Yo que soy muy de Oren, le he visto dirigir muchas óperas y le considero un magnífico director de foso, gran conocedor de repertorio italiano y siempre con nervio y teatralidad, me ha decepcionado un tanto su dirección. La encontré sorprendentemente pesante y morosa, como si después de tantos años abordando la obra quisiera hacer "otra cosa" más analítica. Efectivamente logró buenos momentos de carácter instrumental y atmosférico como indicaba el Sr. Hentzau, concertó muy bien el sexteto y la stretta posterior, aunque esta última resultó muy lentorra y caída. Oropesa me gustó mucho como Gilda, pero Lucia es otra cosa, es un emblema del repertorio. Demostró gran control vocal, legato impecable, filados, sobreagudos que están, aunque faltos de un punto de expansión, pero el sonido es justo de presencia, el timbre es genérico, escasamente seductor y se revela tan impersonal como su faceta interpretativa. Una buena Lucia, pero estamos ante un papel que pide una diva-diva, Quizás, después de haber visto el papel a Gruberova, Devia y Anderson tenga un listón demasiado alto. Donizetti tenía claro que las tribulaciones de Edgardo y su consistencia dramática sólo la podía expresar con una voz tenoril más robusta, que se alejara no solo de los tipos Rossinianos, sino también de la vocalidad de Rubini. El material de Camarena resulta insuficiente y Del Cerro, que canta Normanno, suena más robusto que él, pero el mejicano siempre busca la variedad, los acentos y su fraseo, no especialmente aquilatado y de clase, es siempre efusivo. Además, interpoló varios agudos, franja donde más brilla, lógicamente, incluido el Do de Tamberlick en la escena final.
La producción, la típica de regista actual cuando se enfrenta al melodrama romántico. Como me causa sarpullidos, lo visto de película de terror, sanatorio de locos en que los burgueses se entretetienen con la exhibición de unos trastornados (el romanticismo exacerbado de esta tragedia sólo puede verse así hoy día-es su reflexión), se subraya innecesiramente la inestabilidad mental de Lucia, que está en el canto y la música, presentándola como una muñequita oligofrénica e infantil con insinuaciones de relación incestuosa con el hermano... pues vale. Es la cruz escénica que nos toca sobrellevar. Al menos Alden, respeta la "tinta" de la obra.
La ópera se ofrece absolutamente completa.
_________________ "El canto como la belleza que se convierte en verdad" (Friedrich Schiller)
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