Los otros dos tenores sí dan el Do en esta misma producción (con menos voz y menos Do que Gandía, esto es indiscutible...). Si los otros dos lo dan, no veo por qué Gandía (que va más sobrado que ellos...) no iba a darlo, la verdad.

Gandía no lo da porque tiene más nervios que Aragall y Corelli juntos. Otra cosa es que esas dos voces son de las más bellas que ha habido y la de Gandía es difícilmente igualable en fealdad.

Yo a Gandía le he escuchado dar pepinazos varias veces antes... La voz (de cierta reminiscencia krausista) tampoco me parece tan fea: al menos no es blanca ni caprina como las de los otros dos tenores de esta ronda.

Lo de las cortinas, no es que sea cutre, hasta da un toque elegante como quedan recogidas o medio expuestas y son bonitas. Lo que sí presenta es un pero técnico ya que corta mucha caja escénica hasta el punto que ver la ópera de forma directa no creo que haya sido capaz de hacerlo ni el 20% del aforo.

Y con respecto a McVicar... pues bueno, es que yo no sabía quién estaba al frente de la regia hasta que lo leí en el programa de mano, no lo considero capital. Los nombres propios que me movilizaron a comprar entrada fueron, y por este orden: Verdi - Traviata - Nucci. A partir de ahí, como si hubiese estado en el cast Rosendo y el director escénico hubiera sido un alumno de 2º infantil de un colegio cercano. Por lo tanto, MacVicar este ni fu ni fa, y como lo que vi, pues sí, me satisface, como tambien me satisface, como usted dice, un humilde montaje de provincia. Es que tampoco quiero que "me inviten a reflexionar" cuando voy a la ópera. Prefiero que me inviten a una cerveza tras la función en la que quiero escuchar música, canto y ver actores en paz y tranquilidad; ya reflexiono yo luego antes de dormir un rato en la cama sobre el tema de Sergio Ramos como stopper.

Hola,

Después de ver el primer reparto el día del estreno y ayer el segundo vengo a hacer mi primera "crónica".

Han sido mis primeras dos Traviatas, el Sábado espero sea la tercera. El carnet Joven va como un tiro... La partitura es espectacular, sin un momento de respiro haciendo que constantemente estés enganchado a lo que pasa en el escenario. Aunque eso es algo que todos estamos de acuerdo lo digo por dos motivos, el primero animar a todo el mundo que no tenga demasiado claro si ir que no lo dude y trate asistir a algunas de las funciones que quedan. El segundo motivo es avisarles que en mi entusiasmo y emoción durante esas dos horas y pico ha sido costoso sacar conclusiones "en frío". Cosa que por lo que leo aquí es muy normal, pareciendo que van con un cuaderno a ver la representación. .

Violettas: Como puntos comunes de ambos repartos y a los tres protagonistas se produjeron comienzos un tanto dubitativos que fueron ascendiendo en intensidad y calidad de canto según avanzaba la opera. He leído a varios foreros que les gusto más Irina Lungu (2ª) que Ermonela Jaho (1º). Yo no estoy seguro, Irina Lungu saco ayer una coloratura preciosa, un legatto bastante bonito sobre todo en los graves y un volumen adecuado en los agudos y sobreagudos durante toda la ópera. Por otra parte Ermolena Jaho acentuó mucho mas venirse arriba en el segundo y tercer acto, por lo menos en mi representación, mucho más ágil que su compañera, sin embargo, no supo dar seguridad a sus intervenciones claves, fría en el primer dúo del primer acto y correcta pero sin pasarse en el dúo con Juan Jesus Rodríguez del segundo acto falta de volumen y coloratura en su voz. En la parte interpretativa Ermonela Jaho gana de calle lo que suple en cierta manera la falta de rotundidad en su canto.


Alfredos: No me gusto nada Francesco Demuro, muy flojo, sin volumen ni timbre ni nada. Esperaba más del tenor del primer reparto, muy mal. Antonio Gandía me gusto mucho más, tiene un timbre, para mi, bonito al que le falta a mi gusto un poco de empaque y seguridad para cantar más relajado pero la verdad esque me lleve una grata sorpresa.

