Función del domingo día 7 de abril. Primer reparto: Borja Quiza, Cristina Faus, María Miró, Javier Tomé. Teatro abarrotado, hasta las butacas sin visibilidad de arriba estaban ocupadas.
El Barberillo De Lavapiés es una obra imperecedera, la partitura es una maravilla y casi siglo y medio después de su estreno los textos siguen siendo actuales.
José Miguel Pérez-Sierra llevó la orquesta a muchísima velocidad, especialmente en los inicios de acto, y supo plasmar perfectamente tanto el carácter popular de las danzas y partes de la pareja cómica como el estilo más italianizante de las de la pareja noble. Muy bien. El coro, como viene siendo habitual, implicado y solvente.
El cuarteto protagonista muy competente, con sus cosillas cada uno. Borja Quiza se lleva la golosina del papel de Lamparilla, que borda en el terreno actoral sin hacerlo pesado, e impone en lo vocal, sólo le achacaría algunos cambios de color cuando tenía que aligerar la voz.
Alfredo Sanzol es el responsable de la puesta en escena y la adaptación del libreto. Tampoco me lo conozco al dedillo, pero no parece haber habido muchos cortes en los diálogos hablados. En el empeño del Teatro de la Zarzuela de hacer las obras más atractivas y accesibles a nuevos públicos y quitarles lo rancio, ha optado por un escenario vacío en el que unos gigantes paneles negros se iban moviendo creando los distintos ambientes. El movimiento de estas paredes da dinamismo a la zarzuela y es capaz de ambientarla perfectamente. Pongo el ejemplo de la huida de Paloma y la Marquesita, perfectamente resuelta.
Esta negrura y una estudiada iluminación lo que hacían era destacar un vestuario colorido y extraordinario. El efecto es muy atractivo visualmente.
En cuanto a la dirección de cantantes/actores, de primera, con sentido teatral, comicidad y sin un momento de monotonía.
¿Qué no me ha gustado? La coreografía. Por mucho que Antonio Ruz sea premio nacional de danza, su mezcla de aires populares con baile contemporáneo no me ha convencido. Ahí sí que me salió la vena conservadora y hubiera preferido unos "coros y bailes" a la manera clásica. Sí, un cuerpo de baile muy vistoso y que se movía mucho, pero no me gustaba lo que bailaban.
Es un espectáculo de calidad, hay nivel artístico, energía, vitalidad, vistosidad. Atractivo para todos los públicos. La función de los domingos, con eso de ser a las seis, suele estar llena de público bastante mayor, pero esta vez se podía ver variedad de edades.
Están vendidas casi todas las entradas para las siguientes funciones. Nosotros intentamos comprar para mi suegra y sólo quedaban entradas de visibilidad baja, así que si alguien tiene intención de ir que se dé prisa en comprar. Y, de todas formas, el día 12 de marzo el Teatro De La Zarzuela retransmite este Barberillo por Facebook Live, Youtube y la propia web del teatro.
Ah, sí que hay atrezzo. En concreto, sillas: La silla de manos en la que se llevan a Lamparilla y en las que se sientan las costureras :)
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