Pues yo que no he sido un tifoso nunca (de nadie), ni he tenido a Kraus entre mis cantantes predilectos --pero sí aprecié mucho a Domingo durante cierto tiempo en mis orígenes como operófilo (y le sigo escuchando con gusto en las grabaciones de sus buenos años)--; yo que creo haberme caracterizado por criticar en este foro (y en otros lugares) sus incursiones baritonales por inadecuadas y que he señalado, por activa y por pasiva, sus numerosos defectos, he de reconocer (nuevamente) que de la función del día 13 fue el intérprete más destacable y vibrante; el que mejor supo imponer los acentos requeridos; el que más transmitió. En fin, Serafín...

¿Justifica ello que Domingo deba seguir cantando por esos teatros de Dios? En mi opinión, no (aunque mi opinión es lo que menos cuenta, claro está), por muchas razones: no siempre tiene tardes buenas (como el 13 y, al parecer, ayer); está cantando en una tesitura que no es la suya; creo que con ello deslustra su importante pasado como tenor, etc. Para mí, el hecho de que Domingo siga destacando sobre los escenarios es, únicamente, una nueva prueba (por si hicieran falta más) del lamentable estado de postración en que se halla el mundo del belcanto, porque si un grupo de cantantes jóvenes, en sazón y cantando en sus tesituras, no son capaces de transmitir más emociones y de superar cantando a un señor con edad de jubilado es que algo (y muy grave) está fallando...

Por cierto: el coro estuvo estupendo, incluida doña Sonsoles Espinosa (y otras yerbas), señora de Rodríguez Zapatero...

pero ¿la culpa es de la oferta o de la demanda?
porque la razón de mayor peso de que los teatros cuenten con el señor Domingo y programen aquello que desea cantar es que, aún hoy, tiene tirón entre el público y cuelga el "no hay billetes"cuando se le anuncia.
¿deberían ser los propios teatros los que dejaran de llamarle aun a expensas de la pérdida de ingresos por taquilla?
¿o el problema real es que un amplio sector de la afición sigue dispuesta a perdonarle al divo cualesquiera defectos que pueda exhibir (falta de fiato, falta de adecuación a la cuerda en que canta...) porque su carisma y personalidad escénica lo compensa todo?

al final es el dilema de la telebasura: ¿la programan porque la ven? ¿o la ven porque la programan?
pongamos el acento donde queramos. pero creo que la menor de las culpas es la del señor Domingo. él se limita a ofrecer un producto conocido por todos. si hay quien lo sigue comprando...

Hombre, pues yo creo que es un problema de autoalimentación entre ambas disyuntivas. Pero que se da en la ópera en general, no sólo con el caso "Domingo". De ahí que un servidor, en efecto, cada vez se plantee más en serio si, de verdad, merece la pena gastarse el dinero e ir al teatro para ver espectáculos como éste o similares (cuando no claramente peores).

En el caso concreto del fenómeno "Domingo", y dejando al margen los seguidores incondicionales y entendidos --esto es los tifosi que siempre irán a ver al divo y le jalearán, haga lo que haga--, el principal problema radica --y no querría parecer pretencioso con ello-- en el hecho de que la mayoría de la gente no sabe lo que está escuchando; esto es, le basta con saber que canta Plácido Domingo para imaginar o deducir que lo está haciendo de maravilla. Y lo mismo podría hacerse extensivo a otros intérpretes (en realidad, a la mayoría de los cantantes de ópera, a los que se considera como superfenómenos). Hay otros, sin embargo, que aun siendo conscientes de los defectos del madrileño --cada vez más numerosos y menos disimulables--, van a verle porque saben que se trata de una leyenda y quieren compartir esos momentos con él hasta que ya no pueda hacerlo. Esto es: como aquél que se queda despierto toda una noche sólo para ver pasar el "Cometa Halley". Otros, en cambio, como fue mi caso en esta última ocasión, porque me cambiaron la entrada por este Macbeth y no pude endosársela a nadie, ya que no me interesa especialmente la faceta baritonal de Domingo. Y hombre, pues tampoco iba a perder el dinero...

Bueno, yo creo que no entro demasiado en las categorías de nuestro querido nibelungo. No soy incondicional de Domingo ni tengo ninguna nostalgia (imposible, pues empecé a ir a la ópera cuando ya estaba de lleno en su etapa baritonal y de hecho la primera vez que lo vi fue pensando que iba a ser un camelo por lo que había leído). Si algo puedo decir es que, al haber entrado en este mundo de adulto por mí mismo y no de la mano de familiares, etc. voy sin ningún prejuicio.

