Yeah.

La confrontación ópera-homenaje gstronómico no tiene ningún sentido, ya que los buenos aficionados y catadores (entre ellos, el amigo Kandaules) sabemos que pueden y deben ir indisolublemente acompañados

No hay día más redondo y que confiera más sentido a la vida, que una buena función de ópera, cenita posterior con los amigo/as comentándola, unas copitas después y culminar la noche practicando gimnasia sueca.

Vaya ganas de ponerse a armar muebles de Ikea...

Dos grandes tipos Iago y Marcos; sitio divertido y bueno para comer donde los haya..... aunque la reinvención de Marcelo también es una gran opción en Compostela

Pues mire, tiene usted toda la razón y no me da ningún reparo en dársela.
Para empezar en temas que me sumo a usted, ni que decir tiene que cada uno disfruta cómo y con lo que quiera.
Y en mi caso, lo ha clavado, amigo. Yo voy a una ópera de repertorio tradicional, con una regia de corte clásico, y una ejecución vocal e instrumental correcta (con sus puntos negativos y positivos), y salgo tan feliz como un 8 del recinto lírico. Me conformo con eso, no tengo mayor ni menor pretensión. Ya hablar de buena, gran, memorable o insuperable función, dependerá de cada caso. Por lo que le pregunto: ¿dónde está mi pecado?.
Ah, ya, que no paso por Grandes Nadas, regias basadas en el pis o en culos, y si hay un cantante que sale rana no empiezo a apedrear el recinto?. Pues le sigo dando la razón: no me interesa la "Gran Nada" ni similares, no me interesan las producciones que implican libros de instrucciones y plenas de ordinarieces y pajas mentales metafísicas, y tampoco voy a demandar al Teatro si un cantante es flojo. Si esos son mis pecados, seguiré pecando.
Tampoco tendría por qué, pero por si acaso le ayuda a ubicarme un pelín más de lo que veo que me tiene, le indico que he salido también feliz del recinto lírico tras funciones de títulos de mil y una épocas y estilos entre mis mejores experiencias en directo, que he disfrutado de lo lindo de producciones de corte nada clásico y que se abandonan de las directivas del libreto original, y que en mis crónicas cuando un intérprete o algo está desacertado (como el caso del tenor de esta funcion sin ir más lejos) no lo paso de largo.

Pero vamos, que no le quito la razon en nada de su escrito, y si eso me lleva a ser un aficionado de ópera previsible, un sota caballo rey, fácil, que no sabe apreciar lo bueno de verdad o como decía "zacarías" el otro día por el que hay que "lamentarse por que no llegue a poder comprender" ciertas cosas, pues bueno, fenomenal: me pagan lo mismo (poco, pero lo mismo).

Nico, es usted un caballero por tomarse a bien mi pullita. La lancé en un momento en el que no diré que necesitaba ventilar mi mal humor (intento no hacer esas cosas) pero sí que me aquejaba cierto cansancio existencial y claro que es injusta.

Por cierto, vuelvo de la Traviata (primer reparto). Francamente, no sé si callarme. Ahora sí, porque es muy tarde.

Amigo "gakugeki" (por cierto, algun día me explicará de dónde sale tal nombre de difícil pronunciado e imposible escritura ) , le aseguro, de verdad de las buenas que no me molesta nada de nada que se me señale con el dedo como conformista al dar visto bueno (o buenísimo) a una representación lírica digna de un título de repertorio. Es más, me encanta que se me identifique así, porque es 100% cierto.

Para este tipo de conversaciones, sí me resultan algo más inoportunos y casi molestos, comentarios tal que así:

Mucha carga lleva tal comentario engreído y displicente de soberbia ya que asume de partida que el disgusto de uno por ciertas obras musicales reside en que esa persona no "entiende" cierto tipo tipo de música, mientras que quien escribe esa frase, por supuesto, sí tiene un entendimiento superior. O lo que es lo mismo: Snobismo. Gafapastismo.

Pero no ha sido su caso, yo creo. Podemos, eso sí, estar distantes, o muy distantes, con respecto a gustos por determinadas músicas o concretas representaciones como esta "Traviata", pero no he denotado por su parte ganas de ponerse en pan condescendiente conmigo como sí es el caso de otros que comienzan por "z"...

Significa ópera en japonés

http://www.kanjijapanese.com/es/diccion ... s/gakugeki

Je, je. Sí, me han pillado. Así de poco misterioso es el nombre.

Demuro se ha convertido en mi Vratogna tenoril.

Función del día 6.

