Yo también estuve y rubrico lo dicho por Yago, con algunos pequeños matices a la baja que intentaré explicar con mi pobre vocabulario musical.
Efectivamente, es un alivio no ver ninguna gabardina. Uno ya no se fía ni de las versiones en concierto porque cualquier día veremos una con gabardinas. No fue esta vez: Dios sea loado!
La orquesta estuvo bien. Conlon, un señor muy bajito, mantuvo el nervio todo el tiempo. Se puede pedir algún matiz más? Vale, alguno, pero en la obertura, en la cortita música de baile que hay, creo, a final del A2, se vio muy bien la calidad de la dirección. Por desgracia, no se hace la MARAVILLOSA música de ballet del A3, esa increíble media hora de puro teatro sin cantantes. El coro, cien gargantas, no estuvo, para mí, a la altura, aunque tampoco chirrió. Yo creo que no se empastaron bien los dos equipos. Por lo demás, su posición es demasiado al fondo. Entiendo que debe estarlo, pero 6 o 8 metros más avanzados se podría hacer y creo que se notaría. Igual eso hubiera sido mejor solución que juntar dos coros.
Los secundarios, pobretones. Vayamos con los protas de menos a más. Vassallo efectivamente canta monótono, suena para adentro y la voz es sosa y antipática. A veces daba ganas de pedirle que se sacara el chicle. Pero mostró gran voz en el A3 (fue una noche en que uno no tuvo que preocuparse por el caudal!), cierto canto y sin dejar de tener la voz tapada, se ganó ser braveado (si no recuerdo mal, o quizás en el dúo con Arrigo). Luego volvió a dominar lo insulso y quedó el peor, en mi opinión. Estuvo mal, pero en otras óperas que hemos visto, una interpretación como la suya hubiera sido la mejor.
Di Giacomo tiene ante sí una difícil papeleta (eso sí es un rol difícil, y no la Olympia). Hay voz y ganas pero yo también vi descuidos, falta de control, o no domina del todo su voz o no ve el papel como yo. Pega los zambobazos cuando hay que pegarlos, eso sí. La voz, ni bonita ni fea. No me ha parecido bien en los dúos (en general, durante toda la noche, oí mejor los solos que los dúos, tríos y cuartetos).
Furlanetto hizo una cosa exquisita: su aria di sortita, y así fue reconocido por el público que le braveó fuertemente. Pianissimos largos como un natural de Antoñete. Su voz ciertamente te sacude. Su dicción -que no es para mí lo principal- es exquisita. Al contrario que Di Giacomo, su voz parece no hacer el más mínimo aleteo sin que él lo quiera. Gran control, estilo, aire vecchio stampo. Suficiente caudal cuando hacía falta. Gran actuación con ese matiz que tiene su personaje: teóricamente el bueno, pero vocalmente el malo. Magnífico su aire de Lon Chaney en El fantasma de la ópera. La voz es preciosa, de gran señor que no chilla nunca.
Pretti se reservó en la primera parte y el aviso de estar indispuesto, pero también deferente, debió ser para cubrir eso. Era suficiente, ojo: voz bonita, canto fácil, natural e inspirado con algunos tropiezos sin importancia. Sensación, eso sí, de que faltaba algo, de un poco de escasez. Pero en la segunda parte estalló una preciosa voz enorme, importante, bien desplegada, se notaba la presión en las paredes del teatro, manteniendo esa naturalidad y aparente facilidad. No es voz de Nemorino ni de Don Ottavio ni de Pamino. No es un pollo pera, es un hombre joven que canta.
Sobre la gran acogida se llegaba a distinguir algún pertinaz buuuu desde el paraíso que no me quedó muy claro contra quién iba. El gran candidato es Vassallo, pero pudiera ser también contra Pretti y Conlon. Por lo pesado parecían partidarios acérrimos de alguien que hubiera sido apartado. Los huecos creo que son los normales en las versiones concierto. Increíblemente, parece que hay gente que sólo va a ver los trepidantes montajes que se estilan.
La visión de esta gran obra es cansina: todos insisten en que no es tan buena como Rigoletto o Traviata, como Otello, ... Qué tonterías! Es una obra magnífica y enorme. El tema no acaba de interesar como story, pero eso ya pasa en Il Trovatore. Pero como música sí y tiene muchas cosas maravillosas. Creo que Conlon decía que si fuera la única obra de Verdi se la consideraría una obra maestra. Yo voy más lejos: es una obra maestra como tantas otras del autor. Es algo más que una gran ópera. Quizás sufra más que esas otras con una interpretación un poco menor. Quizás no es tan sexy, tan redonda, pero estoy harto de pedir perdón porque me guste mucho. Es bonito que es una historia que en realidad empieza cuando ha bajado el telón. Se cuenta un levantamiento, pero a lo que asistimos es a su preparación. Cuando el levantamiento estalla, lo que parecería que iba a ser el cogollo de la obra, nos echan a casa sin que lleguemos a ver la escabechina.
_________________ Et O ces voix d'enfants, chantant dans la coupole!
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