Como el Sr. Tucker, estuve en la función del día 30, última de segundo reparto, y que preferí al primero por cantar Westbroek, que me encanta (el primer reparto tenía el morbo de Vogt como Siegmund, pero bueno…). Además, quería ver un Wagner en una plaza tan tradicionalmente wagneriana como es Barcelona, me hacía ilusión.
Pues hubo de todo, en los extremos. De muy bueno a muy malo.
Esta
Walkiria no puede contarse entre los aciertos de Carsen, director que me gusta mucho. Lo siento, pero me parece paupérrima la idea del fuego mágico con un triste mechero.
–Maravillosa Sieglinde de
Eva Maria Westbroek (nada nuevo por otra parte, había visto en cines su Sieglinde en el Met, con un Siegmund mucho mejor como es Kaufmann).
–Me gustó
Catherine Foster, pero esperaba algo más, como también de
Katarina Karneús, estupenda Fricka en lo escénico (la señora elegante y ofendida, toda una diosa molesta en su dignidad sin recurrir al manido registro "maruja cabreada") pero un tanto corta en lo vocal.
–Estupendo Hunding de
Ante Jerkunica, un bajo de verdad. Lo había escuchado en el
Parsifal del Liceu y me había impresionado la calidad y belleza de su voz.
–Se está criticando demasiado a
Greer Grimsley, para mi gusto. No será el mejor Wotan, pero me resultó muy convincente en todos los sentidos: un abrumado padre de los dioses que revela sus debilidades. No le encontré tropiezos vocales terribles.
–El lunar de lo que había
sul palcoscenico fue Mr. Westbroek como Siegmund. La emisión de
Frank Van Aken fue angustiosa, carraspoide a más no poder, una voz leñosa, sin el suficiente poderío y carente de lirismo; es decir, no fue capaz de encarar el papel ni por lo heroico ni desde un enfoque más lírico. Al menos fue lo que ocurrió en la función del 30, pero si estaba con una afección gripal, no cabe más crítica, dado que no estaba en las condiciones debidas.
Lo PEOR de la noche salió del foso. Con diferencia.
El Acto I fue de verdadero horror gracias al mal hacer de la orquesta. Una lentitud inexplicable, oscilaciones muy extrañas en los
tempi (de muy lento a demasiado rápido de repente)… desafinaciones constantes en el viento metal, entradas en falso, notas falladas con "gallos" de los metales… De ver y no creer. Lo del foso era una charanga infame. Sin empaste, sin un trabajo orquestal cuidado. Pero no había más que ver a Pons. Conocía la partitura tanto como alguien que la estuviese leyendo por vez primera, y eso no cuela. Creí que al final del acto se iba a armar, y que habría abucheos en abundancia, merecidísimos. Pues cuatro silbidos de miseria, muchos aplausos y así pasó la cosa.
Las cosas mejoraron en los Actos II y III, aunque la archifamosa cabalgata de las walkirias sonó pobre y ramplona ¿Cómo es posible, si la cuerda estaba reforzadísima? Pues parecía que tocaban cuatro gatos.
No se puede tener un buen reparto en escena y una orquesta así en el foso… Un teatro que se pretende de primera no puede tener ESO como orquesta.
En escena se cantaba
Walkiria, pero lo que salía del foso era más bien
La Ramona, inmortal creación de Fernando Esteso con La Charanga del Tío Honorio. Porque eso era la pretendida orquesta: una charanga.
De auténtico sonrojo