Esta noche se estrena en la Ópera Bastilla el último espectáculo de Mortier como director artístico que conmemora además los 20 años de esta magnífica sala de ópera.
(de quien se pudo ver una extraordinaria retrospectiva hace unos tres años en el Guggenheim - una de las exposiciones más intensas y emocionantes que he visto), con música de Jörg Widmann. Os dejo algunos estractos de aquí y de allí sobre esta obra.
El montaje arranca con un mapa antiguo de Oriente Medio que se sobrepone al telón. Después, siete grandes torres tambaleantes e inestables ocupan un escenario enorme y sobrecogedor, poblado por decenas de mujeres vestidas con ropas del color de la arena, que amasan tierra y elevan un muro con ladrillos. Mientras, otra mujer recita con voz lenta versículos del Antiguo Testamento que, por lo general, muestran la cara de un Dios temible, vengativo y nada piadoso con los hombres.
No hay argumento. Sólo un grupo de personas que se arrastran en un mundo desecho. Y que arranca así:
-Una voz dice: "Grita", y yo digo: "¿Qué gritaré?".
Mortier lo explicaba ayer así en el transcurso de una conversación con este diario: "(...) Por eso esto no es una ópera: es una performance".
El futuro director artístico del Teatro Real concibe el arte como algo "que debe decir: 'Párate, reflexionemos', que debe sacar al espectador de la rutina, y esta obra es una reflexión sobre este mundo en crisis, con un fondo filosófico apropiado y necesario".
¿Y la música? La música, que acompaña, refuerza y se solapa a veces con el recitado de los versículos de los profetas, es rabiosamente contemporánea, disonante a veces; entrecortada, otras. Pertenece al clarinetista y compositor Jörg Widmann. Gérard Mortier pensó en él cuando el pintor le preguntó: "¿Conoces a alguien que sepa reproducir en el escenario la voz del viento del desierto?".
Ayer, en el ensayo general de la obra, el maestro neoexpresionista alemán Anselm Kiefer, con un gorro y vestido de blanco, daba las últimas instrucciones desde las butacas con un bote de cerveza en la mano, o se subía al escenario -donde había un palmo de ceniza- para recolocar a los actores. "No es una obra triste, sino una obra desesperada", dijo con una sonrisa en un descanso del ensayo. "Va más allá de los opuestos alegre-triste o feliz-desgraciado".
El artista alemán explica así el título: "Elegí En el comienzo porque cuando alguien ve un paisaje en ruinas como éste piensa en un final. Para mí, no; para mí esto es el principio". No le asusta la reacción del público. "Ni la de los críticos", añade, con otra sonrisa. "Lo que sí me gustaría es que los espectadores me interpretaran la obra, porque yo no sé interpretarme a mí mismo".
La escenografía sombría, lúgubre, las torres inmensas y la lluvia de ceniza que, de vez en cuando, cae sobre el escenario, ilustran lo que, a juicio del autor, es algo determinante en la obra que se refleja también en los actos repetitivos y mecánicos de los actores: "La falta de sentido del mundo". Kiefer explicó que concibió la obra y su desarrollo, desde el punto de vista plástico, "como las diferentes páginas de un libro que vas abriendo, poco a poco, no como un cuadro, que lo ves de golpe".
Agrega que, aunque a él no le gusta ser actual ni contemporáneo, está "condenado" a serlo. A este respecto, escribe: "Aquí se apilan ladrillos milenarios. Provienen de Uruk, Babilonia, Persépolis, Nínive... pero los últimos datan de 1945, de Alemania. Estos ladrillos y estas mujeres forman el último estrato. Ellas son el comienzo y el fin". De hecho, algunas fotografías de las mujeres alemanas al término de la II Guerra Mundial apilando ladrillos en la calle al pie de edificios en ruinas han inspirado a Kiefer.
http://www.elpais.com/articulo/cultura/ ... icul_1/TesThe finger of an instrumentalist pressing the string, the painful squeak of the bow, these are the sounds, drawn from a violin solo, that have inspired guest artist Anselm Kiefer’s installation. A performance? A mise en espace? A truly original work to celebrate the twentieth anniversary of the Opéra Bastille. For the German artist, born into the ruins of war in 1945, this acoustic material differs little from sand, earth, soot, transposing into sound the chalk, hair and dust ever-present in his theatre of memory, obsessively urging us not to forget and to reject barbarism. This beginning or commencement– as Am Anfang may be translated – as always with this major artist, is part of History. A project that faces the eternal ebb and flow of the sea, trembling buildings, showers of ashes, the anxiety of man at the top of the Richter scale. An invitation to meditation.
http://www.operadeparis.fr/cns11/live/o ... LECT_EVENT
¿Alguien sabe si la van a retransmitir por algún sitio? (En Arte creo que no, según parece)
Si van apareciendo críticas ya las iré subiendo.