Anoche asistí a la tercera y última función de esta nueva producción de Ópera de Tenerife representada por el programa de OPERA (E)STUDIO, que como ya dije en la anterior Italiana en Argel, está constituido por jóvenes promesas del canto.
La puesta en escena de Stefania Bonfadelli sitúa la acción en una pista de tenis, con sus gradas, su silla de árbitro y con los protagonistas ataviados de atletas de este deporte o vestidos de calle, cada uno dentro de su actividad: tenistas aficionados, directores del circuito, médico deportivo... Es cierto que para los neófitos que sigan el libreto o lean los sobre títulos será un lío y confundirán la acción de este con la que se desarrolla en escena (al final, Carlos X es el campeón del torneo), pero yo disfruté enormemente con la creatividad, la gracia y la comicidad de los personajes y las escenas que plantea. Cuestión de gustos. Ya vendrá, espero, Doctor Zhivago a enmendarme la plana.
Una gratísima sorpresa ver a la joven china (de Taiwan, aclaro) Yi Chen Lin dirigiendo con un dominio, una soltura y una claridad notables; se sabía la partitura de memoria y solamente pasaba las páginas por el qué dirán (según me confirmó uno de los solistas). Estupenda en todos los sentidos, la orquesta sonó muy bien en sus secciones, clavicordio y arpa incluidos.
Los cantantes bien en general, mejores las chicas que los chicos en conjunto y calidad, entre las que destacaría sin duda a la Corinna de Giuliana Gianfaldoni que estuvo sencillamente sensacional en sus dificilísimas intervenciones, en especial la plegaria última.
En conjunto una velada agradable y muy disfrutada por el público, que ovacionó a rabiar.
_________________ "Per ser feliç, mortal, camina sempre i oblida" Joan Brossa
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