Doña Francisquita (A. Vives)

Teatro Arriaga, 22 de junio de 2007

Esta noche teníamos previsto juntarnos tres bilbainos (Andrea, alicia, servidor) y un vitoriano (MarttiT), pero al final, lo que son las cosas, hemos perdido al vitoriano y se nos ha unido un nuevo bilbaino que entra en la secta: Ghiaurov. Un gran tipo que padece la misma enfermedad que todos nosotros y que, me temo, tampoco tiene cura. ¡Bienvenido!

Me enfrentaba a mi segunda experiencia zarzuelera, con los precedentes del programa doble del pasado año en el mismo Teatro Arriaga (Adiós a la Bohemia / Black el Payaso). No tenía grandes ilusiones, y lo cierto es que tras la experiencia sigo pensando que la zarzuela no es mi género. Asumo mi parte de culpa por otro lado: es bueno saber a lo que te enfrentas, y escuchar Tristán e Isolda el día anterior tal vez no sea la mejor decisión. Aun así he salido más satisfecho de lo esperado. Junto al habitual pachangueo, la obra tiene momentos musicales de interés, y desde luego está muy por encima de las dos obras de Sorozabal que ya conocía.

La escena venía en co-producción entre el Villamarta de Jerez y la Consejería de Andalucía, bajo las manos del regista Francisco López. La escenografía es totalmente clásica y consigue el único objetivo que persigue: permitir que se desarrolle la acción y aportar la ambientación necesaria para que la historia parezca lo más real posible. Cumple bien, y visto lo que ocurre últimamente en muchos teatros, yo me alegro de que se limite a ello. La labor del regista está bien conseguida, con movimientos contínuos y realistas, sin mayores dosis de imaginación pero sin caer tampoco en la rutina.

Lo mejor de la noche lo ha firmado el gran atractivo de la función: José Luis Sola (Fernando). Este joven tenor destacó el pasado marzo como Chevalier de la Force en los Diálogos de Carmelitas de ABAO, y hace casi dos meses fascinó a muchos con un gran Tamino en el reparto de jóvenes promesas de La Flauta Mágica. Hoy ha vuelto a avisar de que lo suyo va en serio, luciendo su bellísimo timbre, cantando con gusto, apianando, exhibiendo proyección, y en definitiva, demostrando en todo momento que su voz estaba muy por encima de la de sus compañeros. Su punto flojo es sin duda la interpretación en escena, muy por debajo de sus cualidades vocales a día de hoy. Esperemos que esto mejore pronto...

María Rey-Joli era la Francisquita deseada por hijos y padres. Su voz tiene cierta calidad y canta bien, pero el color no es excesivamente atractivo y resulta especialmente desagradable en los agudos. Aun así, es para destacar que en los concertantes era la única fácilmente audible junto a Sola, y en conjunto su actuación ha estado bien.

Sobresalía por encima de otras cualidades la indescifrable dicción de Marina Pardo (Aurora), que ha conseguido que por momentos me planteara si estaba viendo ópera checa o zarzuela. Volumen de voz muy reducido por otra parte, y en conjunto demasiadas pegas que emborronan una interpretación suelta y convincente. Buen escudero el Cardona de Carlos Durán, con gran vis cómica por encima de todo pero sin faltarle voz y línea en sus brevísimos momentos de lucimiento. Graciosísima, y es lo que pide el rol, la Doña Francisca de Amelia Fon, junto a un discreto Lorenzo Moncloa como amante de Aurora. Para echar a correr la apertura de telón de Iker Freire como Lañador.

Correcta y viva la dirección de Luis Remartínez junto a la Orquesta Sinfónica de Bilbao. Bien el Coro Rossini y abundantes y entregadas las intervenciones de los grupos de bailarines.

Ha vuelto a ocurrir. La chica de la izquierda: tos contínua, conversaciones múltiples con la amiga y 3 caramelos con plastiquito. Autocontrol...

Coincidiendo prácticamente al 100% con lo dicho por piccolo, quiero destacar también el buen hacer de Enrique Baquerizo como Don Matías, del que estoy segura que no ha comentado nada por simple despiste

La función comenzó con el público frío, muy frío (menos una servidora por razones que luego señalaré) y se fué paulatinamente calentando. Me gustó mucho, y por buenas razones ya expuestas por piccolo, Jose Luis Sola. Maria Rey-Joli hizo un buen papel aunque en su caso por la manía de hacer demostraciones de potencia en el agudo (excesivas) me acabó cansando. Carlos Durán, al que recordaba de un video del Barberillo de Lavapiés, es un lujo para el papel de Cardona. Marina Pardo como Aurora, bella estampa y buena actriz, inaudible/incomprensible en general. El coro, con algún pequeño desajuste al final, pero bien en conjunto.

El público que me tocó en los actos 1 y 2 (antes del descanso) fué mucho peor que lo descrito por piccolo... conversaciones delante, detrás, a la izquierda, señora que se levanta, otra señora que se levanta, más conversaciones... absolutamente inaguantable! inocente de mí, se me ocurrió chistar a los vecinos de la izda, que me miraron como si tuviera tres cabezas, en fin-- Tras el descanso, cambio de posición con mejora perceptible: sólo dos señoras conversando a mi izquierda.

Apenada por la ausencia de MarttiT, disfrutando de la compañía de "viejos" conocidos y encantada de conocer a Ghiaurov, ante el que caí rendida...