Yo estuve ayer en "Fidelio", la última función.
Me empieza a resultar un tanto raro que la estética de las producciones que de media disgustan más a varios foreros, es la que me gusta más a mi, y viceversa. Porque me pareció una apuesta escénica brillante, teatral, al servicio de la obra y con una inversión en recursos justa pero para nada cutre. No pido más ni menos que eso, y a eso le llaman "aburrimiento" o alquiler o no se qué. Bueno, pues para mi este es un buen trabajo escénico, y firmo su volumen de prestaciones para todas las que vengan. A mi, el cambio de guardia me encantó, y la salida de los prisioneros también me impactó, como toda la escena completa en la celda de Florestán, que me parece que hacen un juego de luz y perspectiva muy bonitos a la vez que consiguiendo ambientar la cosa en una atmósfera tan oscura y tan terible para el prisionero.
Es evidente que hablando de producciones se puede apostar por algo más arriesgado y novedoso, sí, y me parece bien, pero como toda apuesta supone un riesgo. Aquella, que no sé si firmaba Willy Decker (no lo sé, ya saben que este dato para mi es secundario) hace muchos años en el festival de verano de Barenboim, era una apuesta de ese tipo, y salió estupendamente, porque fue fantástica por su dinámica, idea y plástica. Perfecto también: son compatibles ambas cosas cuando se hacen bien, con gusto y por y para la partitura a la que prestan su trabajo. Entiendo que haya gente que esto de la lírica ya les aburre, y entonces quieran dar rienda suelta a lo soez, ordinario o provocador, pero ahí el problema es ese de partida, su ya de por sí cansancio por el género y la música que nos lo venden, cuando esta es la protagonista, como producción aburrida cuando se pone a su servicio.
Un vestuario acertado, una caracterización válida y movimientos escénicos teatrales; se aprovecha bien la dimensión de la caja; y lo de las imágenes se usa tres veces un poco, y bueno, participan del juego junto al que hace el iluminador. Pues todo perfecto: bien por
Pier Alli pues, ni un pero le pongo.
A mi no me pareció tampoco una lectura simple la de
Harmut Haensen y tan monocorde. "Fidelio" es una ópera impresionante, no vamos a descubrir la rueda con ello, por supuesto, pero no dejó de añadir a tal genialidad beethoveniana su debida vivacidad, su debida fuerza, hubo aristas, dinámicas contrastadas. Lo de la 5ª sinfonía no sé de quién es idea; está claro que no deben abundar este tipo de prácticas en el mundo lírico, pero no hace daño sumarse a una fiesta beethveniana con ello. Tomemos la parte positiva del asunto, que la tiene, y más cuando es una excepción. Si esto fuera el pan nuestro de cada día, pues ni sería original, ni sería un regalo especial para el respetable con motivo Beethoven ni nada, y terminaría por ser una práctica absurda que alarga las funciones de forma innecesaria. Está claro que "Fidelio" no necesita este añadido para que funcione mejor, pero bueno, se hizo, y eso que nos llevamos puesto y vaya si lo disfrutamos porque la orquesta sonó de fábula. Me lo tomo como ese adornito que lleva un buen chuletón de Avila, que ni se come ni nadie pide, pero bueno, corona bien el emplatado, no?. No es malo. El coro cumplió muy bien con sus cometidos, no sólo musicales, porque se les exigió un gran trabajo escénico que clavaron.
Pero los peros, valga redundancia, vienen en el capítulo más importante, al menos para mi, a la hora de valorar una función lírica. No podemos volvernos a casa nunca contentos por muy bien que venga servido su dirección escénica y musical, si contamos con un reparto en que apenas nada merece pasar de un suficiente raspado en el mejor de los casos, porque de muy deficiente cabe calificar el "
Florestan" de
Michael König cuyo menor defecto es un caudal justísimo pero emitido con un timbre de lo más desagradable, agudo imposible y estrangulado y nula capacidad teatral como intérprete. Poco mejora la protagonista,
Adrianne Pieczonka. Directamente, no hay agudo, si no grito, y desafinadete. Color impersonal, fiato cortísimo y poca, justita capacidad de impresionar su realización. Inservible también
Alan Held, que para mi tiene el papel más lucido de la obra, "
Pizarro", y que me pasó desapercibido, algo que hay que proponérselo cuando tienes un bombón de role como trabajo; hablando de desapercibidos...
Ed Lyon? "
Jaquino", no?. Ah. Mejoramos bastantes enteros con el "
Rocco" del clásico
Franz-Josef Selig, quien emite desde muy atrás pero al menos llena, produce algo parecido al armónico canoro que echamos un tanto en falta un cast, que si tenemos la bondad de aprobar es por el subidón que produce en la nota la puntuación de
Anett Fritsch que hizo de "
Marzelline". Cantante de ópera, voz de ópera, lirismo, agudo, línea, gusto, y compromiso interpretativo. Además, buena presencia: creo que esta era el pivonazo que hizo las delicias de todos en la magnífica producción de Haneke del "Cosi" hace un par de temporadas, no?. Se nota: cara de ángel, alta y cuerpo escultural (ojo, ya he descrito antes, y lo primero como es de rigor, sus dotes canoras, para que no me salten a la yugular por machista
).
Para finalizar, comentar que la incógnita a resolver de la ecuación más fácil del mundo es la de cuántos programas de mano he de tener previstos para un teatro de 2.000 personas en que está lleno. Los que hayan estudiado ciencias que respondan, porque parece que la respuesta es 300 ó 400 según algún Pitagorín por culpa del cual mucha gente se quedó sin programa de mano ayer. Menos mal que pude pescar uno en una papelera al final; sería la primera vez en mi vida que me quedo sin el programa de mano de una funcion/concierto que asisto y entonces cómo lo hago constar en mi colección tal incidente? Turbado me tenía el tema.