Me alegro que le haya gustado Galouzine como Gherman. Recuerdo que hace unos meses yo le defendí como el mejor en ese papel los últimos años y usted decía que sólo era un ladrador.
Efectivamente, en papeles italianos y, especialmente, los que haya más momentos cantabile, este tenor es más discutible, pero el Calaf que ofreció hace 14 años en el Real (en plenitud vocal, mucho mejor que ahora, con mayores dosis de squillo y unos agudos despampanantes, que nos hicieron a algunos nombrar a Corelli al hablar de los mismos) fué inolvidable.
Desde Atlantov no salía un tenor ruso con vozaca y agudos, pero es que, además, es un gran actor . El anterior Gherman que le ví a Galouzine fué en Toulouse, un teatro muy pequeño. Casi me dolieron los oídos.
Yo ví la función de ayer, pero comparto lo que dice sobre los cantantes. Sólo añadir que, aunque Tézier cantó muy bien su bellísima aria con gran nobleza y elegancia, eché en falta algo de efusión, de calor. Por algo, la Lisa le da calabazas
No me gustó sin embargo, la dirección del malo de los Jurowski (el bueno es Mikhail), tan anodino como en el Onegin madrileño. La orquesta, eso sí, a gran nivel.
El planteamiento de la producción puede ser plausible, la de Toulouse era parecida, pero creo que resultaba más lograda en esa ciudad. Transcurre en un manicomio, supongo que en el que han encerrado a Ghermann (porque no se suicida al final, al igual que Lisa no se arroja al Neva) y son sus recuerdos, aunque hay una mezcla entre momentos en que se alternan los miembros del manicomio con los personajes reales. Es así ¿no? (edito: vale, ahora he leído el post anterior)
Yo es que, en estos casos, siempre pienso en las personas que no conozcan la obra. Ellas lo tendrían crudo. En cualquier caso, Galouzine está genial en su creación, pero yo me quedo con las producciones que permiten seguir la obra conforme a la expresa intención (y no intuida o imaginada) de los autores, por ejemplo, la del Liceo.
Suscribo su soflama sobre Tchaikovsky. Adoro toda su producción, tanto escénica como de otra índole.
La Dama de picas, un operón cual copa de pino.