Se me había pasado esta breve reactivación del comentario que dejé en su momento sobre Berlioz y Tristan und Isolde...
Vamos a ver: yo creo que lo más interesante y productivo a la hora de enfrentarse con esa composición revolucionaria y genial es preguntarse no tanto en qué consiste dicho preludio y el sentido dramático y musical que deberíamos darle --con el famoso "acorde de Tristán" de por medio--, cuanto qué pasaba por la cabeza de Wagner en el momento de componerlo, pues ello podría ayudarnos a entender por qué es así. En este sentido hay que recordar que el maestro estaba viviendo un momento de gran intensidad emocional --apasionada (¿y sólo platónica?) relación con Mathilde Wesendonck, acababa de leer El mundo como voluntad y representación, de Schopenhauer, verdadero descubrimiento teórico que le iba a marcar de manera decisiva a nivel artístico y personal--, y todo ello potenciado por el hecho de encontrarse exiliado, en un ambiente de reflexión muy propicio y pasando solo bastante tiempo (primero hasta la llegada de Minna a Zurich y luego hasta el regreso de ésta tras la marcha previa a un balneario una vez descubierto su affaire con Mathilde). Como ha quedado reflejado en su correspondencia de la época (1854-1858), todas estas circunstancias propiciaron en Wagner una gran exaltación creadora y una excitabilidad emocional difícilmente controlable, que el propio artista se encargaba de potenciar, además, mediante evocadoras lecturas (los cantos del infierno de la Divina Commedia, por ejemplo).
A través de varias cartas dirigidas a Mathilde sabemos que en la primavera-verano de 1857 (entre mayo y julio) aún estaba compaginando la composición de Siegfried con los primeros esbozos musicales de Tristan und Isolde, obra que pasó a centrar toda su atención a partir de agosto de ese mismo año, alternándose con la composición de los famosos lieder (algunos de cuyos temas musicales terminaron siendo fundamentales para Tristan und Isolde), que inició en noviembre. En diciembre ya le hablaba a Otto Wesendonck de la nueva ópera (El anillo había quedado aparcado hasta mejor ocasión):
"La scène d'explosion entre Tristan et Isolde est on ne peut mieux réussie. Je suis au comble de la joie!" [La escena de explosión entre Tristán e Isolde no puede ser mejor. ¡Estoy muy contento!]
(Richard Wagner à Mathilde Wesendonk. Journal et lettres, 1853-1871, trad. francesa de Georges Khnopff, Berlin, 1905, I, p. 26).
Todo ello venía precedido, además, por la honda huella que, tiempo atrás, le había dejado la lectura y estudio del poema de Tristán e Isolda, según podemos leer en su Mein Leben y en una epístola a Liszt, fechada el 29 de septiembre de 1854 en Zurich, donde ya expone con claridad la "esencia" de lo que iba a ser su entonces futura composición:[/i]
"nunca como hasta ahora había sentido la verdadera dicha del amor; tengo que erigir un monumento al más hermoso de todos mi sueños, en el cual, desde el principio hasta el final, este amor quedará saciado completamente. Tengo en mi cabeza un Tristán e Isolda, la más simple y a la vez la más sangrienta concepción musical que imaginarse pueda, y con la "bandera negra" que se agita en el final de todo, me cubriré a mí mismo para morir" [As I have never in life felt the real bliss of love, I must erect a monument to the most beautiful of all my dreams, in which, from beginning to end, that love shall be thoroughly satiated. I have in my head Tristan and Isolde, the simplest but most fuul-blooded musical conception; with the "black flag" which floats at the end of it I shall cover myself to die]
(Correspondence of Wagner and Liszt, Nueva York, 1897, p. 54).
