Cari amici, ya puedo hablar con conocimiento de causa! Asistí al evento.
Lo primero, mis yerros. El título que di al hilo fue pésimo, porque Purcell hay mucho en esta producción. Debí decir simplemente 'Una Indian Queen con muuucha guarnición'. Me confundió Mosén Téllez en su homilía (dicho con cariño; en tiempos de veladelcampos, Téllez es un admirable coloso). Si no recuerdo mal comentaba en el video brevemente la incorporación de textos de una autora contemporánea y, ya al final, que se había añadido además algún himno del autor inglés para completar el lote. Cuando me dijeron que el sms del estreno daba una duración de más de 3 horas, entendí que, puesto que The Indian Queen dura 1 hora, las dos adicionales serían de la autora contemporánea y el pico el par de obritas de Purcell. Me imaginé The Indian Queen ahogada en visiones de género, en indígenas sostenibles, en inquisidores sanguinarios y en toda la parafernalia al uso.
Lo cierto es que el suplemento está constituído en unas tres cuartas partes de obras de Purcell ajenas a la escena y una cuarta parte de una señora declamando un texto (insignificante, cursi, traducido de su español original al inglés para ofrecerlo a un público español, que pudiera ser que tuviera dificultades con su propia lengua, un detalle francamente fino).
El mayor problema del montaje es esa construcción, muy mal pensada. Ya se ha apuntado de sobra que si se hubiese llamado de otra manera (Purcell's Magic, o bien Sellars' Purcell), el mal se hubiera conjurado bastante, pero eso no se hace porque esas construcciones no son prestigiosas. Es decir, se hacen, pero no se indican en el título.
Como sabemos, The Indian Queen es una música compuesta para ser servida interrumpidamente, pero interrumpida por verso inglés del xvii. Recuperar esos versos es arduo y lo valoraríamos muy pocos aficionados, de acuerdo. ¿Qué hacer? ¿Por qué no poner un poco de adoctrinamiento sobre las grandes verdades de la vida y de la historia según el célebre filósofo Sellars via una mindungui? Por suerte para el espectador ha sido así sólo en parte, ese bodrio se enmascara tras una música -ajena a la obra- maravillosa. Gana el oyente y pierde The Indian Queen que queda disuelta en un oceano de belleza que la desdibuja. Nadie saldrá con una idea clara de qué es The Indian Queen si no la tenía previamente, la mayoría de la gente pensará que es una ópera muy bonita, algo larga, pero con coros impresionantes. En realidad, es una obra corta y con una parte coral muy reducida, pues tiene básicamente dos coritos muy buenos de 2 minutos al final, más una escena central en que un solista anuncia una música que luego es repetida alegremente por todos. En total poco más de 5' o 6' de coros originales. Todos los demás que se oyen en el montaje, y que son su tronco principal, son música religiosa del autor.
Pero la cuestión ya ha sido tocada y lo mejor es olvidarla cuánto antes. Currentzis? Superior, como dicen los castizos. Tengo algunas reservas pero no vale la pena explicarlas. La Dido del lunes aclarará la cuestión. Buenísima la trompetista que tiene varias intervenciones importantes; con una trompeta barroca puede haber la tentación de subrayarla demasiado, de hacerla solista; no se cae en eso: aun dominante, como es natural, queda deliciosamente integrada en la orquesta. Los músicos? Excelentes. El continuo que suena en muchas piezas es un poco extenso: un laúd, dos archilaúdes, cello, arpa y, casi siempre, clave. Me sonó un pelín duro, un pelín metálico, me pareció que había algo que no armonizaba bien. El coro? Espléndido. Los coros se han dramatizado un poco ampliando su dinámica y metiendo algún silencio de más, lo que parece legítimo pues estamos en un teatro (aunque creo que brillan más sin eso). Se interpretan con convicción y con dominio, muy bien empastado todo, a un nivel, creo yo, totalmente fuera del alcance del coro Intermezzo (al que oí bien el otro día en el rossiniano Stabat Mater). ¿Es bonito un coro estático gesticulando? En eso no me acabo de decidir.
