Curioso. El bueno de Tunner hace un pobre favor a los intérpretes que ensalza o destaca. Rápidamente los habitantes del "Mundo al Revés" despiertan y tratan de ponerlos a caldo, no vaya a ser que quede así la historia. Esta última intentona tiene su risa: los habitantes de este simpático y entrañable mundo ahora tratan de condenar nada más y nada menos que a Christian Thielemann como director wagneriano:
la verdad, no deja de sorprenderme hasta dónde puede llegar el completo absurdo de las teorías, opiniones o postulados que manan del "Mundo al Revés".
Hasta el propio AF Mayo, qed, que fue el más duro de los duros con toda funcion, interprete o director que se aproximara a Wagner en los últimos 20 años, se rindió ante el teutó al que alineó como continuador de una tradición germánica junto a unos tales Furtwangler, Knappertsbusch, Karajan, Keilberth o Kempe: vamos, casi ná. Y resulta ahora que Thielemann deja frío a uno. Vamos bien.
Tengo exactamente el mismo background que Tunner con respecto a Petrenko ya que, movido por la presencia de Domingo en el cast que al final canceló, fui a una función de aquellas Dama de Picas del Liceu en el año 2003 (si no mal recuerdo). Yo ahí sí vi a un director enérgico, apasionado, cuidadoso, y a la vez elegante de gesto, con buenas intenciones e ideas para contratar dinámicas. Estaba en una posición del aforo que me permitió verle dirigir bien durante la velada, y sí, creo que estamos ante un enorme director, ora con Wagner, con Chaikovsky o con lo que toque.
Dicho lo cual: ¿qué tendrá que ver que haya un buen director en el circuito, que nadie tiene por qué negarlo, con que en el mismo circuito se desenvuelva el mejor wagneriano straussiano de los ultimos 20 años?. No entiendo esta manía de si una ovación fue más gorda que otra, o si uno hace un pis mas largo que otro, cuando además, como bien se señala, el argumento de los decibelios de las ovaciones aquí se usa en pro o contra según sopla el viento: los habitantes del "Mundo al Revés" son expertos en rebajar grandes ovaciones a masas que solo van a la ópera para exhibir joyas o trajes de noche (*) mientras que consideran grandes triunfos cuando ellos y cuatro más en chanclas, bermudas y mal afeitados aplauden algo que no ha gustado ni al apuntador.
En fin, que vamos a tener que empezar a escribir las crónicas del revés para que los habitantes del "Mundo al Revés" las echen abajo, y de esta forma, cuando destapemos la realidad el mundo real se encuentre en linea con el "Mundo al Revés" a través de un efecto "al revés del revés". Algo hay que hacer
(*) cosa que ya apenas nadie hace, salvo en pocos sitios, curiosamente uno de ellos, precisamente Bayreuth donde ellos van en smokin y ellas con trajes de noche y enjoyadas hasta los pies: y ahora resulta, de repente, que ese es el público que parece apadrinar sus preferencias... curioso, oyes.