Yo estuve en el Fidelio de inauguración de Les Arts y, desde luego, que fue una gran noche de ópera, pero aún fue mejor la reposición de 2011 con Kaufmann en una de las funciones,(la que presencié) y en la que Mehta ofreció la mejor dirección que le he visto en mi vida con una prestación orquestal Hors categorie como el Tourmalet en el Tour de Francia. ¡¡¡Qué obertura Leonora III madre del amor hermoso!!! Y no necesité ningún afán descubridor de raiz Morteriana...

Les acepto lo que quieran en cuanto a los ensayos o mayor o menor adecuación de una producción a un teatro, pero no me justifiquen con aparentemente sesudas teorías (más bien sofismáticas) con palabrejas alemanas epatantes, que la mediocridad de unas representaciones de una obra maestra como Fidelio es todo culpa del montaje escénico y de que se ha alquilado, sustraído, pedido prestado o subarrendado. No oigan, no. El director musical está plúmbeo, anodino y destensionado porque lo está y ya está (como en un Wozzeck que le ví en París o en el propio Boris del Real), la orquesta flojita, los cantantes aburridos, monocordes y apagados vocalmente. Se nombran otros, claramente superiores bajo cualquier prisma, y se despacha como que son animales de escena, claro, son netamente mejores y con ellos u otros de ese nivel y un director musical a la altura del de Valencia o de los que hemos visto dirigir Fidelio en el Real anterioremente, hubiera cambiado mucho la cosa, independientemente de la producción (y su alquiler) a la que yo sigo defendiendo a pesar de sus reparos.

Sr. Tunner la falta de ensayos y los largos periodos en que la orquesta está sin director titular trae estas consecuencias en lo musical. Por si no se acuerda Mortier asumió la dirección artística y musical, muy criticada en su momento, pero los resultados saltan a la vista.
Siempre estaba en el teatro y la orquesta ensayaba constantemente.
Le recuerdo que la Fura , de la que nos ha privado Matabosch, fue la elegida por Metha para encargarse del ANILLO con los resultados de todos conocidos, posiblemente el mejor ANILLLO de lo que vamos de siglo XXI. Creo que este FIDELIO con su escenografía hubiera tenido el interés que le ha faltado a estas representaciones .
Respecto a lo de crear una escenografía o alquilarla es la misma diferencia que hay entre un traje que te haga un sastre o comprarlo en ZARA.
De todas formas esperemos a ver la diferencia entre el próximo ROBERTO DEVEREUX y el de versión concierto que trajo Mortier, para hacernos una idea del declive de los cuerpos estables.

Igual que el que posee atractivo y elegancia le luce también el traje de Zara, cuando tenemos un artistazo (tipo Gruberova o Meier...) pone el teatro boca abajo con versión concierto, con escena, con producción alquilada y hasta cantando a la pata coja sobre una escalera y vestida con una manta de borra.

Si es cierto que hay menos ensayos, cómo voy a estar de acuerdo con eso. Lo del bajón de los cuerpos estables ya lo he recalcado muchas veces. Sin embargo, no puedo estar de acuerdo en cuanto a La Fura.

Su Anillo que ví completo en Valencia, me pareció interesante, especialmente las dos primeras jornadas. En Sigfrido ya me chirriraron varias cosas y no digamos en Ocaso, que me pareció un tanto delirante, pero bueno, acepto que es un Anillo interesante escénicamente combinado con un gran nivel musical. Pero, claro, es que poco después ví su montaje de Les Troyens en la propia Valencia, un fracaso repetitivo y sin ideas, por no hablar de la ínclita Aida del centenario de la Arena de Verona, que encima costó 4 millones de euros.
Por tanto, no tengo la mínima confianza de que la producción de La Fura hubiera sido la panacea de este Fidelio, con el agravante de que hubiera costado una pasta. El problema es que ni en ese caso, ni en el que finalmente ha acaecido con la producción alquilada, se daba la justificación (ni en el director musical ni en el reparto) para poner un nuevo Fidelio en Madrid después de habérselo visto a Claudio Abbado y a Daniel Barenboim (con una Voigt en sazón).

Pocas alegrías nos está dejando esta temporada marcada por la mala suerte desde un principio. Primero por la cancelación en masa de los artistas habituales de Mortier, que ya tenían una temporada (que parecía ser interesantísima) y por tanto Matabosch se vio obligado a hacer demasiados cambios; siguiendo por una temporada inicialmente prevista que anunció la caída de un estreno ya muy ensayado, puestas en escena y -lo que fue peor- de cantantes varios, aunque es comprensible en el caso de Domingo, por el terrible momento que está pasando.

