Empezamos el 2015 con esta Märchenoper, en una producción que sustituye a una nueva producción prevista. No conocía esta ópera salvo el preludio y el dueto inicial y debo decir que me ha gustado mucho. Sobretodo porque no es tan fácil como podría ser a primera vista ¡Cómo puede serlo una ópera bajo la influencia de la obra de Wagner! La música tiene muchos números inspiradísimos, entre los que un servidor se atreve a destacar las oberturas de cada acto, las escenas de las hadas, la oración de antes de dormir de los hermanos o el entrañable dueto inicial. Es una historia que te arranca una sonrisa, pero no está exenta de dramatismo. Me parece magistral, una vez más el dúo de inicio de la ópera: empezarla contando un cuento de hambre y miseria para continuar con la de ellos mismos. Y todo con esa maravillosa música que te invita más a pensar en cosas preciosas que en pobreza. Todo el primer acto es de un dramatismo intenso y poco tiene de cuento para niños, de no ser una vez más por la animada partitura.

La producción de Laurent Pelly viene a explotar este lado de pobreza, sin dejar de lado la sensación de cuento de hadas para niños. Los hermanos viven en una casa de cartón, y los personajes llevan ropa de hoy en día, eso sí, harapienta. El padre es bruto y además parece pegar con cierta frecuencia a su esposa , a la que no le falta carácter. El Bosque del acto segundo aparece bien rodeado de basura y con árboles secos, pero conserva un halo de magia cuyo efecto consigue una magnífica iluminación. ¿Tal vez se trate de la inocencia o de las fantasías de los niños, que son la única nota de optimismo en un mundo apagado y miserable? El interludio final del segundo acto, donde se supone los ángeles cuidan del sueño de los hermanitos; no deja de salirse de un contexto onírico: los niños suenan con la comida que se supone que ansían.

Hasta me pareció divertido: pantallas con imágenes de dulces, pizzas, donuts y un momento Big Mac con una apetitosa hamburguesa y patatas fritas que parecían invitar a ir al bar en el entreacto. O al McDonalds de la Plaza Isabel II. Y la comida sigue presente en el montaje ya que la casa de dulces de la bruja es un supermercado repleto de dulces totalmente gratuitos. Muy trabajado es también el personaje de la bruja: quien empieza atrayendo a los niños con un traje de color llamativo, y cuando saca su verdadero lado para comerse a los niños aparece semidesnuda y desaliñada, casi psicopática. Creo que da más miedo si cabe que cualquier afeamiento en una ambientación de cuento tradicional.

La dirección musical corría a cargo de Paul Daniel, como siempre un buen director de orquesta. Como siempre la orquesta fue de menos a muchísimo más. Muy buena la obertura. Maravilloso el interludio entre los dos actos, donde -si no recuerdo mal- en el momento de alzarse el telón las cuerdas lograron un momento sublime. Los cellos y la viola estuvieron magníficos, así como el primer violín. Y la orquesta parecía cada vez más entregada, siempre brillante.

Los hermanos cantaron bien y actuaron bien, pero de los dos mucho mejor el Hänsel.

Sylvia Schwartz volvió a dar una función competente, pese a tener algún problema de volumen frente a la orquesta. Alice Coote fue un buen Hänsel, una voz decente, y con unos graves muy interesantes. A ambos hermanos se les veía muy sueltos en los papeles.

La veterana Diane Montague interpretó correctamente a la madre, destacando en mi opinión más en el lado actoral. Por primera vez veo en vivo al también veterano Bo Skovhus. Para haber leído de él muchas malas críticas, lo cierto es que en este papel no me ha hecho llevarme las manos a la cabeza. Y bien, su voz no me parece pequeña, se deja oir, si bien el sonido no es siempre todo lo grato que quisiera, incluso ha habido momentos que me parecía cercano al ladrido.... PERO todo eso es conveniente al personaje del padre, que parece socarrón. Y más si es en este montaje, un hombre de rasgos violentos. Su interpretación me ha parecido convincente.

Excelentes las secundarias: Elena Copons estuvo estupenda como el duende del sueño, así como Ruth Rosique como el duende del rocío. Buena voz la de la primera.

