Aquí tiene para opinar con cierto fundamento (aunque no sea escucha directa en el teatro):

https://www.youtube.com/watch?v=nJYqROWbIWQ

https://www.youtube.com/watch?v=XhSIZSdBKtY

Perdone, pero este último diría que sí es desde el teatro y del famoso día 17, del cual he leído maravillas de personas (que sí han asistido) que no son foreros.
Me alegro por quienes estuvieron, sinceramente.

Los dos vídeos son del teatro (el primero de un ensayo; el segundo de la última función). Lo que he querido decir --y creo que no me he expresado bien-- es que, a la postre, se trata de grabaciones, y no de una escucha in situ en el teatro (que es donde aún se aprecian mejor esas cualidades que aún le restan a Domingo)...

Hombre, está bastante mejor de timbre y alíentos que en Los Ángeles, sabe lo que significa acentuar, pero vamos, pura rutina sin más. Esto vale para una exhibición como las que hacía Lauri Volpi de anciano.

Si fue lo mejor de la función, pues entonces el problema es del resto.

Por cierto, 50 años que lleva el Sr, Domingo cantando en italiano y sigue sin saber pronunciar "le doppie": "rispeto", "bestemia", "saso"...

Pues en eso estamos, por desgracia...

Pero hay una gran diferencia entre Lauri-Volpi o Lo Forese en sus exhibiciones y Domingo:
A favor de Domingo y su estado vocal por un lado, porque los anteriores estaban retirados y habían perdido el fuelle para una opera completa.
En contra diría que lo de cantar de barítono es una "memez" (esto es mi opinión, y con respeto a su carrera), porque no suena a barítono y que los años pesan, aunque el día 14 estuvo bien (estuve allí y lo puedo corroborar, y le aplaudí porque se lo mereció).

Lo de los teatros se entiende, como bien decís, porque llena el auditorio pero artísticamente creo que retirarse a tiempo es una victoria. En cuanto a Nucci, lo siento pero para mi es otro cantar...

Un abrazo a todos!!

Otro que opina lo mismo de Nucci

No amigo mio, mi opinión de Nucci es muchisimo peor...

El Nucci de los 80s y 90s, tuvo pese a ser siempre barítono atenorado o tenor corto, actuaciones muy logradas además de ser - su punto fuerte - más que comunicativo : sus dos primeras actuaciones liceísticas en los primeros 80s, fueron un Enrico de LUCIA y un Fígaro de BARBIERE ( aquí ya bisó en una de las funciones, ...largo al factotum ....)

Algo tienen ambos en común (Domingo y Nucci): el argumento ad vivum de sus incondicionales. Durante años tuve que escuchar a un par de amigos nuccistas que para juzgar al italiano había que escucharlo en el teatro; al final lo hice y fue mucho peor. No volveré a picar. Además siempre da la casualidad de que el fragmento que se me pone a tiro (pongamos, por ejemplo, el ya histórico Perfidi! de Los Angeles) "no es la mejor noche".

La gran diferencia, que aquí hay que aclararlo todo: Domingo ha sido (y eso lo puede oír cualquiera que no haya perdido la oreja, sin necesidad de acudir a 54 funciones).

Los caminos de Dios son inescrutables. Ahora resulta que la discusión se centra en qué barítono es peor, si Nucci o Domingo (o eso creo entender de todo este fárrago). Bueno, si aplicamos la Lógica de la Escolástica (que no, que no tiene nada que ver con una portera de finca urbana tipo Chus Lampreave), resulta que si Domingo NO es barítono y Nucci SI es barítono (con los adjetivos y limitaciones que se quieran poner), la conclusión no puede ser más clara.

La discusión no es entre barítonos o de fintos barítonos, sino de cantantes de los que se afirma que por su estado vocal, ya deberíann estar retirados y a pesar de ello se resisten a hacerlo o el favor de cierto sector del público los mueve a no hacerlo por ciertos chispazos que aún dan.

No estamos comparando limones con manzanas.

Saludos.

En su razonamiento amigo Rubini, falta un elemento: la falta de relevo de cantantes jóvenes de categoría que hace que aún esas cualidades brillen más ante la falta de sucesión generacional.

De acuerdo, pero igual podría argumentarse que eso no es problema ya de los veteranos, que si se autoevalúan con lo que hicieron en el pasado en plenitud, podrían decir fácilmente hasta aquí llego y si lo que queda es el desierto, pues que el público, los aficionados, los fanáticos, esperen a que caiga el agua.

No por su ausencia la ópera se morirá, ya que sabemos que mucho del público actual se conforma con poca cosa o no estudia o no se interesa y solo va a divertirse como a cualquier otro espectáculo, cuyo recuerdo se agota cuando se sale del recinto.