Los cantantes? Muy flojos, malos incluso. El mejor en mi opinión fue Dumaux, parece el más profesional en este repertorio. Pero estuvo un poco insuficiente y en todo caso no fue espléndido, apuntó lo que podía ser la obra con cantantes más escogidos. También destacó la bonita y serena voz de la Koutcher, en piezas mucho más largas y dificiles, se puede admitir que tropezara en las dificultades. Encalló en el excelso 'O solitude', pero es página muy muy difícil, deben hacer falta años de práctica para salir airoso de ese trance. Hace una semanas oí la pieza a un tenor en el Auditorio, y fue peor. Yi cantó muy mal casi siempre, y mostró tendencia a sacar de su voz los matices más desagradables. Y Bullock parece poca cosa, es como una buena Magdalena de Jesucristo Superstar, pero no mucho más. El resto, creo recordar, tienen piezas sencillas, que piden ser cantadas precisamente dándoles importancia, cosa que no hacen. También parecen que vienen de una tournée de Jesucristo Superstar por provincias. Dentro de ese nivel, Qave me pareció que se elevaba un poco por encima de los otros.
A mi el ballet no me gusta mucho, pero los bailarines, que aparecen todo el rato, me han parecido de lo más agradable de la representación, dan una nota de humor muy apropiada a la música, pero igual es precisamente porque el ballet me llega poco. La presentación de una historia completamente diferente de la original ... Esa batalla la doy por perdida, el público parece haber aceptado totalmente que el argumento de las óperas es algo con el que puede hacerse cualquier cosa. La obra trata de un enfrentamiento imaginario entre aztecas e incas. Pues bien, lo que vemos es a españoles masacrando indios (sin que yo me aclare si estamos entre mayas o entre aztecas) y el drama de una mujer que se casa con un español y ve con dolor cómo no puede hacer de él una buena persona, lo que le produce severos problemas de identidad. Al menos, no se tocó el drama de las crías de delfines agonizando por culpa del calentamiento global. El montaje? Con elementos pésimos, a mí no me molestó, no me interfirió. Quizás es que una presentación estática, calmada, serena, sin videos, sin grandes cataclismos, es lo que prefiero, que se deje espacio para el oído. Los cuadros del Gronk ese son pésimos, los gestos misteriosos de los cantantes, ridículos. No hay decorados propiamente dichos, los cuadros subiendo y bajando dan una sensación de grandes almacenes, de estar uno moviéndose entre plantas de El Corte Inglés en escaleras mecánicas, y la iluminación es bastante estática. Pero con esas partes tan malas, el todo lo fue mucho menos, casi casi diría que funcionaba. Hay un sabor que me gusta a cosas americanas de los setenta, del mundo (en lo visual) de Martha Graham, para entendernos. Sellars? Quizás fuera un buen ayudante de Director Artístico, algo de oficio tiene. Pero está instalado en la gratuidad y en la pedantería y en el uso del repertorio 'pro domo sua'. Creo que ya es hora de que empecemos a exigir Directores de Escena que hagan brillar las obras, no que hagan brillar su nombre. Para ese perfil, Sellars no serviría.
Gracias a Mortier? Por qué? Por gastarse el dinero en Sellars en vez de en cantantes? Por impedir -porque supongo que se sugirió- que Currentzis hiciera los dos purcells todos los días en programa doble como dice Tip? No van a venir los cantantes de la Dido, no la van a ensayar? No se podrían dar las dos escenificadas sencillamente por cualquier buen artesano local y compensar los costes de la supongo bastante cara Sellars & Co con esas noches adicionales de los cantantes de la Dido? Pues no, de gracias, nada.
Se disfruta? Yo creo que mucho. Se hace larga? No demasiado si uno va mentalizado de que no va a asistir a una obra con unidad, y de que la parafernalia cursi-progresista campa a sus anchas. Se podría haber disfrutado más? Se podría haber dado mejor? Sí, mucho más, sí, mucho mejor. Vale la pena? Eso es cosa a valorar por cada uno. Un servidor, si puede decir tres veces ¡qué bonito! en una noche, ya le vale la pena. Y viendo esta semi-absurda Indian Queen, lo dije bastantes veces.
_________________ Et O ces voix d'enfants, chantant dans la coupole!
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