José Manuel Zapata tuvo por delante el papel breve pero intenso de la bruja. Muy divertido como siempre y bien cantado, pero me ha parecido que la voz en ocasiones era tapada por la orquesta. Fue aplaudido tras una de sus escenas, merecidamente.

El coro de niños estuvo bien en su breve intervención.

Esta función de estreno ha sido bien recibida por el público, quien no abucheó a Laurent Pelly; quien ha salido a saludar. Los cantantes han sido generosamente aplaudidos, así que es de suponer y/o esperar que las funciones vayan a mejor. Y un servidor se lo ha pasado estupendamente con música y producción.

Gracias por la crónica, muy descriptiva. Bueno, por lo que comenta, la producción da una vuelta de tuerca, o quizás solo media vuelta, a lo que sería una produccion teatral del cuento en cuestión, con lo que no hay tampoco motivos para que hubieran abroncado a L.Pelly... no?
Otra cosa es que el discurso teatral haga que cualquier parecido con su cuento sea pura coincidencia o que esa vuelta de tuerca vaya por los tiros de la ordinariez, la provocación o lo completo absurdo, cosas que suceden no pocas veces en nuestro querido Real, y entonces, sí, hay cimientos para la bronca.
Yo creo que mientras estemos en la idea de la obra, y un mortal no necesite un libro de instrucciones previo para poder seguir o adivinar dicha idea, es más que bienvenida toda versión innovadora desde la creación escénica. Parece, según cuenta nuestro estimado forero, a veces llamado por mi "diablillo" cuando está revoltoso , que va la cosa por esta línea, lo cual es de agradecer. Voy el 30 así que tras los comentarios, con toda la ilu del mundo.
Gracias de nuevo.

Muchas gracias por la crónica. No estaba muy animado pero despues de leerla me han entrado ganas y acabo de comprar un par de entradas para ir el próximo martes.

Magnífica crónica, angelparsifal. A ver si puedo acercarme a alguna de las funciones de una ópera que me sorprendió muy para bien la única vez que la he visto en teatro

Muchas gracias por la crónica. Muy completa, clara y descriptiva. Espero con ganas la función del 27. Entre mis partes favoritas también están los interludios. El martes indica que dirige Diego García Rodríguez, al que no conozco (lo que no seguro que no es culpa de él, sino mía).

Yo espero que no se me siente cerca Alberich porque voy a llevar un aparatito que hace ruido y seguro que me monta una escenita. No soporta que haya sido una rata más eficiente que él.

Servidor también acudirá el día 30 con bastantes ganas de disfrutar

Gallego, joven, talentoso y amigo. Ha dirigido bastantes cosas curiosas en Galicia (la versión de A Ópera dos Tres Reás de Weill/Brecht que protagonizó Tosar la dirigía musicalmente él) y es el responsable del Taller Atlántico Contemporáneo, un proyecto valiente y arriesgado que organiza ciclos con conciertos de música (muy) contemporánea centrada en el periodo que abarca segunda mitad del siglo XX- siglo XXI.
Van a estar en buenas manos. No sabía que estaba él de director asistente. Seguro que Paul Daniel (actual director titular de la Real Filarmonía de Galicia) ha tenido algo que ver en elegirle para que le eche una mano.

¡Ay, criatuda! ¡Quiéd pudieda abrodcarte ed el teatro...! Pero tedgo uda gripe de caballo y do voy a poded id a ved la ópeda...!!

Pues una pena: ópera muy bonita, cantantes así así pero que no impiden disfrutar de la función y puesta en escena ingeniosa, de lo mejorcito que he visto en el Real.

Deserción en masa tras el descanso: se fue un señor de unos 135 quilos de peso humano. Es que claro, esas doce pantallas...

Yo también estuve ayer. No le ví, Don Tip. ¿Ha encogido usted con el nuevo año?

Una agradable función de ópera, pero de las que se aplaude, pero no te levantan del asiento. Muy aseada dirección musical de Paul Daniel (que no es ningún genio, ni un músico inspirado, pero sí competente) a una orquesta de la que obtuvo un buen rendimiento. La trabajada y brillante orquestación de la obra estuvo perfectamente expuesta y se pudo comprobar en los interludios y la pantomima, de notable nivel.