Giorgios: Me gusto mucho Juan Jesús Rodríguez, mucho mucho. Es cierto que parecía que se había tragado un altavoz y que la modulación no fue su aliada, pero daba gusto oirle cantar con una seguridad que deberían envidiar sus 5 compañeros de reparto. Destacar el "Di Provenza il mar, il suol" me emocionó mucho. Su compañero de segundo reparto se marco un Francesco Demuro y paso bastante inadvertido.

En cuanto a la orquesta me pareció carente de matices y de la tensión que a mi gusto requiere esta opera lo más peligroso fue el volumen que adquirió en ciertos momentos... please...

La puesta en escena será que yo soy previsible pero me gusta que cuando hay que brindar no se haga botellón, que se brinde. Que se vistan con estética "normal", sin excentricidades. El detalle de las cortinas que han comentado mucho no me pareció demasiado mal, suerte que estuve en buena zona los dos días. Lo peor que hizo fue con la sonoridad de la voz de Alfredo.

En definitiva y para no enrollarme más; Me ha gustado, he disfrutado de la ópera una vez más. Cada día me gusta más. La música es lo que es y todas las criticas son desde el disfrute total y absoluto que experimente los dos días y espero que el sabado. .

No puedo estar mas de acuerdo contigo Nico: Verdi-Traviata-Nucci (que me da pena no verlo) y crítico con los montajes que te restan la atención de la música y el canto. Provincias...

Ostras, Rosendo!!!!!!!!!!!! Ahora Matabosch empieza a traer a divos de verdad!!!!!!!!!!!!!

"Déjame que pose para tí, eres tu mi artista preferido, déjame tenerte junto a mí, prometo estarte agradecido".

Lo dicho Mataboch, te estaré agradecido por traernos al bardo de Carabanchel (que este finde toca en Pinto, por cierto).

Ayer día 7, mucho mejor que el otro día. La orquesta estuvo más entonada. La dirección de Palumbo igual de incoherente, deshilvanada y escasamente elegante, pero al menos con puntos de pulso y teatralidad y un concertante correctamente balanceado.

Interesante y apreciable la Violetta de Veronica Gimadieva Es una soprano lírica justa con el agudo problemático a partir del si bemol, donde la voz no gira, el sonido se aprieta, se adelgaza, pierde timbre y la ausencia de squillo y expansión es absoluta. Por ello, lo pasa mal, obviamente, en el acto primero. Mucho mejor en los dos capítulos siguientes. Si como cantante se mostró musical y cuidada en su fraseo, aún más sensible y refinada como intérprete. Lejos de excesos. de la vulgaridad y el arrabalero show de Barnum que montó la Jaho. El timbre es grato, juvenil, aunque un tanto genérico. Notable en la escena con Germont y en el último acto. En el "Amami Alfredo" se la oyó, no como a la otra.
Lo único bueno que puede decirse de Ilincai es que se le oye, que tiene ciertos decibelios (frente al tenor-comino que es Demuro), porque difícil es encontrar una emisión más muscular, una impostación más falsa, un timbre más ingrato y opaco. Del amateurismo de su fraseo, pedestre cuando no tabernario, mejor no hablar. Leo Nucci, mermado de fiato y volumen. Timbre leñoso, desgastado, sólo las notas altas ganan algo de brillo. Legato pobre (abundantes notas empujadas y portamenti di sotto) y ausencia total de matices dinámicos. Se salva por la personalidad y autoridad de los acentos (su mejor momento, la aparición en la fiesta de Flora: "Di sprezzo degno se stesso rende" fue una de esas frases con las que estos grandes veteranos de cuando la ópera se escribía con mayúsculas, logran la punta de una representación).

De acuerdo con el forero NICO. Que me inviten a la reflexión no me apetece. Pero que me obliguen a reflexionar no me da la gana. Yo reflexiono cuando quiero y sobre lo que me apetece. Y le aseguro que yo he reflexionado más sobre La Traviata que McVicar pero de aquí a la capital de la tierra que vio nacer a JDF. El Maestro Ciruela, que no sabía leer y puso escuela. Hay directores escénicos que saben tanto de ópera como yo de anatomía patológica y se permiten el lujo de hacerme reflexionar. Anda y que reflexionen ellos en una isla desierta. Y encima les pagan fortunas. El mundo al revés.

Yo no iría tan lejos; si me invitan, siempre tengo la opción de no aceptar la invitación, pero tampoco me opongo a la contraria por sistema, si la invitación es agradable y cortesmente planteada. Lo de que me obliguen a reflexionar es una posibilidad que no está al alcance de nadie, ya que la reflexión es un acto voluntario y no puede ser impuesto. El problema es que no se puede ser original a estas alturas y se comenten muchas estupideces.

