Con motivo del 25 aniversario de su debut en los escenarios burgaleses, el bajo Rubén Amoretti ha ofrecido esta tarde un recital en el Teatro Principal de Burgos. En programa, una selección de arias de ópera y tangos. El inicialmente previsto Javier Arasti no pudo participar; fue sustituido hace unas semanas por la pianista Amanda González García, que ha acompañado al cantante con seriedad y acierto. Las modestas dimensiones del Teatro Principal -un recinto de sonido algo seco, que se queda pequeño para obras de cierta envergadura, pero que funciona muy bien en recitales de este tipo- me han ayudado a percibir mejor que en el Auditorio Fórum Evolución de Burgos -una sala mucho más grande, donde cantó Amoretti el año pasado en el "Réquiem" de Mozart- las cualidades del cantante. Desde el comienzo, me ha sorprendido la rotundidad y bella sonoridad de su voz, con el suficiente peso en los graves -puede que, en ocasiones, algo engolados e hinchados- y a la vez cierta brillantez en los agudos, que le acercan a la tipología de bajo cantante e incluso, por momentos, a la de bajo barítono.
El concierto ha comenzado con una aria de Francesco Durante, "Vergin tutto amor", que el bajo burgalés ha dedicado a las víctimas del vuelo de Germanwings -especialmente a sus colegas cantantes fallecidos- y que ha coronado con una resultona messa di voce. La segunda pieza ha sido la sobrecogedora "Ella giammai m´amò" que, a pesar de algunas confusiones en el texto y un fraseo algo errático en ciertas frases, ha servido con la necesaria nobleza y variedad de acentos. Más aplaudida ha resultado su versión de la célebre "Madamina", del Don Giovanni mozartiano, donde a su buena labor canora se ha sumado la interacción con algunos espectadores del patio de butacas. La siguiente aria ("Votre toast" de Carmen) la ha ofrecido en español, tal y como la cantó en el Teatro de la Zarzuela hace unos meses. Me ha gustado su matizada interpretación, a pesar de puntuales portamentos algo bruscos, que ha finalizado con un sonoro agudo. Tras la breve "Le veau d´or" de Faust, bien resuelta, ha vuelto a demostrar sus buenas dotes escénicas en "La calunnia", de El Barbero de Sevilla. Terminaba así la primera parte.
En el segundo segmento del recital, se han ofrecido seis tangos. Es éste un repertorio por el cual el cantante siente especial cariño, como ha explicado al público con humor y cierta nostalgia (desde su encuentro con Jorge Zulueta en Francia hasta su estancia en Argentina, donde dio un concierto de tangos en Buenos Aires sustituyendo a otro cantante indispuesto). No es un tipo de música por el que servidor sienta especial afinidad, pero la escucha me ha resultado agradable y la implicación de Amoretti en estas obras -una de las cuales, "Noche de Cabaret" de Zulueta, le fue dedicada por el propio compositor- está fuera de toda duda. Agradecido por los aplausos de los espectadores, como propina ha ofrecido "Nostalgias", de Juan Carlos Cobián. Escaso, pero entregado público en el teatro (supongo que el puente de Semana Santa habrá tenido algo que ver en esos huecos, ya que el precio de las entradas era bastante asequible: 5 euros).
_________________ Anche l' idea muor, tu non muori giammai, tu, l' Eterna canzon!
|