Función Asistida: 19 Julio 2024, es decir, ayer mismo. El cast era el teórico primero, y salvo error u omisión por mi parte, no se anunciaron cancelaciones. Luego hablo un poco de los intérpretes, pero como es costumbre primero les comento mis impresiones sobre la regia, es la costumbre hoy día. Sus comentarios, me refiero a los foreros habituales, eran tan tremendamente negativos, que me esperaba algo realmente deleznable. Debo decir que esta regia no entra para nada en una de las 30 peores que haya visto en mi vida, contando directos y videos, para nada. Pero tampoco es de las 30 mejores, eso es verdad. Yom hay muchas cosas que no he visto ni he sentido: no me parece un canto a la prostitución infantil, no me parece una descriptiva de BF Pinkerton mucho más cruel y despiadada que la que mana del libreto original, no me parece un contexto que descuadre nada con la ópera puccinana, más allá de empujarlo un siglo más tarde más o menos, lo cual nunca me molestará si se hace con sentido, con gusto y uno puede ir al aforo sin tener que leer frikadas o artículos pretenciosos para poder luego decir o escribir sus supuestas entendederas del tema, a la postre meros corta pega de esos libros de instrucciones escritos por enterados/as venidos/as a menos/os. Tampoco vi en el dúo final del acto primero una realización de forma que el tenor estuviera en un sitio a su bola y la protagonista en otro ambiente. Esto se ha escrito aquí, y o estoy ciego, o yo vi un dúo cantado a la distancia habitual, el uno dirigiéndose a la otra y la otra al uno, con un vieni, vieni, que no tiene otra consecuencia que... pues la normal, que Cio Cio San y él terminan fundidos en abrazo tumbados uno en el otro en el lugar diseñado en esta producción, que es el techo de la casa de cristal. Me parece coherente la celebración, la llegada del bonzo y como es expulsado por el dueño de la casa, y luego la espera, visita del cónsul, para llegar al coro a boca cerrada donde me gustó mucho el juego de luces que se ofreció en la escena. Y el acto final, para mi es el mejor. La llegada en coche de BF, Kate y Sharpless es muy chula, y el desenlace, como siempre estremece y sí, sorprende, pero una vez más, tiene sentido. ¿Por qué el hijo tiene que aceptar de buena gana irse con dos tíos que no conoce de nada? Pues le arrea un bofetón a su padre cuando va a recogerle y forcejea con él para evitar lo que es un casi secuestro porque hay otro personaje que me parece tan malévolo, o más, que el propio BF, que es Kate, porque es como una cómplice del egoísmo de su marido, lo aprueba, no lo recrimina en absoluto. Y aquí esto se deja ver un poco más de lo habitual. Pues bien. Evidentemente, esta regia está a años luz de una de mis favoritas, porque esa sí que está en una lista de 30 o de 5 diría yo, que es la que firmaba Mario Gas representando toda la historia como un rodaje cinematográfico, pero dejo en un aprobado alto a Damiano Micheletto.
