpretada por una orquesta desconocida y un director ídem, pero lo hacen MARAVILLOSAMENTE bien, sean quienes sean.
Con sus más de 60 diferentes tempi,
Jeux "cambia de velocidad y matiz cada dos compases" (Emile Vuillermoz):
Jeux 1Jeux 2