Y hablando de mi experiencia particular, resultados decepcionantes: unas Bodas y una Fille dirigidas con desigual fortuna, una Muerte en Venecia que estuvo bien pero no para el recuerdo, una Traviata (que debía ser el punto más fuerte) que hizo aguas por todas partes, y un Fidelio por debajo de los niveles que su maestro alcanzó previamente.

Sin haber visto eventos de interés como el Romeo de Plasson o el Réquiem de Guerra, para un servidor los mejores momentos han terminado por ser las obras "cenicientas" en una temporada llena de títulos populares y fáciles para nuestro muy conservador público: Un estupendo Hansel, Un Público lorquiano que fue un buen espectáculo -aunque a mí no me gustó- y este Porgy y Bess, el que me hace pensar que hemos salido ganando con la sustitución de la ópera de Mendoza.

Y sí, el nivel de la orquesta ha estado esta temporada muy por debajo de los excelentes niveles que alcanzó la anterior (hasta el Lohengrin, porque los Cuentos fueron muy correctitos). Lo que me hace temer, porque parece haber una prisa por borrar de golpe y plumazo todo lo relacionado con Mortier, hasta los aciertos. A ver cómo transcurre la próxima temporada.

Y a pesar de todas estas desilusiones y las pocas alegrías, el público en general está muy feliz y ocupando casi todas las butacas.

No diré que es una mugre de temporada (porque tampoco), pero cenicienta sí un poquito.

Y tampoco acabo de verle mucho los encantos a la próxima, aunque ya he comprado dos entradas. Pero vamos, con decir que para el Rigoletto voy a tener que comprar para una función con Nucci, del que suelo huir concienzudamente...

Yo estuve ayer en "Fidelio", la última función.
Me empieza a resultar un tanto raro que la estética de las producciones que de media disgustan más a varios foreros, es la que me gusta más a mi, y viceversa. Porque me pareció una apuesta escénica brillante, teatral, al servicio de la obra y con una inversión en recursos justa pero para nada cutre. No pido más ni menos que eso, y a eso le llaman "aburrimiento" o alquiler o no se qué. Bueno, pues para mi este es un buen trabajo escénico, y firmo su volumen de prestaciones para todas las que vengan. A mi, el cambio de guardia me encantó, y la salida de los prisioneros también me impactó, como toda la escena completa en la celda de Florestán, que me parece que hacen un juego de luz y perspectiva muy bonitos a la vez que consiguiendo ambientar la cosa en una atmósfera tan oscura y tan terible para el prisionero.
Es evidente que hablando de producciones se puede apostar por algo más arriesgado y novedoso, sí, y me parece bien, pero como toda apuesta supone un riesgo. Aquella, que no sé si firmaba Willy Decker (no lo sé, ya saben que este dato para mi es secundario) hace muchos años en el festival de verano de Barenboim, era una apuesta de ese tipo, y salió estupendamente, porque fue fantástica por su dinámica, idea y plástica. Perfecto también: son compatibles ambas cosas cuando se hacen bien, con gusto y por y para la partitura a la que prestan su trabajo. Entiendo que haya gente que esto de la lírica ya les aburre, y entonces quieran dar rienda suelta a lo soez, ordinario o provocador, pero ahí el problema es ese de partida, su ya de por sí cansancio por el género y la música que nos lo venden, cuando esta es la protagonista, como producción aburrida cuando se pone a su servicio.
Un vestuario acertado, una caracterización válida y movimientos escénicos teatrales; se aprovecha bien la dimensión de la caja; y lo de las imágenes se usa tres veces un poco, y bueno, participan del juego junto al que hace el iluminador. Pues todo perfecto: bien por Pier Alli pues, ni un pero le pongo.

A mi no me pareció tampoco una lectura simple la de Harmut Haensen y tan monocorde. "Fidelio" es una ópera impresionante, no vamos a descubrir la rueda con ello, por supuesto, pero no dejó de añadir a tal genialidad beethoveniana su debida vivacidad, su debida fuerza, hubo aristas, dinámicas contrastadas. Lo de la 5ª sinfonía no sé de quién es idea; está claro que no deben abundar este tipo de prácticas en el mundo lírico, pero no hace daño sumarse a una fiesta beethveniana con ello. Tomemos la parte positiva del asunto, que la tiene, y más cuando es una excepción. Si esto fuera el pan nuestro de cada día, pues ni sería original, ni sería un regalo especial para el respetable con motivo Beethoven ni nada, y terminaría por ser una práctica absurda que alarga las funciones de forma innecesaria. Está claro que "Fidelio" no necesita este añadido para que funcione mejor, pero bueno, se hizo, y eso que nos llevamos puesto y vaya si lo disfrutamos porque la orquesta sonó de fábula. Me lo tomo como ese adornito que lleva un buen chuletón de Avila, que ni se come ni nadie pide, pero bueno, corona bien el emplatado, no?. No es malo. El coro cumplió muy bien con sus cometidos, no sólo musicales, porque se les exigió un gran trabajo escénico que clavaron.

