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 Asunto: Re: Maria Stuarda en el Liceo
NotaPublicado: 11 Ene 2015 18:50 
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Registrado: 05 Ago 2007 22:51
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Por cierto y sobre las toses liceísticas de estos días.
Hoy pg. 37 de L. Vanguardia y buen e irónico art.del periodista / escritor A. Sánchez Piñol a raíz de estas STUARDAS, titulado...TOSER EN LA OPERA.... ( al final de la función, dice haber contado 503 tosidos :lol: )
Muy recomendable porque aún siendo exagerado y más que divertido, tiene toda la razón.
Si puedo, haré un ...copia y pego...

P.D. Anoche el maestro Benini y antes de iniciar el 2° cuadro del primer acto o de la primera parte, hizo un par de amagos girándose hacia el público a ver si cesaban las toses y demoró unos segundos el inicio de tal cuadro


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 Asunto: Re: Maria Stuarda en el Liceo
NotaPublicado: 11 Ene 2015 19:12 
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Registrado: 05 Ago 2007 22:51
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el citado artículo. Copio y pego :



Toser en la ópera
Albert Sánchez Piñol
El otro día asistí a una ópera de Donizetti en el Gran Teatre del Liceu. ¿Quieren saber cuántos tosidos contabilicé a lo largo de la función?

Antes de nada les admitiré algo: nunca me he podido contar entre los afectados por el feliz virus de la melomanía. Conste que lo he intentado; y que otros también se esforzaron en llevarme hasta las playas de los placeres musicales. Mi abuelo, por ejemplo, un humildísimo tipógrafo. Uno de los pocos lujos que se podía permitir era asistir, muy de vez en cuando, a representaciones de ópera. Con gran sacrificio, me condujo en alguna ocasión al Liceu, el templo de la cultura musical. No hubo manera. Allí donde él escuchaba voces sublimes yo sólo oía gorgoritos exagerados; allí donde él veía sopranos excelsas yo sólo percibía señoronas gordinflonas, chillonas y pintarrajeadas como cacatúas. Pero no digo esto en demérito de la culturamusical, sino a su favor: que mi triste oído no pueda disfrutarla no implique que la odie, todo lo contrario; respeto sumamente el mundo de los musicómanos. Por eso mismo me sorprende que la gente tosa, y tosa tanto, en la ópera. ¿Siempre ha sido así?

Puesto que mi presencia en el Liceu era de puro compromiso, y como ya he dicho que no sé disfrutar de la música clásica, por un mecanismo inconsciente me puse a contar los tosidos. Y eran muchos: no llevábamos ni diez minutos de representación y ya había contado cuarenta y tres toses. Curioso fenómeno, el de la tos operística, capaz de destrozar lo sublime con un simple garganteo. Cuando uno se fija, descubre que es posible elaborar una taxonomía. Primero está la tos vulgar, que suena como un “co... cof!”, en dos tiempos. Luego tenemos la tos sostenida, que recuerda el aleteo de un pato patoso mientras ameriza en un barrizal semilíquido: “Cof, cof, cof, cof...”. Después aparece la tos nasal o falso estornudo, que suena como una erupción contenida de mucosidades semisólidas: “Eschum!”. Y por último pude distinguir la tos de carraspera, por bautizarla de algún modo. El ruido que emite nos recuerda a una moto a la que le cuesta arrancar. Esa noche el máximo exponente de ese tipo de tos, abominablemente insufrible, dio en sentarse justo a mi lado: un señor ruso, o bielorruso, con una garganta que parecía la de un hipopótamo regurgitando clavos.

¿Por qué tose la gente en la ópera, o en el teatro? No se me ocurre mayor ofensa para el artista, peor damnificación para el espectáculo. Por su parte, es comprensible que el público viva los tosidos como escamoteo, vilipendio y desdoro del sagrado arte que ha acudido a contemplar. Muchos reaccionan, intentando acallar las toses profanadoras con unos enérgicos y labiales “Schist!”. Su utilidad es dudosa. María Stuarda e Isabel de Inglaterra se enfrentaban sobre el escenario, una terrible pugna de egos y pasiones. Pero ese combate no era nada comparado con el que se libraba en los asientos, una auténtica guerra civil entre los “cof!” y los “shist!”. Y sin embargo, los defensores del silencio tan sólo conseguían fomentar aquello que tanto repudiaban: sus chitones se añadían al ruido ambiental, sus “shiiis!” acompañaban a los “cof!” como un fiel escudero al caballero andante. Los realzaban, de hecho, de modo que en cierto momento, justo antes de terminar el primer acto, los shis y los cof se sucedían los unos a los otros a una velocidad espadachina, coordinándose entre ellos mientras mantenían un enojado diálogo de ofensas y reprensiones: shis, cof, shis, cof, shis, cof! Fin del primer acto. Aplausos. A esas alturas ya había contado doscientos sesenta y tres tosidos.

Lo curioso del caso es que en la media parte nadie tosió. Por increíble que parezca el público, una vez fuera de la sala, ya no tosía. Ello me permite avanzar una respuesta a la pregunta anterior: la gente tose en la ópera, o en el teatro, porque está prohibido. Y entiéndaseme bien: no me refiero tanto a un impulso subversivo como al hecho de que la prohibición misma desencadena lo prohibido.

Hubo una época en que la clase obrera se reunía en el exterior del Liceu para tirar tomates a los burgueses que iban a la ópera. Y sin embargo, yo no creo que el Liceu sea una bandera clasista, al menos hoy en día. La cuestión es otra. La ópera, como el gran teatro clásico, es otro mundo, distinto al cine, a los conciertos otro mundo, distinto al cine, a los conciertos de rock, a los espectáculos de masas en general. No es un mundo mejor, sino diferente: en mi opinión, tanto puede elevarnos el espíritu AC/DC como Donizetti. Pero en un concierto de heavy metal da igual quien tosa. En el fondo lo que se dirime es la cuestión de si es posible mantener, reservar, un espacio de una trascendencia escénica y artística distinta. O quizás, contra lo que habíamos creído, ese espacio era una pura ilusión, y en realidad lo zarrapastroso siempre ha campado a sus anchas. Quizás la tos, esa jodida tos, siempre ha estado allí, adherida a la escena como el molusco a la roca. Al final de Maria Stuarda conté quinientos tres tosidos. Bravísimo.

Molière murió sobre un escenario, vistiendo de amarillo. Menos sabido es que sufría de hemoptisis, una enfermedad cuyo síntoma principal es la expectoración. Murió representando El enfermo imaginario. Y tosiendo, hemos de suponer.


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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com