Merola Grand Finale. Merola Opera Program Festival. War Memorial Opera House. San Francisco. 18-VIII-2018Llega al final el festival veraniego del Merola Opera Program, en el que los estudiantes de este prestigioso curso demuestran sus habilidades. Ya me he referido antes a este festival, en concreto a la función anterior de
Il re pastore.
La función final es una gala en la monumental War Memorial Opera House de la SF Opera (Merola es independiente, pero naturalmente tiene mucha relación con la ópera y de él salen muchos de los Adler fellows, el programa de jóvenes cantantes de la SF Opera). La orquesta está en el foso y hay una escenográfica genérica (representando el típico teatro isabelino). Los cantantes salen vestidos de gala, pero con movimientos escénicos, con interacción tanto entre los participantes en un dúo concreto como con participación de otros
merolini como figurantes. La sensación es que todo tiene lugar durante una fiesta en la que todo el mundo está muy borracho y han dado rienda suelta a sus emociones. La dirección escénica es de uno de los propios
merolini,
Marcus Shields y funciona para hacer la gala más fluida. Hay que tener en cuenta que son nada menos que 20 piezas y con números totalmente cerrados seguramente se habría hecho bastante larga (aún así llegó). En general funcionó bien. Hubo momentos simpáticos, como en «Il dottor non si vede... Pronta io son» de
Don Pasquale, en la que Norina recibe un mensaje al móvil de Ernesto y lo muestra a Malatesta.
La selección fue bastante atractiva y en general con piezas menos manidas de lo que esperaba. Bastante verismo e incluso abyección, con doble ración de
La rondine y piezas de
Zazà,
L'amico Fritz y
Adriana Lecouvreur[/i. También saliéndose de lo habitual el aria de [i]La novia vendida de Smetana. El nivel vocal fue bastante bueno en general. Las típicas voces estadounidenses, con buena base técnica, pero todavía faltas de refinamiento.
Sería demasiado largo hablar de todo lo que se cantó, pero mencionemos algunos puntos. Comenté en mi reseña de
Il re pastore que la mezzo
Simone McIntosh me había causado buena impresión, que se ha confirmado en esta ocasión con su intervención en «Comment le Dédain pourrait-il mourir» de
Béatrice et Bénédict, si bien en la enorme War Memorial Opera House se hace un poco pequeña. Durante «Chi il bel sogno di Doretta potè indovinar» de
La rondine pudimos escuchar el agudo más timbrado y penetrante de la noche, por parte de la Magda de
Brittany Nickel, quien sin embargo hizo una Gräfin de
Capriccio un tanto desdibujada a continuación.
WooYoung Yoon se atrevió con el «Mes amis»: no las dio todas, pero dio las suficientes para ganarse la mayor ovación de la noche (aunque me pareció de dudoso gusto la gran pausa que hizo para tomar aire para el pepinazo final, efectista pero que tampoco fue de tan gran calidad).
Con la «Zazà, piccola zingara» de
SeokJong Baek tuvimos la primera indicación de lo que luego sería la mayor seña de la segunda parte del programa (y de toda la función): un buen día para los barítonos. En efecto, además de Baek, fueron muy satisfactorias las intervenciones de
Ted Allen Pickel (Athanaël),
Andrew Moore (Papageno) o
Jaeman Yoon. Este último hizo una «Vendetta» bastante apreciable, a pesar del ruido que le echó encima la orquesta (que estuvo bien en general, dirigida por
Dean Williamson, pero aquí se pasó de chimpunera).
Quiero destacar también la intervención de
Xiaomeng Zhang, cuya «Dormo ancora» de
Il ritorno d'Ulisse fue quizás la mejor interpretación de la noche. Una voz muy atractiva y lírica.
Se cerró la función con «Già che il caso ci unisce... Bevo al tuo fresco sorriso» y todos los
merolini sobre el escenario para recibir el aplauso del público.
Me doy cuenta de que, en contra de la tónica habitual en estos tiempos, he destacado a más hombres que mujeres.