Estuve abonado los primeros ocho años desde la reapertura del Real. Luego por motivos laborales salí de Madrid y sólo he vuelto al Real en esporádicas ocasiones, como aquel glorioso Barbero con JDF, Raimondi, Bayo et al.
Asistí a la función del martes día 2 y salvo por cuestiones personales la función me decepcionó en su conjunto, aunque como ya se ha dicho creo que ha sido una buena ocasión para hacer caja y acercar al público que no frecuenta la ópera a este arte sublime. Claro que se acercarían más si los precios fueran menos elevados. Pagar más del doble de lo que me cuesta mi entrada en Les Arts, y más pare ver lo que se vio,… es una barbaridad.
En primer lugar los cantantes. Costello, pobre pobrísimo. Sin presencia, sin gracia… y sin voz. Mimí, interpretada por Anita Hartig mostró una voz potente pero sin ángel. El Marcello de Etienne Dupuis, para mi gusto fue el mejor pero sin pasarse. Colline (Mika Kares) en su “vieja zimarra”, pasó desapercibido, Schaunard (Joan Martin-Royo) bien grancias y Musetta (Joyce El-Khoury) .. mira que es difícil no salir airosa a una soprano ligera media de ese papel con ese vals maravilloso. Pues bueno, no emocionó, lo cual es lo peor.
En segundo lugar la dirección de escena, responsabilidad del Sr. Richard Jones. Empezaré por Musetta que siempre ha sido pizpireta y no chabacana. Eso de subirse a las mesas y quitarse las bragas (o la enagua o lo que fuera) pues como que no pega. Podría ser pasable para una Carmen, pero no para Musetta.
La buhardilla tan pobre, tan pobre que parecía de representación de instituto. Al igual que la casa del tercer acto.
Por el contrario el segundo acto, ahí se gastaron los cuartos, tanta calle de París, tanta avenida, tanto Momus (para mi gusto demasiado lujoso; el Momus es un café no la Tour d´Argent) y tanta calle con escaparates de corsetería fina, distraen de lo fundamental. Y luego el cambio constante con la ayuda de los técnicos, pues como que rompe la acción de lo importante: el canto.
Eché mucho, muchísimo, de menos el montaje de Giancarlo del Monaco. Y lamento tanto lo que he leído acerca de que ha quedado dañado… Qué pena.
La dirección de Carignani, a mí no me desagradó. Quizá algo lenta, pero sí mostró calidad en los pizzicatos por ejemplo. Ah, y no tapar a Costello… era imposible.
Al finalizar hubo aplausos generales y algunos bravos. ¡Estamos en Navidad!. Sinceramente, me pareció excesivo y fuera de lugar. El Real merece más calidad y más nivel de exigencia.
Me hace gracia leer a los cronistas profesionales cómo coinciden tan poco entre sí. Suelo desconfiar, puede haber intereses… Me fio más del foro.
Decir por último que personalmente me lo pasé bien porque Puccini siempre es Puccini (qué melodías…) y, sobre todo, porque mi hijo Pepe, de 12 años me quiso acompañar motu proprio. ¡¡¡Y le gustó!!!.. También me acompañó mi señora Gata. Ah, y me encontré a mi amiga Pola y sus retoñas a la que hacía mucho tiempo que no veía. Todas, incluida mi Señora Gata, guapísimas.
En definitiva, viva Puccini y feliz año a todos.