Crónica breve de esta última función de la serie hoy día 11, con el Cast titular después de la desaparición de Radvanosky de esta producción y hoy con el tenor georgiano Oniani en lugar del azerbaijano Evyazov.
En líneas generales y con buena entrada hoy ( las ofertas del Liceo últimamente, de 175€ por 2 localidades zonas 2,3 y 4, plateas, parte anfiteatro, 2º y 3 Er piso céntricas ), atraen espectadores y bastantes espectadores “ primerizos “ por ciertos ruiditos y juguetones con los móviles
Clásica y ya conocida producción de Gilbert Deflo, con escenografía y vestuario de Orlandi, producción que ya se estrenó en el viejo Liceo por allá 1991 o 1992, donde creo se contó con el lujo de Leonie Rysanek como Condesa. En el nuevo Liceo, ya se ha repuesto con ésta, como 2 o 3 veces en temporadas distintas.
Producción muy elegante, de época, donde prima una estética hasta en el vestuario hoy en día poco frecuente, eso sí con demasiados detallitos y adornos un poco entre rococó y neoclásico que quizás, sobran.
Esta producción fuera de este esteticismo, adolece para mi gusto, de una conexión de los actos, con demasiados parones incluso después de varios de los cuadros que forman parte de los 3 actos y otro defecto es que el movimiento escénico o dirección actoral ( salvo la brillante escena de la Condesa en el 2º y 3o acto cuando su fantasma revela las “ tri carti “, brilla casi por su ausencia ( a ratos , parecía un correcalles )
La Orquesta parece que ha mejorado con el paso de los días, aunque se ha notado cierta falta de cohesión musical en alguna escena y la concertación de Dimitri Jurowski ( parece que no es el bueno de los dos hermanos ) algo irregular, con tendencia a ralentización de los tiempos.
Los coros , el infantil bien y el de la casa liceista supongo que por cantar con mascarillas, a veces tapado por la orquestación.
El Hermann, tenor, a cargo del georgiano GEORGE ONIANI, lo resumiría como profesional. Es una voz lírica que en las pocas partes cantábiles del rol, suena con brillo y mantiene la línea, pero ya en las tesituras de mayor dramatismo y o de trastorno que son bastantes dado el carácter de ludópata y enloquecido, pierde volumen su registro agudo, con tendencia a fijarlo y a chillarlo.
La Lisa de la armenia LIONNA HAROUTOUNIAN, ha ido a más con una gran escena en su final, es decir en el 2º cuadro del último acto . En general, es una voz lírica amplia ( canta Tosca, Butterfly, habitualmente ) con suficiente volumen, y es una soprano que más que ofrecer gusto y o detalles de elegancia, sí es una cantante que pone toda la garra e intensidad a un canto siempre expansivo. El timbre de voz es bastante grato y en su intensidad antedicha, tiene para mi como defecto o defectivo que a veces, en su zona de paso al agudo y al sostenerlo, muestra exceso de vibrato,.
La Condesa ( o Dama de Picas ), la rusa ELENA ZAREMBA, es todo un clásico. Sin poseer los graves de la Powdles ni de la Obratzova , hace una gran creación del rol, con un notable monólogo de su gran escena,recreándose en el fraseo incisivo y sobre todo, con una excelente presencia escénica. Vocalmente, su instrumento para este tipo de roles todavía está bastante sano.
El polaco LUKACSZ GOLINSKI, canta el Tomsky. Barítono más bien lirico , con un timbre no demasiado grato y con tendencia , sobre todo en el acto final de la sala de juego, a engolar y hasta con algún “ relinche “. Discretito, para darle una buena nota.
Si en cambio, ha estado convincente el IEletski del Barítono ruso RODION POGOSSOV . Voz amplia y uniforme, con bastante dominio de la línea de canto, cuidadoso en el fraseo y muy correcto en sus intervenciones.
En cuanto a Polina, la Uzbeka LENA BELKINA, me parece aunque se presente como mezzo, más soprano que mezzo, por su justeza o escasez de registro grave. La voz tiene bonito color, canta con gusto, tiene bastante presencia escénica pero su canto carece de profundidad expresiva.
Y la Prilepa, de la argentina residente en Barcelona, MERCEDES GANCEDO, muy lucida en la pastoral del 2º acto. Buena cantante
El resto del amplio reparto, digamos que aceptables.
A esta PIKOVAIA DAMA, no sé si algún día, algún concertador o regisseur más osado, podría pensar en meterla algún tijeretazo ( este inicio primer cuadro del primer acto, con tanto desfile de voces infantiles + la pastoral y el balletito de la fiesta del 2º acto, por ej.) o bien una producción novedosa y con menos interrupciones, para no alterar el drama o el hilo conductor de esta tragedia final con los suicidios tanto de la Lisa como del Hermann.