Es que es bastante gracioso llamar invitación a reflexionar a ciertas propuestas que lo que son es un acervo de incomprensibles ordinarieces y sin sentidos que para seguirlos necesitas a un gafapasta al lado que te empiece a bombardear de palabrotas a cual más imposible de entender y de sentencias a cual más absurda e innecesaria para la ocasión.
Todo para que puedan exhibir poses snob del tipo "siento mucho que no pueda entender"; yo lo que siento, y mucho más, es que esas cosas alguien las pueda entender. Claro que hay una tercera posibilidad: que no las entienda nadie, y unos seamos sinceros y sin miedo lo digamos claro y alto, y otros, que lo entienden igual de nada, interpreten el role que interpretan adecuadamente vestidos y afeitados para la ocasión.

Que bonita es la Traviata. Aunque la ejecute Palumbo. Aunque la susurre Demuro. Aunque la sobreactúe la Jaho. Aunque el McVicar ese nos llene el escenario de cortinas...
Esto es ópera, y no esas cosas atonales posteriores a Puccini.

¿Hay "clá" hoy en el Real?
No oigo ni a Jaho ni a Demuro.
A ver la entrada de Germont.

Yo fui el día 28 (3er reparto). Coincido casi al 100% con la fina crítica del sr. Tunner (sobre todo en la de Nucci), pero voy más allá: salí con la impresión de que Gimadieva fue una Violeta estupenda, lo cual me dejó un poco descolocado respecto a mis previsiones apocalípticas, habiendo leído las críticas demoledoras que por ahí se vertieron. En mi opinión, salvó la coloratura del primer acto más que correctamente, y en los demás su voz se mantuvo plena, timbrada, sin dejar de transmitir emoción y resultar creíble en ningún momento. Vamos, que me gustó mucho.

Por ello, siendo lícito -faltaría más- discutir sobre la excelencia y el rendimiento de los intérpretes, voy a permitirme recordar algo que dijo José Luis Téllez en el reciente curso "Mirar la música", en Madrid, en una de sus habituales digresiones, que me hizo reflexionar profundamente. Fue algo así como "La gente cree que disfrutar de la música consiste sólo en escuchar la reproducción de las grabaciones más perfectas de los más geniales intérpretes de una obra". Y puso en valor, sin que me acuerde de los términos exactos, el valor intrínseco del proceso de interpretación, incluso de las imperfecciones del artista, cuando defiende una partitura delante del público.

Lo digo por si ello puede ayudar a paliar el dolor de los que pretendan ir al Real y encontrarse con Giulini dirigiendo a Callas, Kraus y McNeil. De acuerdo, en ese caso, enójense ustedes; tienen todo el derecho.

Dicho esto, y aunque yo soy más de música que de escena, debo confesar que el trabajo de McVicar me aburrió un poco. Todo un tanto previsible, triste y oscuro, incluso en el primer acto. ¿Una fiesta lúgubre con el pibón de luto? Tampoco me pareció que lo de la lápida (con la errata por aquí señalada) fuera de una genialidad encomiable. ¿Será que la exposición continuada a tantos señores espasmódicos en calzoncillos o ropajes alegres, deambulando alrededor de otros en gabardina y subidos a alguna mesa o similar, han hecho mella ya en mi, y ya no tengo remedio?

Oiga, pues aquí en Paraíso se escucha perfectamente a la Jaho. Y lamentablemente también a Demuro. Ella será la triunfadora hoy, porque a pesar de lo pedestre de su coloratura, bordará el tercer acto.
No se si se han fijado. Es la primera producción en la que veo que en el momento de tirarle el dinero a Violetta, es él quien se derrumba, quedando ella hierática y Alfredo destrozado. Me ha sorprendido, pero me encaja. Máxime en esta función donde lo peor es sin duda el tenorino que intenta la parte de Alfredo: resulta inaguantable.
Respecto a Juanje, creo que tiene que seguir estudiando para matizar y acentuar. No solo de voz vive el cantante.

Entonces hay problemas de transmisión...Porque más o menos igual a los dos, aunque al tenor, mejor dejarlo correr...
Esperaré ese final. Pero Jaho como Violetta no me convence,no. Vocalmente.