Estuve el lunes. Sala al completo y gran satisfacción de los asistentes. Según los acomodadores, así fue los otros dos días. Sin duda se benefició el espectáculo de dos públicos que a menudo no se mezclan.
Vayamos primero con lo bueno. Ha sido quizás la mejor dirección orquestal de la temporada, fresca y genuina. El timbre fue maravilloso. Empastadas las cuerdas (8+7,5,5,2 si no equivoco), seguros los vientos (a 2 todos menos los trombones, a 3), sin timbales ni trompetas. Si en febrero pudimos oír a Minkowski en el Auditorio con afinación de época, lo del Balthasar-Neumann pareció, en comparación, de requeteépoca. Pudo deberse en parte el efecto, en mí, a que la sala de Príncipe de Vergara me es antipática y a que la representación aporta siempre un plus de intensidad. El coro estuvo también magnífico, comedido, claro y exacto. Todo suave como en un pastel, nada de saturados colores al óleo. Buen temple, buena dinámica, mucho sabor.
Pero sobre está exquisita aunque sólida base se colocaron a tres voces incapaces (a diferencia de lo que pasó en el Auditorio en que estuvieron, paradojas de la vida, mucho más escogidas). Muy por debajo de la línea de emoción tanto las secundarias, la desafinada Amore (con gallos incluídos) y la áspera Eurídice, como la protagonista, una Wesseling de canto todo para adentro y monotonísimo (en un papel que pide ante todo expresividad), defectos que no compensaban un bello timbre y un cuidado fraseo.
Y el montaje? Para mí, no es feliz. No es feliz que en un momento de canto intenso alguien esté por ahí bailando. Tanztheater? O danza adornada con ópera o ópera adornada con danza, niego que se puedan integrar de verdad las dos cosas durante la totalidad de un montaje. Aquí queda como danza lujosamente adornada con una ópera. Aclaro que mi visión es la de alguien no aficionado al ballet. Aún así, disfruté en algunos momentos. Disfruté sobre todo en los bailes que están ya colocados en la partitura. Disfruté en el final de la tercera parte, en las escenas de grupo mientras el coro canta suavemente. El bailarín que hace de Orfeo me pareció, desde mi ignorancia, formidable.
Pero el doblado del personaje -cantante y bailarín- es algo que no va a ninguna parte, excepto si el cantante se está quieto, lo que no es el caso. En algunos bailes solistas se entra rotundamente en lo cursi. La resolución de la segunda muerte de Eurídice (las dos Eurídices en aspa), es vulgar. Los aleteos de mariposa con las manitas, los hilillos, ... Bueno, ya digo que el ballet no me llega.
El montaje va en la misma línea: muy fino. Fino, en su sentido peyorativo: corriente, sin estridencias pero sin pizca de talento.
Lo que ya no se entiende es que la ópera se dé en alemán cuando, si no me equivoco, no hay versión de época en esa lengua. He entendido que eso fue un invento de Frau Bausch. Tiene sentido hacerlo así en Paris o Madrid? Es como llevar la Carmen en español de la Zarzuela a Milano: extravagante. Que no se pongan subtítulos por exigencia de la difunta coreágrafa, se entiende aún menos cuando no se da para público germano. Que no se den en el programa los detalles de la versión que estamos oyendo, y que en su lugar se nos ofrezca un texto de un polifacético arista e intelectual (sic) ad majorem Pinae gloriam, es totalmente incomprensible. Es el gantés y arbitrario modo, claro.
Por qué se anuncia como Orphée et Eurydice o Orfeo y Eurídice? Por qué no Orpheus und Eurydike?
Espectáculo en fin con distintas acogidas. Fácil que uno encuentre algo a lo que agarrarse. Para quien le guste la 'plasticidad' (así se lo oí a una señora: qué plasticidad!), atractivo. Pla decía de Benavente que es literatura de tomando el té. Esto es un espectáculo de tomando el té. Para quien busque canto, pésimo. Para quien le guste Gluck, muy interesante a pesar de la deficiencia vocal y escénica. Para quien le guste la ópera, al menos para este humilde forero, fallido y cursi, con demasiada Tanzfette (aunque Fette fina) para muy poca Gesangprotein. En todo caso, sin sobresaltos de Ladies Di o de versicos de Pessoa. Para quien le guste el ballet, interesante aunque entiendo que Bausch es hoy menos valorada que hace quince años, una vía que abortó pronto en afectación, afectación digna pero afectación al fin.
En todo caso, quizás más apropiado en la temporada de ballet.
_________________ Et O ces voix d'enfants, chantant dans la coupole!
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