Hace una semana estuvimos con Don Pasquale y hoy de nuevo a pasarla bien, aunque el reparto no promete mucho.

Estos los responsable de hoy:

Adina...................Aleksandra Kurzak
Nemorino................Vittorio Grigolo
Belcore.................Adam Plachtka
Dr. Dulcamara...........Alessandro Corbelli
Giannetta...............Ying Fang

Acompañante en los recitativos: Steven Eldredge

Director...............Enrique Mazzola [Debut]

Comenzamos.

Apenas se escuchó a la señorita Fang, así que no la juzgamos, aunque el temblor de su voz fue la característica palpable, en medio de un brioso coro.

El señor Grigolo engrosando de manera artificiosa su voz media y con sus habituales jadeos, pero a la vez con ese su estilo despreocupado que lo emparente con cantantes de otras disciplinas.

De ahí que su Quanto é bella resultó digamos que entretenida, aunque portamenteó de manera burda el agudo final, que casi se le quiebra.

Pero el respetable hoy le aplaudirá todo.

La señora Kurzak, dentro de lo que parece ser la corriente de la noche, cantó bonito y con desenfado su aria Della crudele Isotta, con alguno que otro chillido por agudo, sin ningún discurso virtuosístico como para codearse con alguna Adina en el recuerdo.

Cuando menos el maesto Mazzola le está imprimiendo brío al asunto y está levantando los ánimos con la introducción al ingreso de Belcore. Quizás demasiado enfático.

Dentro del esquema de arias de presentación, le toca el turno al señor Plachtka, con maneras al estilo de Leo Nucci en su Come Paride vezzoso, pero de canto de emisión más bien dura, con un recurso fácil de sacar voz al final para ganarse al aplauso.

De la cadencia pasó totalmente de largo.

Cuando menos el señor Plachtka con su canto un tanto burdo dá el tipo del pesado Belcore y así lo refleja en sus frases: Piú tempo, oh Dio, non perdere y cuando menos deja la impresión de hacerse escuchar.

El señor Mazzola lleva a todos a 100 km/h y agudín de tradición de la señora Kurzak para cerrar el concertante.

El señor Grigolo inicia el dúo Una parola, Adina con uno de sus clichés o marcas de la casa: frases casi susurradas o habladas, para pasarlas como implicación dramática de gran factura.

La señora Kursak, lo que es bastante, se concentra en los detalles de las frases, para darla la réplica al inquieto Grigolo.

El maestro Mazzola debe estar al pendiente de seguirle el fraseo a piaccere del señor Grigolo, que ciertamente no pasa desapercibido.

El canto vuelve al reposo con las frases de la señora Kurzak: Per guarir di tal pazzia.

No hubo repetición, con lo que el dúo dá la sensación de terminar de manera abrupta.

Todo alegría el coro La gran nuova! venite, venite a vedere, donde siempre es garantía el coro del MET.

El señor Corbelli con su voz erosionada, se muestra como el cantante más serio, si cabe la expresión, de esta noche.

Su Udite! udite, o rustici, combina frases casi vinculadas con el parlando, pues el aire parece faltar, con el canto puro, pero el caballero es un viejo zorro, que incluso saca provecho de sus debilidades actuales.

El guiño con el asunto de que el trompetista se llama Gaetano. Ya arrastrado desde que se instauró esta producción.

Respetos para el caballero, pero nada más.

El canto epiléptico y con exceso de entusiasmo del señor Grigolo no puede pasase por alto ciertamente.

Tendrá o no tendrá adeptos, pero cuando menos es diferente y según él pretende introducirle un poco de frescura al canto "tradicional".

Eso respira a raudales en el Obbligato, ah! si obbligato!, contrastando con el canto de manual del señor Corbelli.

El señor Corbelli nos demuestra sus tablas y experiencia en el Va, mortale fortunato, que obliga a meter en cintura al señor Grigolo.

El maestro Corbelli sacó sus arresto de barítono para coronar con un potente agudo, este agradable dúo.

El recitativo Caro elisir! sei mio! y la escena sucesiva, es ideal para la vis escénica del señor Grigolo, que también regaló momentos, momentos de canto entonado, sobretodo ante el momento de la indiferencia de Adina.

El señor Plachtka está enemistado con lo que son las notas agudas, por lo que recurre a brabuconadas para disimular el tema, aunque se deja escuchar en los concertantes.