Como Eminencia Pálida no da señales de vida, hago crónica de la representación del pasado 24 de Febrero, última de las tres que se dieron. En primer lugar, una puesta en escena sobria e inteligente por parte de Alfonso Romero, que enfatiza el argumento fatalista en consonancia con la obra y con la participación de figurantes que anticipan y contribuyen al desarrollo de la acción. Bien los decorados móviles en un escenario abierto que permite el juego de luces de forma coherente. Nada de, como diríamos los canarios, "machangadas".
Aquiles Machado cantó y fraseó con gusto, inteligencia y musicalidad; el tenor "guaro" (apodo que se les da en Venezuela a los nativos de Barquisimeto, tiene ya mucha carrera a sus espaldas y afrontó su personaje con criterio y sensibilidad; desgraciadamente, el registro agudo sonó forzado y calante, cuando no en grito.
Sae Kyung Rim es una soprano sobrada de facultades en todos los registros, con una voz hermosa, potente y que "corría" de forma excelente; no obstante, tuvo una exagerada tendencia a cantar en forte, lo que le hizo perder capacidad de matices y variedad en colores; excepto, claro está, en "La vergine degli'angeli" y en el trío final, donde el piano es de obligado cumplimiento.
Sergey Murzaev, que me había causado buena impresión como Carlo Gérard hace dos años en ese mismo teatro -y también en una retrasmisión desde La Bastilla de la misma ópera- nos dió una de cal y otra de arena: tiene voz y potencia de sobra, pero su emisión es irregular y musculosa, por lo que su legato se resiente en consecuencia.
Belén Elvira hizo una deliciosa Preziosilla en el debut del papel, acometiendo a la gitana con inteligencia y unos medios excelentes, entre los que destaca un agudo espectacular; estuvo simpática y entregada en ese desagradecido, en mi opinión, personaje. Además, es muy guapa y dio la medida en todas sus intervenciones de forma convincente.
In Sung Sim también debutaba como Padre Guardiano; un bajo joven con la voz perfectamente proyectada y de emisión fácil, tal vez algo envarado -quizá por la disposición de un persoane un tanto granítico y poro variado. Como poco, estuvo más que correcto y creo que tiene futuro.
Y para acabar con los debutes, el Fra Melitone de Pietro Spagnoli, quien, con sus limitaciones vocales -barítono excesivamente ligero, como ya sabemos- fue uno de los triunfadores de la noche. Tiene más conchas que un galápago y sabe dominar la escena en cuanto pisa el escenario. Anuncia que va a cantar el Dulcamara en breve...
Muy bien todos los comprimarios y coros -canarios de pura cepa- y bastante bien el director musical, un joven Sergio Alapont, recientemente galardonado como Mejor Director de Italia por GBOPERA Awards en 2016. Estupenda la Filarmónica de Gran Canaria.
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