En la parte musical, quiero destacar con creces la labor desde el foso de Nicola Luisotti, quien las ultimas veces me había parecido tener siempre una prisa brutal con el tempo. En esta ocasión dibuja con maestría a Puccini, un pintor musical de poco parigual. Hace sonar a la orquesta con brillantez, redonda pero plena de aristas, dinámicas muy contratadas. El coro también tuvo su nota positiva, con el íntimo a boca cerrada clavado, ejecutado desde el lado izquierdo del anfiteatro de paraíso. Contamos con un elenco bastante desigual, a decir verdad. Para mi el nivel más bajo lo puso Matthew Polenzani como "Pinkerton". Lo de menos es que el traje del papel le quede varias tallas grande; no hay un legato, fraseo legible. Técnica desigual, con numerosas salidas a un falsete engolado. El timbre es leñoso, feote y el agudo es más la resulta de empujar que de liberar un sonido que tiene un vibrato nada juvenil. Hubo aplausos, no durante la función, sí al final, pero me sonaron más en plan desagravio que otra cosa. Silvia Beltrani traduce una "Suzuki" dignamente, hay medio y buen canto. No terminó de sonar bien empastado el duo de las flores. Depurada. Genail el "Goro" de Mikeldi A. como era de esperar. Es un role que no hay que explicar que le va como anillo al dedo y le podría sacar brillo hasta cantándolo haciendo el pino. Y no es un papel fácil, aunque se trate de un comprimario. Por momentos parecía ser él el tenor capital de la ópera. El casamentero es lógicamente un siglo después el chulo, no hay debate ni sorpresa al respecto; Mikeldi se ayuda de tal caracterización para verse más despreciable. Otro de los puntos por los que hay que medir a la regia: ¿me ayudó el director de escena con su visualización del role al canto/interpretación o me perjudicó? Son innumerables las ocasiones en que, sin duda, determinadas frikadas no pueden ayudar a uno. La apuesta clásica nunca te va a perjudicar. Pero ¿innovar y encima ayudar al cantante con la innovación? He ahí la cuestión y clave del asunto, amigos. Tarea difícil, pero como digo las buenas regias consiguen eso, y de aplicación inmediata, aquí estoy seguro que funciona (habría, lógicamente que preguntar al bueno de Mikeldi, que igual me pinta la cara, pero a riesgo de ello, lo afirmo). El cantante que me dio un sobresaliente en toda la ópera fue el norteamericano Lucas Meachem, un "Sharpless" de verdadero fuste, cargado de nobleza por todos los lados, tiene caudal sobrado y goza de un bello y robusto timbre baritonal de verdad. En escena se desenvuelve con la misma soltura con la que libera su privilegiado instrumento vocal. Servidor ya no tiene un conocimiento/seguimiento del circuito lírico como el que tenía hace años cuando frecuentaba los recintos liricos o auditorios con muchísima mayor frecuencia: por supuesto que no tenía ni flowers de quien era este señor (ni de otros muchos de los que estoy hablando, soy honesto, como siempre), pero me lo anoto para esa ya breve selección de eventos musicales a los que acudo ahora ya mucho menor que antaño. Merecerá la pena. Parece, según comentarios foreros, que ha costado lo suyo mantenerse en cartel a la soprano madrileña Saioa Hernández y se han sucedido varias cancelaciones para verla como "Cio Cio San". Bien, ayer estuvo a pie de cañón en escena. Empezó sembrando muchas más dudas que otra cosa. Su presentación no entusiasmó, por supuesto sin sobre agudo (rara avis hoy), es lo de menos. Mi momento dilecto de esta ópera, sin duda una mis favoritísimas de todo el repertorio lírico (como seguro estoy que es de todos ustedes también) es "Bimba dagli occhi pieni di malia", pero desgraciadamente no se le hizo justicia con el poco interesante porte del tenor y la momentánea frialdad de la soprano. Tras el descanso la cosa cambió y cuando tocó realizar la parte madura y supuestamente dura del personaje, este apareció y lució. Quizás aun no al 100% en su aria, pese a ser el único momento que hubo ovación y hasta braveos durante la función más allá de entreactos. Pero su momentazo llegó en el final donde murió dejando en uno esa impresión tan especial y ese vello punta que tiene lugar cuando en escena está una Madama Butterfly de altos vuelos. No es muy largo, pero aunque lo concentremos solo en ese final, dignifica el homenaje a Victoria de los Angeles que se supone que son esta tira de funciones. Eso, es decir ya mucho. Ahí ya vimos una sopranazo, un torrente vocal, y barridas sonoras de gran nivel. Aquella función , con la mentada regia de M Gas, unica que coincidieron hace muchos años R.Aronica y C.Gallardo Domas, ambos en plenitud de forma, volcanes vocales en erupción, fueron otra cosa. Polenzani ni se acerca a Roberto, pero Saioa al menos murió como Cristina. Del resto, dar un conforme a todos y subrayar la intervención del Bonzo, y terminamos la temporada T Real 23-24.
_________________ Harmoniously, NICO
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