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Ésa fue mi pregunta al ver que en el programa estaba incluída, como guinda (no muy apetitosa de primeras),
Niun mi tema. Un recital dedicado a Verdi en el Baluarte de Pamplona y 4 mosqueteros y un fan dispuestos a ver al divo. Al final vimos a un ya-no-tan-excepcional tenor (porque Alagna lo ha sido, vaya si lo ha sido).
El Baluarte de Pamplona muy mono (sólo había estado una vez y no oyendo ópera precisamente), con acústica decente. La compañía inmejorable (masnadieri, piccolo y su cazadora Indiana Jones, Werther, Spi y yo). Sólo faltaba el tenor.
El programa era impresionante, titulado Viva Verdi, desde el Duca hasta Otello. Digo que para redondear la gracia podría haberse animado con el aria de Fenton, pero no parecía por la labor.
Lo primero de todo hay que dejar claro que
la voz de Alagna no es ni una sombra de lo que era hace tan solo algunos años (nunca le había escuchado en directo, pero el desgaste es obvio). El timbre está muy desgastado, sólo verdaderamente bien colocado en el centro, reducido a unas pocas notas. El pasaje suena velado y forzado, el agudo totalmente ausente de squillo cuando no estrangulado. Los cambios bruscos de colocación y los portamenti al atacar los agudos son constantes. El fiato en ocasiones dramáticamente corto (en Celeste Aida era incluso angustiante, a pesar de que en los primeros compases aún pudo permitirse algún detalle de clase, como un bello piano en "fior").
Todos esos defectos salieron a relucir en las arias más pesadas, La vita e inferno (a mí me sorprendió lo correcto que estuvo en algunas partes, para lo que me esperaba; pero la inadecuación era evidente),
Celeste Aida. Incluso sonó forzado y falto de detalles el
Lunge da lei, y demasiado poco controlado
La mia letizia, con unas bajadas al grave forzadísimas.
Pero lo bueno fue bueno, y vaya si lo fue. En la segunda parte, tras un Questa o quella muy bien cantado (y con mucho carácter), en el que la voz estaba perfectamente colocada, lírica y ágil; llegó el mejor momento del recital. Un
Quando le sere al placido excepcionalmente cantado. Exhibición de medias voces, buen fraseo (no todo lo ortodoxo que podría ser, pero muy elegante), canto ligado... Magistral, a pesar de que el timbre es hoy por hoy el que es. Y para rematar,
Niun mi tema. Obviamente Alagna no es Otello (aunque lo va a debutar en breve en Turín, creo; allá él), pero esta aria final, basada en el centro vocal y en un fraseo noble y de frases cortas, la cantó estupendamente. Medias voces, interpretación comedida y elegante... Muy bien.
Por fin en los bises nos dimos cuenta de cómo podría haber sido este recital si el programa hubiera sido el adecuado. Un
Donna non vidi mai muy correcto, y un
E lucevan le stelle precioso, sin alardes pero muy bello, romántico y totalmente en estilo. Como colofón mediático y para la galeria dos canciones a capella, una jota y una canción de Luis Mariano, creo, pero no tengo ni idea. Los falsetes de ésta última emocionaron vivamente a Spinoza
La Orquesta Sinfónica de Navarra, dirigida por David Giménez Carreras y que acompañará a Alagna en París el día 30, irregular. Sonaba bien de densidad, adecuada para Verdi pero en algunas cosas...
Pachanguera total la obertura de Vespri, lentíiisima la de Macbeth. Pero bueno, ahí está.
La crónica social en el otro hilo.
En definitiva, para que Gino se quede tranquilo y no venda su entrada de abono para el recital de Madrid: No se consumó el verdicidio. Si se acude a escucharle con un nivel de exigencia variable y flexible según el aria que toque se puede disfrutar mucho de él todavía