Por mis ojos rasgados me conoceréis. Y la sonrisa inmutable, que puede enmarcar tanto el desprecio como la admiración.

Soy más tímido que el más frágil de los crisantemos cuando la floración empieza a acabarse y el frío se asoma por la esquina.

Oye, pero conocer a Nico y Kandaules no está nada mal. Has hecho buen negocio.

Un Requiem sensacional. Muti demuestra una y otra vez que en la música, en ocasiones, lo trascendental no son los mimbres, sino el resultado final. Porque efectivamente hay mejores orquestas, mejores coros y mucho mejores cantantes. Pero no garantizan que la cosa salga mejor de lo que salió el lunes.

Exacto y como bien ha dicho el propio Muti muchas veces, estamos ante un Requiem para los vivos y no para los muertos y en el que el hombre no reza a Dios, si no que le pregunta e interpela por su papel en el mundo, ante el hecho religioso y ante la muerte, consciente de su posición central en la creación. Humanismo transcendental y eterno. Nada de liturgia al uso y, lógicamente, con elementos operísticos porque Verdi era ante todo, un hombre de teatro. En resumen, una obra maestra absoluta y el mejor Requiem con mucha diferencia. El de Mozart es monísimo, pero una obrita ante la colosal verdiana y que, además, la mitad no la compuso Mozart Creía que esto lo sabían tanto Mozartiano como hay por aquí.

Efectivamente, la amalgama de orquestas (una de proyecto pedagógico -la Luigi Cherubini- y otra, la Sinfónica de Madrid, que aún le queda mucho por recorrer para igualarse a la de cualquier teatro puntero de Europa a pesar de lo que digan algunos) y la escasez de ensayos sólo hacen resaltar la labor titánica del Maestro Muti, que esta vez no tenía a la Chicago Symphony lógicamente. El cuarteto mediocre. Es lo que hay.
Ya no cantan ni Zinka Milanov, ni Leontye Price, ni Renata Tebaldi, ni Montserrat Caballé, ni Pavarotti, ni Ghaiurov, ni Bergonzi, ni Stignani, ni Cossotto...
Ni las mezzos son mezzos, ni los bajos son bajos. Pongan a Abdrazakov al lado de Ferruccio Mazzoli, Raphaele Arié, Plinio Clabassi o Bonaldo Giaoitti... por no citar a los primeros espadas de la cuerda de bajo...

A pesar de ello, algunos siguen defendiendo que no estamos en crisis de voces y que esto no es la edad de hojalata del canto.

"Un Réquiem Italiano"

Sr. NICO gracias por " guardarme en la memoria ". De verdad no merezco tanto su atención. Ya he comentado muchas veces la importancia del espacio tiempo en la ópera, parece ser que para Ud. no es así. Cuando hago el comentario quedaban muchas entradas por vender, en tiempos no muy lejanos se hubieran agotado en pocas horas , ese era mi mensaje.
Si repasa mis mensajes verá mi admiración por Muti, luego esto no es novedad. De todas formas si por esto merezco que se me llame bocazas, pues muy bien, sepa que no me ofende .
Recuerdo a todos que mañana tienen al nuevo director de la ONE con un excelente programa en el Auditorio. También me extraña muchísimo el desprecio a la magnífica ópera que se está programando en el Liceu, ojalá Matabosch la traiga al Real.
Sr. NICO le deseo feliz pascua .

Puffff, menuda reflexión; interesante y con mucha miga, daría para un debate en Intereconomía
Sí contaré una cosa, tratando de no ser excesivamente pasional en un tema, el místico, sobre el que las reglas del foro marcan una lógica prudencia a la hora de sonsacarlo.
Hablando con un cantante de coro profesional que ha cantado todas estas obras y más mil veces, yo le decía que yo por cantar el Requiem de Verdi, hasta pagaría, mataría por ello. Y él me dijo que si algún día lo hago, me sorprenderé, porque él, habiéndolo hecho varias veces, y siendo creyente, es una obra que le deja como tal frío como le hielo, a nivel de recogimiento y meditativo. Pero claro, sucede que metemos en manos de un compositor, como bien dice tunner, de teatro bestial unos ingredientes que son la pera limonera. Juntas el talento de dicho compositor con tales ingredientes y es inevitable que salga una obra no maestra, si no maestrísima, hasta el punto que sí, con la escucha de un aficionado coral como servidor, uno quiera cantar eso cueste lo que cueste.
Ahora bien, es pura seducción teatral, sí lo es. Y no me refiero ya al ruido, a la gran orquesta, a las grandes voces que requiere o despliegue imposibles e inapropiados para la liturgia, si no a la propia manera de haberla trazado y creado. La Pasión según san Mateo, de Bach, por ejemplo, a mi me gusta cuanto más "Otto Klemperer" mejor (*), con voces tipo Gedda, Peter Pears, o Ludwig y el coro y orquesta Philarmonia a todo plan. Y eso así hecho, y con mayor duración, es todo un ejercicio místico tanto su escucha como su ejecución, y eso que Bach, hasta donde sé, no era católico (ni Verdi usaba mucho de eso, también hasta donde sé).
En esa misma lid, creo estar de acuerdo con Rafa, con el que me unen muchas cosas a pesar de las grandes diferencias sobre Benzema y Mou, en que el de Mozart lleva una carga mística mayor; y para mi, aún mayor que ambos, el alemán de Brahms (hoy día es esa obra por la que pagaría por cantar en el coro, he cambiado).
Pero... es que, pienso, que tampoco es malo eso, me refiero a la idea de Verdi. Teatralizarlo en vez de invitar a la reflexión. Me parece más que bien: lo cual convierte, con o se ha leído a veces, al "Réquiem" de Verdi en la mejor ópera de Verdi, pero, ... eso no conlleva a que sea el mejor "Réquiem" o al menos, depende del prisma que juzguemos, como una simple obra artística o aspirar a algo más dentro de ella. En el primer caso, de acuerdo. En el segundo, Mozart y Brahms, van por delante.