Tras las buenas críticas que había recibido el segundo reparto, no sabía si ir al tercer reparto (Nucci) o este segundo con una Lungu que se llevó muy buenas críticas. Finalmente fui a ver este reparto, ya que no puedo ya ver el del gran Nucci.

Y no hay color con el del estreno. Este reparto tendría que haber sido el primero. Una buena noche de ópera gracias a un terceto protagonista entregado y más que solvente.

Irina Lungu ha sido una gran Violetta. Joven y bella, cuenta con un instrumento a mi parecer muy resistente y ágil cuando éste es requerido. Ya desde el primer acto dio las primeras muestras de la que iba a ser una gran función: en el primer dúo con Alfredo estuvo simplemente conmovedora; dando lugar a un emotivo "Ah, forse lui che l'anima" y un virtuoso "Sempre libera" que cantó poderosamente con unos agudos aunque algo abiertos pero firmes que dieron lugar a un espectacular sobreagudo final, sobre una base en la que predominaba el dominio de la coloratura.

En el segundo acto estuvo especialmente emotiva en el "Amami Alfredo" y en el cuadro final. Tanto en el segundo como en el tercer acto la soprano rusa mostró el animal escénico que llevaba dentro: cuando escribe la carta con la que se despide de Alfredo, esa ternura con la que mima a su amado después de humillarla, o la desgarradora lectura de carta. Sí, la señora Lungu me ha dado la más conmovedora lectura que haya visto en vivo. Cantó todo el tercer acto desde la emotividad y nunca carente de voz. Además de desprender sensualidad en el primer acto.

Antonio Gandía me ha impresionado para muy bien. Su Alfredo fue viril, de voz hermosa y brillante. Excelente en el Brindis, detrás de escena en el Sempre Libera y también en la cabaletta del acto segundo aunque no diera el agudo final. Durante toda la función no sentí que la voz vacilara ni mucho menos que fuera tapada por la orquesta. Un tenor de los pies a la cabeza.

Ángel Ódena ha cantado el mejor Germont que he visto en vivo, evidentemente después del gran Renato Bruson. Realmente ha sido la suya una representación electrizante. Ya desde el momento de su entrada en escena vemos un porte autoritario, una presencia imponente. Una voz envolvente e inmensa. Igual que en el primer reparto, es la voz más sonora del terceto protagonista. Y un dominio de la partitura que hacía sentir que se estaba cantando a Verdi de verdad. En el dúo con Violetta me llamó mucho la atención la belleza de cada pianissimo que daba, además de brillar en el dueto Dite alla Giovine, incluso más que la soprano. ¡Qué forma de decir supremo il veggo e il sacrifizio!. Cómo conseguía traerlo. Un deleite. El Di Provenza fue magnífico. Y en el concertante final era capaz hasta de engullirse a la orquesta e incluso a las potentes voces de los protagonistas. Un fuera de serie.

En definitiva, otra función. El reparto del estreno no resiste comparación con éste.

No hay mucho más que añadir sobre la dirección musical: de nuevo desorientada en el primer acto, abuso del viento metal en el dúo de Violetta y Germont, espectacular tanto en el concertante del segundo acto como en el acto tercero, con un bellísimo preludio de dicho acto.

Tampoco mucho más de la puesta en escena, salvo que esta vez me ha parecido efectivo el ballet, que me ha gustado mucho. Pese a tener sus puntos cumple con su propósito: que el público entienda la acción y que disfrute sin más de la ópera. Ha sido una producción sencilla, y si hablamos en términos generales (incluyendo a los músicos) puede decirse que se ha mejorado un poco respecto del estreno. Pero precisamente el que este buen reparto haya sido el segundo hace que esta Traviata, supuestamente la perla de esta temporada, siga sin ser lo más redondo; honor que corresponde al Hansel und Gretel que se vio el pasado enero. Pocas alegrías nos está dando esta temporada que ya está muy cerca de entrar en su recta final.

De nuevo el teatro llenísimo y aplaudiendo generosamente a los solistas, y en no pocos momentos aplaudiendo antes de que la orquesta termine el número de turno. Y mis compañeros de butaca emocionadísimos.

Función de anoche.

