L´ora, o Tirsi, incluido final destemplado como colofón, sin mayor comentario.

Tu, amore? Tu? De resultados alternos.

Canto ardiente de don Roberto y fraseo telegrafiado de la señora Opolais, que pretende ser disimulado con uno que otro arrebato más fabricado que espontáneo.

Las aguas y el canto alcanzan la paz, con la parte más lírica del dúo.

La calidez dispar de las voces es evidente y don Roberto debe apretar en alguna frase.

Hubiese regulado un poco más la emisión en el "dolcissimo soffrire!" Pero no todo puede pedirse.

Ah! Manon, mi tradisce: a este momento lo mejor que ha cantado don Roberto. A plenitud, a sus anchas, sin fisuras, con vehemencia y pasión. Grande!

Con el corazón en la mano don Roberto sacó la peligrosa frase: Ah! torturate mi vuoi ancor! y concluimos de manera frenética este acto segundo.

Seguimos manteniendo el nivel.

En la ejecución de la orquesta del MET, el inspiradísimo Intermezzo hace vibrar cualquier cimiento y esta no ha sido la excepción. Quizás una sección intermedia con más decibelios de lo usual, pero no cayó mal.

Muy bien el maestro Luisi llevando el pulso y concertando esta dramática escena en el puerto.

Es curioso como en el intermedio entrevistaron a la señora Opolais, quien tenía los conceptos muy claros sobre el estilo de Puccini y el personaje de Manon; pero a la hora de la verdad lleva muy poco a la práctica.

Don Roberto todo convicción y fuego en el No! pazzo son! Solo que al final un grito fue pasado por agudo.

Pero se lo disculpamos por la emoción que nos transmitió previamente.

Al final pretendió recordarnos a algunos tenores del pasado con un grito exhultante hacia Manon, pero mejor se lo hubiera guardado.

Intenso el fraseo de don Roberto, en ese pasional momento: Vedi, son io che piango ... aunque nos castigue un poquitín el oído en sus ascensos al agudo.

Se lo perdonamos.

Por otra parte, sería inconcebible que con la riqueza de esta escena una soprano no saque algo de corazón y la señora Opolais ya lo está haciendo finalmente, con todo y sus modestos medios.

Algunas ocasiones ya debe hacer cantado la señora Opolais "Sola ... perduta ... abbandonata.

Por lo que han debido transcurrir casi 3 horas para escuchar un canto ahora sí elaborado, pasional y de tintes verdaderamente puccinianos, aunque con ciertos pasajes atropellados.

Tampoco exageremos, pero ha sido cuando menos pasable, conocedora de que tiene techos en toda su gama.

Todo el marco que crea Puccini, hace difícil que no nos emocionemos siempre con estos momentos finales de la ópera.

Aquí la soprano debe sacar todas sus armas, para hacernos llegar su dolor y por qué no decirlo reflejar su camino hacia la muerte.

A la señora Opolais eso le cuesta, pero lo intenta. A lo mejor algo ayude la parte escénica, pero lo medular es el canto y nos hace falta algo más.

En cambio para don Roberto todo es espontáneo y ya ligado al canto de manera directa, notándose el contraste.

Quizás estamos siendo exigentes en demasía.

Ay! esos acordes finales tan llegadores, en medio de sollozos tenoriles.

Conmovedor!

Una agradable noche de ópera.

Un muy buen debut de Roberto Alagna en el personaje de Des Grieux pucciniano, con todo y lo que ya sabemos del estado actual de su carrera, suficiente para sacar bien este papel. Agradeció al apuntador, que bien que lo necesitaba al abordar por primera vez el rol.

La señora Opolais no es santa de mi devoción, así que no escribo más.

Los demás no desentonaron, bien arropados por el maestro Fabio Luisi.

Unos pocos abuchearon a la producción escénica.

Good night!

¡Gracias, señor Rubini! La sustitución de Kaufmann por Alagna me interesa para ver esta obra. Alagna es un artista apasionado.

Para ampliar lo narrado, una crónica in situ con imágenes para hacerse una idea adicional de por dónde fue el asunto.

Evidentemente a la señora Opolais le explotan otras facetas más allá del canto.

http://poisonivywalloftext.blogspot.com ... scaut.html

Admito que para mi la funcion fue decepcionante, escuche los primeros 2 actos por la web y apague el ordernador. Opolais no me gusto nada y aunque Roberto mejoro mucho en el 2do acto y se le escuchaba entregado y pasional, la voz no estaba teniendo su dia. Los nervios del debut y la situacion seguro tendrian influencia en el asunto, esperemos que pueda mejorar su rendimiento para la transmision por cines.

No se, estimada Despi. La importancia de la carrera de Alagna casi nadie la pone en duda, pero creo que estamos comparando a un cantante al que sus propios detractores reconocen una evolución constante en cada papel que aborda con otro del que echamos ya de menos sus mejores días.