Estuve en la sesión matinal del domingo.
Sin que sirva de precedente
pero estoy casi palabra por palabra de acuerdo con "angelparsifal" al que por su estupenda y clavada (para un servidor) crónica no le voy a volver a llamar "diablillo" en las próximas 48 horas.
Como bien señala, es una obra que puede ser ópera, puede ser susceptible de escena, puede ser también tratada como una gran sinfonía o poema sinfónico o cantata. El caso es que es una obrón como la copa de un pino.
No soy un docto en Schoemberg, del que conozco cosas, pero seguro que muchos aquí conocerán muchas obras, pero creo, corríjanme si me equivoco, que no estamos ante una partitura que sea el exponente más claro del estilo, sonoridad y características del compositor. Es una obra que se acerca mucho a Mahler, y con claro toque wagneriano. Igual para algunos, eso puede oler a paso atrás; para mi en cambio huele a paso adelante. Leía hace poco, de hecho, que el día en su estreno en la Musikverein todo estaba preparado por parte de los grandes enemigos de Schoemberg para montársela de nuevo a base de broncas descomunales que habían precedido otros estrenos suyos. Sin embargo, tuvieron todos que envainarla y aplaudieron a rabiar, es esperaban otra cosa mucho más en la línea de las anteriores.
Por ello digo que Gurrelieder es una excepción en su catálogo. Es una obra legible y disfrutable para un aficionado simple a la música. No siempre pasa eso, ni mucho menos, con este compositor.