Teatro lleno. Público gélido, salvo al final. Se silenció casi todo.
Notable Traviata, con tres voces de protagonistas de ópera, que es mucho más de lo que se puede decir en muchos casos a día de hoy... Irina Lungu es una cantante espléndida, musical, con resonancias rusas en su voz de timbre oscuro, pero sin miedo a alcanzar los agudos. Es una Violetta con carne, con mordente (lejos de las ligerinas que abordan ahora el rol), y eso ayuda a que pueda hacer justicia por igual a toda la parte. Por momentos entronca con la tradición de una Renata Scotto. Fue de menos a más, y el tercer acto tuvo mucho, pero mucho voltaje. Espectacular presencia física, pero solo correcta como actriz: le falta ser un animal escénico para redondear un acercamiento muy notable, mucho mejor musicalmente que otras colegas más cacareadas que haya visto en el rol.
Mucho más que digno un Antonio Gandía con buenas intenciones en el fraseo (aunque el material debería tener más brillo..) y una voz de tenor protagonista. Demuestra que hay buenas voces en España, incluso sin recurrir a los de primera fila; porque es el mejor de los tres tenores contratados, de largo. Curiosamente no da el Do de la cabaletta de Alfredo (y estoy seguro de que lo tiene...), pero ello no empaña un trabajo ciertamente interesante.
Hacía muchos, muchos años que no escuchaba a Ángel Odena, y creo que era la primera vez que le escuchaba en un rol verdiano protagonista. Agradable sorpresa: la voz es grande y noble; y pese a las grandes dimensiones del instrumento, hace esfuerzos efectivos por plegarse a matices dinámicos. Palumbo le puso en un compromiso gordo en 'Di Provenza', y él mantuvo el tipo de forma admirable. Otra voz a tener en cuenta.
Del comprimariado me gustó mucho Marta Ubieta en Annina y Fernando Radó en Grenvil. Más discreto el resto.
Tempi raros de Renato Palumbo, que puso en problemas al coro y a los cantantes (solo Lungu le supo plantar cara...). Muy mediocre la orquesta que alcanzó en varios momentos peligrosas sonoridades de banda de pueblo... Discreto el coro.
Decepcionante que un hombre de teatro como David McVicar firme una producción que pretende ser clásica y termina siendo sin ideas, una acumulación de clichés relacionados con Traviata: es una producción previsible hasta lo aburridísimo. Encima esa solución de las cortinas queda cutre, cutre... Y el movimiento del coro es para olvidar: me pone muy nervioso que se ponga al coro en formación para cantar en una ópera. Hay un par de golpes de teatro (la mirada entre Germont y Violetta cuando él llega a la fiesta, Alfredo llegando a la fiesta con una cogorza del copón...), pero de McVicar (que tantas producciones interesantes ha dejado...) yo me esperaba muuuuuuuucho más.

Ah.
Para ubicarme un poco. Si esperamos ver una lujosa fiesta en casa de Flora, y la vemos es previsible. Si hay un brindis, y se brinda, previsible. Si vemos a Violetta enferma en una cama atendida por Annina, es lo previsible. Si vemos la casa de Alfredo, entrar a su padre, un escritorio, las notas, el doctor haciendo su función, un baile de corte español al uso, una partida de cartas con apuesta, un vestuario de época y mobiliario acorde, son todos previsibles.
Y por lo tanto, lo previsible, nos aburre. Claro. Esperamos muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucho más.
Dígame, estimado amigo: ¿qué espera de más?.

De curioso...nada. El do final del..o mio rimorso.. n o está escrito y es un oppure ; para pifiarla , más vale no tratar de emitirlo o quizás también, el maestro Palumbo no se lo ha permitido

Por cierto, el último do que escuché en teatro en ese citado final fue al joven entonces Filianoti en su debut en el Liceu en una Traviata con una muy notable Darina Takova ( sería por allá los primeros 2000, la misma producción clásica que supuso el gran éxito londinense anterior de la Gheorghiu dirigida por Solti poco antes de fallecer este)

No, no me refiero a eso... De McVicar esperaba lo que hace siempre: contar la historia claramente, pero desde un lugar que invite a la reflexión, que me obligue a reflexionar, a encontrar nuevas cuestiones en una historia que (creía) que ya conozco, pero él demuestra que igual no es del todo así... Así ocurre en su Rigoletto, en sus Bodas de Fígaro, en su Salomé... Aquí no hay nada que indique que es una puesta de McVicar. Podría ser un montaje de un teatro italiano de provincias y no pasaría nada... pero lleva la firma de uno de los registas más in del panorama actual.
E insisto, esa solución de los cortinajes es cutre, cutre...
Por cierto, las sillas de la casa de Flora son feas de narices....

No creo, porque Demuro sí lo emite, más bien lo intenta, porque apenas se intuía un alarido mortecino.

El problema de Gandía es que siendo en principio un tenor de agudo fácil (canta La Fille du regiment) los nervios suelen atenazarle (sólo hay que ver lo envarado que suele mostrarse en escena) y por ello sorprende que no se atreva con el Do, que no es ni oppure. Es una puntatura.