Nadie ha iniciado comentarios hasta el momento , rompiendo servidor el fuego y referido a la función de anoche día 22
En líneas generales, esta LEYENDA DE LA CIUDAD INVISIBLE DE KITESH y FEVRONIA, me ha seguido pareciendo una obra maestra del gran Rimski Korsakov pese a que el último acto se hace excesivamente largo o casi eterno ( un total de 4 horas y en el último entreacto y antes del inicio del 4º acto, hubo cierta deserción de público en un teatro que no llenó).
Partitura ésta monumental y muy conjuntada con las voces intervinientes, variada, sólida y con numerosas reminiscencias de la música o folklore tradicional ruso, más notables intervenciones del coro ( 2º y tercer actos ). A mi la labor de Pons esta vez ( se notaron los numerosos ensayos), me pareció digna o correcta en líneas generales pese a algún metal estentóreo o viento chirriante durante las "escenas tártaras" del 2º y tercer acto, pero buscando y consiguiendo un sonido efectista de la orquesta ( como en otras funciones, me sorprendió ayer escuchar algunos abucheos a Pons al inicio del último acto). Se nota que se ha ensayado bastante y no se ha improvisado
El coro del Liceo reforzado por los habituales de Intermezzo, mostró una notable solidez y un buen trabajo
En el plano vocal, la gran protagonista Fevronia en la voz de la soprano Svetlana Ignatovich, cumplió más en su labor escénica ( la bondad y la espiritualidad encarnada en ella como salvadora de Kitesh) que en la difícil vocalidad propia para una lírica plena : la voz es correcta, mantiene la buena línea aunque llegue casi agotada al final del 4º acto, pero su proyección es algo limitada y hasta justa en el registro agudo
El tenor que hacía de Príncipe heredero y enamoradizo Maxim Aksenov, algo descontrolado en la emisión y justito de volumen ( en algún momento y cuando cantaba algo alejado de la boca del escenario, se le escuchaba con dificultad) aunque con un canto incisivo.
Muy notable el veterano Eric Halfvarson como Padre y Príncipe Iuri, mostrando su habitual rotundidad y una voz de verdadero Bajo profundo ( pese a un exceso de canto declamado )
Muy enchufado y de buena presencia escénica el "borrachín" del Grixka, Dimitri Golovnin, más que correctos los bajos Tsimbalyuk y Ognovenko en sus roles de líderes tártaros
Solamente decepcionantes y hasta un malestar para el oído por sus "casi graznidos" en el último acto, las dos acompañantes femeninas de Fevronia, las tales Larissa Yudina y Margherita Nekrasova
Dejo para el final al capo de la regia , el polémico Txerniakov ( 1' 3 millones de € esta monumental y más que costosa coproducción, precedido cada acto con una explicación en bilingüe - catalán e inglés , nada de castellano, ni de italiano , ni de holandés que eran los otros coproductores y que han pagado o invertido parte del pastón
).
De "invisibilidad", nada de nada , más bien todo lo contrario desde el inicio de la función que fue aplaudida al levantarse el telón, con notable juego de luces.
Primer y último actos digamos que tradicionales, bucólicos, nada transgresores, reflejando la vida campestre de Fevronia y los suyos entre flora y supuesta fauna, más la barraquita familiar; retratando sobre todo, la bondad, inocencia y espiritualidad de la protagonista citada
En cambio en el 2º acto donde supuestamente se prepara la fiesta de los esponsales de Fevronia y el Príncipe heredero en una gran sala de -digamos - un hotel cualquiera de la pequeña Kitesh, hasta que aparecen los violentos tártaros ( armados hasta los dientes cual si fuese un comando terrorista actual - "el mundo al revés, atacando a los inocentes Rusos"!
) y toman por rehenes a toda la población de Kitesh, lo cual continúa en el tercer acto donde supuestamente tales rehenes son encerrados en una especie de nave industrial ( en este tercer acto, aparece ya algún estúpido detalle como un desnudo masculino que no sé que pinta! - a dos señores sentados delante mío, parece que sí les gustó tal desnudo -
). Es decir que en estos dos actos intermedios, Txerniakov recrea más la violencia tártara que lo principal de la obra de Rimski, es decir apenas se vislumbra la desaparición del gran Kitesh bajo la supuesta "niebla dorada" y su salvamento gracias a los ruegos/oraciones de la santa Fevronia.
Como conclusión, un gran espectáculo escénico el de Txerniakov con los aciertos, desaciertos y exageraciones descritos , muy notable trabajo actoral por cierto ( pese a colocar a veces y sobre todo en el último acto a los cantantes demasiado atrás en el escenario), complementado con la monumental y notable partitura de Rimski Korsakov