Pero los peros, valga redundancia, vienen en el capítulo más importante, al menos para mi, a la hora de valorar una función lírica. No podemos volvernos a casa nunca contentos por muy bien que venga servido su dirección escénica y musical, si contamos con un reparto en que apenas nada merece pasar de un suficiente raspado en el mejor de los casos, porque de muy deficiente cabe calificar el "Florestan" de Michael König cuyo menor defecto es un caudal justísimo pero emitido con un timbre de lo más desagradable, agudo imposible y estrangulado y nula capacidad teatral como intérprete. Poco mejora la protagonista, Adrianne Pieczonka. Directamente, no hay agudo, si no grito, y desafinadete. Color impersonal, fiato cortísimo y poca, justita capacidad de impresionar su realización. Inservible también Alan Held, que para mi tiene el papel más lucido de la obra, "Pizarro", y que me pasó desapercibido, algo que hay que proponérselo cuando tienes un bombón de role como trabajo; hablando de desapercibidos... Ed Lyon? "Jaquino", no?. Ah. Mejoramos bastantes enteros con el "Rocco" del clásico Franz-Josef Selig, quien emite desde muy atrás pero al menos llena, produce algo parecido al armónico canoro que echamos un tanto en falta un cast, que si tenemos la bondad de aprobar es por el subidón que produce en la nota la puntuación de Anett Fritsch que hizo de "Marzelline". Cantante de ópera, voz de ópera, lirismo, agudo, línea, gusto, y compromiso interpretativo. Además, buena presencia: creo que esta era el pivonazo que hizo las delicias de todos en la magnífica producción de Haneke del "Cosi" hace un par de temporadas, no?. Se nota: cara de ángel, alta y cuerpo escultural (ojo, ya he descrito antes, y lo primero como es de rigor, sus dotes canoras, para que no me salten a la yugular por machista ).

Para finalizar, comentar que la incógnita a resolver de la ecuación más fácil del mundo es la de cuántos programas de mano he de tener previstos para un teatro de 2.000 personas en que está lleno. Los que hayan estudiado ciencias que respondan, porque parece que la respuesta es 300 ó 400 según algún Pitagorín por culpa del cual mucha gente se quedó sin programa de mano ayer. Menos mal que pude pescar uno en una papelera al final; sería la primera vez en mi vida que me quedo sin el programa de mano de una funcion/concierto que asisto y entonces cómo lo hago constar en mi colección tal incidente? Turbado me tenía el tema.

Tremenda la crisis esta que convierte a ilustres operófilos en desesperados programless.

Opino igualmente. Pero le cambio esa Muerte en Venecia que no presencié por el Romeo de Plasson. Para un servidor lo mejor que he visto ésta temporada.

Exacto y con mucha diferencia. Al final, las versiones en concierto son los éxitos de la temporada.

una pregunta. ¿la del año que viene es la primera representación escenificada en la historia del Real del Devereux?

Juraría que sí.

Caballé la cantó en el Teatro de La Zarzuela.

También opino igual,aun sin haber visto Porgy and Bess y el doble programa de Goyescas/Gianni Schicchi: el Romeo et Juliette de diciembre ha sido con mucha diferencia lo mejor de esta temporada.


Y si: Roberto Devereux nunca se ha representado en la nueva era del Teatro Real.

en la nueva era ya sé que no. ¿y en la antigua (que era lo que preguntaba)?

Estuve en la última función de Fidelio y la ópera me convenció, a diferencia de las grabaciones que escuché en cd y el visionado en dvd. Con un montaje entre apañadete e interesante y una orquesta que fue de menos a más. Muy bien los movimientos de la sinfonía.

En cuanto al reparto, ha sido el mejor de todos los que me han tocado en abono a lo largo de la temporada (porque los de bodas, hansel y traviata fueron de traca); menos Alan Held, que como villano produce menos miedo que la sonrisa de un bebé, los demás "cumplieron". Es verdad que la orquesta poco a poco va minando a Pieczonka y que Köning es monocorde, Selig todavía se mantiene y Fritsch domeñó mejor el vibrato que en los pasados bodorrios.

Muchos aplausos y escasos folletos de mano; me agencié uno al final. Me fui contento a cenar a Huertas.

si la base de datos que manejo no falla, la única y ultima vez que se represento en el Real Roberto Devereux fue en la temporada 1859-1860. Mas concretamente del 5 al 11 de marzo de 1860, tres representaciones con la Grisi como soprano. No tuvo en el pasado tanta suerte como otras obras de Donizetti que se representaban hasta la saciedad:por encima de las demas Lucia di Lammermoor, Linda de Chamounix, Lucrezia Borgia o La favorita y otras como Poliuto o Maria di Rohan mas discretamente.