Pero es que, además, por la correspondencia que mantuvo con su amigo de la infancia Röckel sabemos también que los problemas filosóficos --que siempre le preocuparon sobremanera--, espoleados de nuevo por su lectura y digestión de Schopenhauer, actuaron de manera decisiva en este caso. Hay una larga carta, fechada en Zurich el 25 de enero de 1854 como respuesta a otra en la que Röckel analizaba el poema de Der Ring des Nibelungen, donde Wagner manifiesta a través de las palabras una serie de sentimientos (panteísmo amoroso, fusión del ser humano con el universo y del amado con la amada) muy similares a los que hallamos expresados por medio de la música en Tristan und Isolde. Una especie de negación del yo, de adquisición de la plena inconsciencia, de comunión cósmica con todo el Universo a través del amor, que rezuma una influencia indudable del pesimismo y de la renuncia schopenhauerianos (pero interpretados en clave wagneriana; es decir, a través del amor). Dice el pasaje:
"Le Réel, seul, est éternel; or, il ne se révèle à nous dans toute sa plénitude que dans l'amour; c'est donc l'amour qui est l'Eternel.- En somme, l'égoïsme ne cesse qu'au moment où le "Moi" se fond en un "Toi". Ce "Moi" et ce "Toi", toutefois, ne se présentent pas dès que je me confonds dans l'ensemble du monde. Dans ce cas, "Moi" et le "Monde", c'est toujours moi et moi seul; le monde ne sera une Réalité pour moi que lorsque, pour mon sentiment, il sera devenu lui-même ce "Toi", ce qui n'arrivera qu'avec l'apparition de l'individu aimé" ["Únicamente lo real es eterno; ahora, ello no se revela a nosotros en toda su plenitud más que en el amor; es, entonces, el amor el que es eterno. En suma, el egoísmo no cesa más que en el momento en que el "yo" se funde en un "tú". Este "yo" y este "tú", en todo caso, no aparecen desde que yo me confundo en el conjunto del mundo. En ese caso, "yo" y el "mundo" es siempre yo y yo solo; el mundo no será una realidad para mí más que cuando, por mi sentimiento, se convierta él mismo en ese "tú", lo que no ocurrirá más que con la aparición del individuo amado"]
(Lettres de Richard Wagner à Auguste Roeckel, trad. francesa de Maurice Kufferath, Bruselas, 1894, p. 46).
Más que por el propio contenido filosófico --bastante farragoso, por otro lado, como buena parte de los tratados teóricos que escribió Wagner--, el pasaje tiene interés no sólo por el conjunto de ideas que en él se manejan, o por la cercanía que existe entre ese lenguaje y los conceptos empleados en dicho texto con lo que luego veremos aplicado a nivel musical en Tristan und Isolde, sino porque demuestra que incluso antes de leer a Schopenhauer --lo que debió de ocurrir hacia octubre de 1854-- las ideas genesíacas de la futura ópera y su fundamento teórico ya estaban germinando en el espíritu de Wagner. No es extraño, por tanto, que tras descubrir al filósofo de Danzig, nuestro músico quedara maravillado por la coincidencia de ideas.
No hay que olvidar, por otro lado, que el camino abierto por esta ópera (innovadora hasta lo revolucionario) ya había sido desbrozado previamente en sus composiciones anteriores. El cromatismo (que siempre fue un elemento característico de la técnica compositiva wagneriana) y el uso sistemático de las disonancias (que ya empleó con finalidad claramente dramática en Der Ring des Nibelungen, sobre todo en las partes dedicadas a Alberich) son hechos que anticipan lo que luego hará Wagner en Tristan und Isolde, llevándolo hasta un extremo hasta ese momento inconcebible y desconocido (como se echa de ver en la propia crónica de Berlioz).
En resumen: ¿qué pensar al respecto? Bueno, pues que todos estos sentimientos derivados de su situación personal, unidos a su carácter hipersensible y a sus lecturas de la época, hicieron que Wagner decidiera trasladar al mundo de los sonidos esa sensación de conexión con el cosmos, de eternidad, de renunciamiento al propio yo, de negación de la vida, de felicidad infinita que sintió durante aquellos días de éxtasis amoroso hacia Mathilde Wesendonck y de fusión de su ser con el de la amada y el universo, utilizando para ello lo que, en su opinión, mejor podía expresar tales sentimientos: esa sensación de inacabamiento, de infinitud, de tensión permanente que encontramos en el preludio (y en toda la partitura) del Tristan und Isolde, una de las obras más sensuales que se hayan compuesto nunca...
¿Vaya rollo que les he largado, que no...?
_________________ "Tornate all'antico e sarà un progresso" (Giuseppe Verdi, compositor y genio).
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