Estuve en la representación de ayer, día 22 enero 2019.
La producción y dirección escénica conforman el trabajo más flojo de Robert Carsen, un fantástico regista y que dejó en "Dialogos de Carmelitas" y "Salome" (creo recordar) dos recreaciones ejemplares y memorables. Este "Oro del Rhin" pasa a engordar la colección de propuestas escénicas de vanguardia para las que se hace necesario libro de instrucciones previo. Luego habrá quien haga copia-pegas de artículos de Matabosch o el propio Carsen para exponernos lo que quería decir esto o aquello: no se esfuercen, la producción no vale más que un inicio llamativo (que no prometedor, un final algo lucido y sí, el retrato de los gigantes ciertamente mola mucho. Por lo demás, navegamos en lo feo, oscuro, con la caja escénica reducida (no soporto la manía de cortarla a la mitad de forma que el espectador de las plantas superiores pierde el 80% de lo que se ve al no llegar su vision al fondo), y detalles tan decepcionantes como toda la escena del Nibelheim, que es un caramelo para cualquier regista que quiera hacer teatro ahí, y aquí se hace poco o mejor dicho nada (ojo, tunner, cuidado con confundir al personal con esto de la nada, no vayamos a pensar que tiene algo que ver aquí la Gran Nada, cuyo ratio de "nadería" sigue sin ser superado a la fecha y jamás lo será
En fin, que estamos en el prólogo de una producción importada de Colonia y de la mano de todo un Carsen, que podría esperarse un Anillo de grandes vuelos, y la cosa ha empezado bien flojita. Cuidado porque según leo, a medida que avancen las jornadas en las próximas tres temporadas, el ambiente desagradable, feo y mensaje de desesperanza va a ir in crecendo... yo, como no vi gran cosa, la verdad es que tampoco me percaté mucho de esa desesperanza (basura en río, contaminación, ondinas andrajosas quizás?...), así que no sé qué pensar. Bueno, demos un beneficio a la duda y esperemos a Walkure a ver cómo evoluciona la cosa.
El nivel musical, centrándonos en el canoro, es otra asignatura a mejorar. Sobre todo me preocupa si el "Wotan" se va a mantener en Greer Grimsley en las dos próximas entregas. Estamos ante una voz emitida desde el estómago, timbre feo como pocos, todo mate y el caudal está bajo mínimos. El papel le sobrepasa de ancho, alto y largo. Una voz así no puede llevar a cabo un role tan importante. También veremos, aunque sea menor su importancia, si repite la "Erda" de Ronnita Miller, quizás la peor cantante de todo el elenco ayer: no creo que emitiera más de tres notas seguidas afinadas en su aparición siempre tan espectacular como misteriosa a lo que también perjudicó el retrato visual del personaje. Con el "Donner" de Raimund Nolte y el "Loge" de Joseph Kaiser, ambos voces minúsculas (Liliput diría tunner), se completan los suspensos en canto, porque aprueban, raspaditos y aseaditos, Sarah Connelly (FRicka), las ondinas y Froh. Mucho mejor Mikeldi como "Mime": hubiese sido una gran idea encomendarle a él Loge y al otro dejarle a Mime. Ahí ya hay voz: ya empieza a dislumbrarse el cantante wagneriano, cota que alcanza sobradamente una gran "Freia" en Sophie Bevan, los dos gigantes (Anger y Tsymbalyuk), todos ellos muy notables, dejando para el final el único sobresaliente de la tarde en la voz de Samuel Youn, un "Alberich" extraordinario, y este sí, daría sobrada talla y esperemos verlo en futuras entregas. Confieso que de todo el elenco de pocos tenía referencias previas, muchos de ellos son nuevos para mi (o si les vi antes, no lo recuerdo).
El otro merecido destaca es para el cuerpo orquestal y el director Heras Casado. La formación sinfónica no me venía gustando nada en las ultimas veces que fui al Real, pero ayer justo se vio una solidez orquestal, aristas, sonidos empastados, brillo en cuerdas, contrastes dinámicos, precision en metales. Hay una dirección con sentido, ganas y resultado. De lo mejor, y en un Anillo, el porte musical del director es si no lo más importante, de las dos o tres cosas más relevantes. Tenemos buen material pues.
Bueno, pues esto fue, mucha cal y mucha arena, como ven y mucha sensación de que o se ha perdido una gran ocasión de desplegar el buen talento intrínseco de uno (Carsen) o hay que mejorar elencos (algunos cantantes aquí no pintan nada) o también hay quien sí aprovechó su oportunidad (Heras Casado y los profesores de la orquesta).
Que lo disfruten.