La producción funciona, tiene ideas, la mayoría buenas, hay una dinámica y trabajada dirección de actores y todo contribuye a un montaje de buena factura. Un acierto. De momento, a Laurent Pelly le he visto tres buenas y una mala.

Mediocre el reparto, que si funcionó desde el aspecto del compromiso escénico y la corrección musical, se mostró paupérrimo en cuanto a presencia sonora y capacidad vocal. Schwartz, resuelta y juvenil en escena, es una mini soubrettina que resulta tapada por la orquesta la mayor parte de la obra. Alice Coote, aburrida y monocorde, parecía la Zajick a su lado. La Montague en las últimas y "la voz fantasma" de Skovhus, gutural, retrasada, pálida y seca, llegó a sonar a Hotter en este contexto. Mejor no digo nada de la parodia de bruja del ex tenor Zapata, vocalmente ya cercano a un señor de la calle. Eso sí, fue el más aplaudido.

Cierto es que esta ópera no requiere, en principio, las voces que otros repertorios, pero oigan esto lo cantaban Edita Gruberova, Brigitte Fassbaender, Chista Ludwig, Elisabeth Grümmer, Sena Jurinac... etc, aunque claro, viendo quién canta hoy día Ballo in maschera, Valquiria o Cavalleria Rusticana, qué vamos a esperar encontrarnos en este título.

Muy contento de haber podido ver finalmente esta ópera en vivo y con buen nivel. Agradezco su programación.

Ya son 255 títulos en mi lista

¿Bueno, Tunner, entonces puedo decir que mi pérdida tampoco ha sido tan terrible? ¿No he dejado pasar la gran función del año y de la temporada? ¡Déme ánimos, hombre, que lo necesito...! (aunque ya me ha bajado la fiebre, pero sigo necesitando mimos... ).

Hombre, ha sido una función agradable y, particularmente, para mí ha sido casi un acontecimiento porque nunca había visto esta ópera en vivo. Una labor global de ésas que tan de moda están ahora, con todo en su sitio, una producción que funciona y un impecable acabado musical.

En principio, tampoco es una obra que desate fácilmente las pasiones del aficionado, algo que, al final, y se pongan como se pongan, siempre lo hacen los grandes cantantes o un director musical de los genios. Para que se haga una idea, tuvo una ovación más larga el dúo del acto IV del reciente Romeo en concierto.

La verdad es que me ha dado mucha rabia perder la oportunidad de verla, pues aunque no soy tan fetichista como usted en esto de las cifras, lo cierto es que yo tampoco había visto la ópera en teatro (de hecho, ha sido una oportunidad única en Madrid, donde no se representaba desde principios del siglo pasado) y es una obra muy interesante desde el punto de vista musical. Claro, que lo peor de todo, ha sido la pérdida de pasta que me ha supuesto la maldita gripe: más de 120,00 EUR, y no está la cosa como para tirar el dinero... ¡Putos virus...!

De momento, parece que la cosa va gustando. La obra lo merece. Efectivamente no es un título señero, pero está muy por encima de ese desdeñoso término de "ópera para niños" con que se la suele despachar.

Acudiré el día 7, con toda la familia Cruzo los dedos por que la parte orquestal se resuelva con solvencia, como están ustedes comentando. Para mí es la clave para su disfrute. Los cantantes no me despiertan ningún entusiasmo, aunque Alice Coote tiene bastante trabajado el personaje y es una garantía. De todas formas, como dice Tunner, no es una ópera de grandes voces, sino de cantantes-intérpretes que incorporen sus papeles con inteligencia.

En cuanto a la puesta en escena, de momento va saliendo bien librada. Si no me equivoco, es la producción de Glyndeburne 2008 sin cambios. Del vídeo a la escena en directo va un trecho, así que dentro de unos días igual me desdigo, pero reconozco que voy mal predispuesto. La labor de Pelly es ingeniosa y a ratos brillante, no necesita libro de instrucciones, como pide Nico, pero cae en un vicio que llevo muy mal: muestra un total desprecio por el planteamiento original de la obra. Ya habrá tiempo de entrar en detalles.