una "Luisa Miller" más que disfrutable.
tres nombres propios: Conlon, Nucci y Beloselskiy. el primero, por llevar con nervio y viveza la batuta, que yo noté quizás algo morosa en los primeros compases de la obertura, pero que luego fue briosa y vívida. además, acompañó a todo el reparto con notable respeto. Nucci, porque vive los personajes que canta, y como indica Jane estuvo bastante comedido. la edad se nota, y así tuvo un pequeño traspié en la cabaletta de su escena, entrando un poco tarde y falto de aire en las últimas frases. colgó un Lab del techo para desquitarse. y el bajo, quizás el mejor cantante de la noche, matizando su interpretación, aunque el fraseo en los rusos siempre va de aquella manera. a mí me pareció un cantante notable. Lana Kos. pues bueno, la voz no es especialmente bonita, pero cantó con entrega su parte, resolvió las agilidades del primer acto y supo acometer las partes más dramáticas del resto de la partitura. la Luisa tiene un algo de Violetta. bien, sin más. no entusiasmó pero tampoco fue para echar a correr, algo que sí podría decirse del tenor, verde como el trigo verde. la voz está por madurar. el timbre evoca ligeramente a Grigolo, intérprete con el que Vincenzo Costanzo comparte alma y espíritu sanremero. el agudo, sin resolver, empujando a las buenas de dios, con cambios de color, sin brillo. se salvó por el aria, que debe tener machacada a recitales. pero su Rodolfo fue insustancial. y Relyea es una voz de bajo pilórico, porque es por el píloro donde la fabrica. estuvo y punto.
fabulosa producción, por cierto. realista y preciosista. y barata!
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