Vaya, que coincidencia que fueras tu; y si no llego a decir yo nada no habriamos sabido ni siquiera que habias ido este dia a la opera! Yo estaba en butaca de principal pero del lado opuesto al que venian los gritos, y se oia muy timidamente lo que estaba sucediendo. Los pobres acomodadores a fecha de hoy son escasisimos, y todos vamos hacia ellos acosandolos a preguntas, peticion de programas, ubicacion de las localidades y se ven asfixiados ante tanta demanda. En la zona en la que yo estaba el viernes veias al publico ubicandose como buenamente podian por que no habia quien les dijera donde se debian sentar y no habia ningun acomodador.

Pues hizo usted muy bien don Alberich...

Me encanta la anécdota de Alberich. Yo soy mucho más cobarde (ya saben, los orientales, reverencia, sonrisita, y de repente Pearl Harbor sin avisar), y envidio a la gente que se anima a decir lo que piensa cuando cree que es justo.

Todo compositor tiene obras más o menos apreciables, pero yo lo del Britten A y B no acabo de verlo. Sobre todo cuando se incluye esa maravilla que es el sueño de una noche de verano en la cuenta B. Si entiendo por qué esta ópera puede parecer seca y difícil. Ya digo, a mí me lo pareció una vez, y ahora me cautiva del todo.

Por otro lado, tampoco tiene por qué ser tan difícil sentir cierta simpatía hacia Aschenbach, si uno hace abstracción del objeto de su afecto (en la novela, porque en esta producción Tadziu es un mozalbete que ya hizo la mili hace varios años). ¿A quién no le ha mareado la atracción de los sentidos?

De verdad, de verdad...Lo que no pase en el Real...
Y bien hecho, qué contra.

"Se abrieron las butacas y parieron una rata."
Alberich.

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¡ Te echamos de menos Sid ¡
Es un placer leerte y aprender contigo, no nos dejes del todo

Es que soy tímido (frente a lo que pudiera parecer... ). De todas formas sí os habríais enterado de mi asistencia, porque dije que había hecho una crónica de la función --de donde se deduce que allí estuve-- en un comentario de otro hilo (en el de Roméo et Juliette, creo).

Sí, creo que sí. Era un injusticia intolerable: pagando siempre los más débiles y sin motivo alguno. Además me sentí un poco como el justiciero implacable. Como El Zorro (por cierto: menos mal que no soy una fémina... ).

Os agradezo los ánimos por mi barbárico comportamiento... Como tuvo un poco de justa reivindicación quizá se me pueda perdonar...

Bueno, en realidad me sentí un poco como Super Ratón (y creo que hice muy bien en defender a la pobre chica).

Ah! don't smile like that! No one should be smiled at like that.

Como Sesto, cuando se pregunta por qué los dioses le dieron tal poder a la belleza.

Yo estaba a diez metros del incidente, en el tercer piso, y en nuestro entorno se produjo un pequeño conato de crítica al que chillaba, que cortamos inmediatamente. Y a todo esto, uno ya es ducho en teatros y encontró su localidad fácil pero, ¡coño! el Teatro Real es rebuscado, eh?

Con esto en el currículo ya puedes ser director escénico.
Otros lo son con menos lustre.

Al final me animé a acudir al Real a ver la última función, aprovechando que a un amigo le sobraba una entrada. Sospecho que había muchos como él. No estuve en Paraíso y en mi planta había un par de acomodadores, así que el riesgo de que alguna rata wagneriana montara un Sigfrido era muy bajo. Lástima.

Empezó la función con un inquietante kjas iu woiwhn zzzzzzzzzzz zzzzzzzzzzz zzzzzzzzzzz
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https://www.youtube.com/watch?v=_YEK6NaFDII
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zzzzzzzzzzz zzzzzzzzzzzuaaaa uuuaaaaa sdfcj uideofih cosd un sugerente tintineo en el final, que fue sin duda lo más bello de la ópera.

En fin, que me da que lo mejor de estas funciones ha sido "el aria de la rata": tensión dramática, recitativo impulsivo, texto incisivo y voz proyectada. Para otro britten, avise por favor.

O sea que vas a llegar bien descansado (o por lo menos bien dormido) a la Nochebuena.