Tampoco, aunque no sea un gran experto, puede decirse que vaya sin saber lo que estoy escuchando. El Macbeth lo vi hace tres años en el Met con Lucic-Netrebko-Pape y hace un mes escuché el «Patria oppressa» dirigido por Muti e interpretado por la Chicago Symphony Orchestra. Es decir, en ambos casos lo mejor que se puede plantear hoy en día (en el segundo caso no hace falta la precisión «hoy en día»). Y, si bien Netrebko y Pape estuvieron por encima de sus homólogos en estas funciones, sinceramente no cambio a Domingo por Lucic ni de lejos. Y la dirección de Conlon y el coro del Real estuvieron bien.

Otro tema es la reflexión que hace Alberich, de que si Domingo es lo que hay hoy en día para Macbeth, a lo mejor no compensa ir al teatro a ver Macbeth. Eso ya es cosa de cada uno. A mí desde luego me compensa.

Es que este foro es muy fisno y agudo. Domingo una caca y Nucci también.

Que se vayan a ver a Vratogna como Macbeth, que a lo mejor les chifla.

Es que telita lo gourmet que son algunos. Cualquier diría que han visto a Cappuccilli, a Bruson, a Taddei, a MacNeil ... y la mayoría han visto cuatro óperas.

Usted sería, un poco, los del Cometa Halley, ¿no? Como Carl Tunner...

Cometa leches

Pero lea lo que he escrito sobre dicho Cometa, antes de soltar exabruptos...

Igual al que le termina gustando Vratogna, allá por su función número cuatrocientos mil, es a usted.

Pues si me termina gustando Vratogna o cualquier otro sería por verlo y escucharlo en teatro, no como usted, que elabora doctrinas con escuchas por radio macuto comiendo un bocata nocilla bien amarrado a la mesa camilla.

donde pone nocilla mejor diga nécoras y langostas. que el cicuta es de pico fino.

Y a todo esto, sigo a la espera de que se respondan estas simples e inocuas cuestiones. El vídeo lo he escuchado (lo del Real no, pero ya saben que eso no me impide opinar, en eso es en lo que debo de practicar la coherencia que me atribuye generosamente el forero Yllanes)

-El día 17 estuvo muy bien de voz, muchísimo mejor que en ese video. Ya he recalcado que es la mejor prestación que he visto a Domingo en los últimos años.

-En los cantabile lo pasa mal por falta de aire, que le impide rematar las frases (se come sílabas, se acomoda palabras), pero sale adelante porque su preparación musical es sólida y aunque su legato nunca fue de alta escuela, sí era correcto. Y eso tanto antes como ahora.

-Macbeth tiene abundantes pasajes de declamado en los que puede lucir acentos (que podrán ser genéricos, pero son vibrantes, scanditi y de gran impacto en sala), además de intensidad, poder comunicativo, emotividad y sonidos de calidad y pegada en teatro. Monólogo del puñal, "Fuggi regal fantassima", escena de las apariciones...

Yo (y cualquiera) puedo coger una grabación en directo de Domingo de cualquier época (nosotros teníamos dos cassettes completos) en que está pésimo. Anda que no había días que estaba mal de voz, cansadísimo,al límite, y también los he padecido en vivo. Y eso con 40 años, conque con 76!!!

Un poco de rigor

A Domingo se le ha visto mejor y más entregado que en I Due Foscari. Como ya dije antes el volumen se ha resentido un poco y la voz a veces se engorrona. Pero sigue siendo un declive dorado. Desde luego empezar un declive dorado a los 70ylargos y que por momentos sigamos creyendo que Domingo ha encontrado la fuente de la eterna juventud vocal tiene mérito. Uno siempre tiene ganas de volverlo a ver. Es verdad que comparado con él mismo en ese miniconcierto de hace dos años el Pietà rispetto pues acusa un cierto declive. Pero es que ese señor sabe interpretar a Verdi, para bien o para mal. Y eso es difícil de encontrar. Que un tenor de 76 años tenga más idea que muchos cantantes 30 años más jovenes da que pensar.

Por cierto, se ha hablado de Dimitris Tiliakos. Creo que dentro de sus limitaciones, es de lo más potable que haya escuchado en barítonos verdianos hoy en día. Otra rareza.

Es sorprendente que un tenor septuagenario siga llenando entradas. Y generando controversias.

Le aseguro, Gino, que lo escuchado el día 14 no tuvo absolutamente nada que ver con lo que oímos en este vídeo...