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Ayer comenzamos la temporada de Bilbao con la puesta en escena de "La bohéme" pucciniana, velada que resulto notable, sin llegar al sobresaliente. Vayamos poco a poco.
A priori, el reparto era muy interesante: Bayo, Machado y Moreno daban motivos suficientes para pensar en una noche de magia. Sin mebargo, la noche no estuvo muy equilibrada; a mí, los dos primeros actos me parecieron plúmbeos, sin emación, mientras que los dos últimos fueron de una factura canora y teatral excelentes, esepcialmente el último.
Maria Bayo cantó Mimí. Fuí al Euskalduna influenciado por las durísimas críticas que le hicieron a Bayo en su Mimí liceística y, por ello, me llevé una sorpresa agradable. Cierto es que su presencia escenica tiene un punto repipi que siempre me ha desagradado pero su Mimi fue interesante. Vocalmente, si bien puede acusarsele una falta de volumen, especialmente en las partes más dramáticas, me gustó; y los agudos, se los note más frecos que en la "Manon" de madrid de hace un par de años. Por cierto, ha dejado de mover las manos como un molino.
Aquiles Machado me dejó frio en los dos primeros actos, pero hice un tercero y cuarto realmente notables. No llegó al nivel de aquel memorable Edgardo de hace tres años pero su Rodolfo fue noble, enamorado y un poco travieso. Machado, a pesar de que su figura pueda suponerle, a priori, problemas, me pareció un actor con vis cómica excelente. Realmente sorprendente.
Maria José Moreno fue una Musetta espectacular, tanto vocal como escenicamente. Quizas su embarazo fue razón de una cierta quietud escénica pero su vals fue una preciosidad y su participación en el cuarteto del acto III, excelente. Una Musetta de mucho nivel. Por cierto, dando vueltas a mi cada vez más maltrecha memoria, ¿pudo ser Moreno una Mimí que ví en el Teatro Calderón hará unos diez años, con Rafael Lledó como Rodolfo?
Vladimir Stoyanov (Marcello) tiene una viz preciosa y me gustaría verlo en un papel de más enjundia vocal. Si acierta, puede ser un barítono muy interesante; acertados Rosendo Flores (Colline) y Juan Tomás Martinez (Schaunard) y malo -porque no puede ser de otra forma - Tosi (Benoit y Alcindoro).
La puesta en escena, de sir Miller, colocaba la ópera en la primera mitad de nuestro siglo, calculo que poco antes de la II Guerra Mundial, sin molestar aunque sin ser brillante: el acto II, auténtica piedra de toque (¡¡tiene que ser dificilisimo dirigir ese acto escenica y musicalmente!!) tuvo cierta brillantez aunque me hubiera gustado que la retreta se hubioera podido ver en primer plano y no tras la cristalera del Momus.
La directora -primera mujer en la historia de la ABAO-, Wilson, me gustó en la segunda mitad. En el segundo acto hubo desajustes evidentes en las escenas coelctivas y algunos solistas se iban por los cerros de Úbeda en más de una ocasión. En el acto I faltó emoción: esto es,lógicamente, una opinión muy opersonal, pero aburrirse en el acto I de "La bohéme" siempre me había parecido muy complicado. Det odas formas, una directora interesante.
PD 1: la soprano saca al direxctor a que le aplaudan. A la Wilson la sacó Aquiles Machado.
PD 2: mi compañera de localidad no pudo evitar el sorberse las lagrimas con la muerte de Mimí.
PD 3: el acto IV, actoralmente, fue muy bueno.
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