Lucia di Lammermoor en Oviedoor. El domingo 26 de enero de 2020 asistí a esta función con el siguiente reparto: Lucia: Jessica Pratt Edgardo: Celso Albelo Enrico Ashton: Andrei Kymach Raimondo: Simón Orfila
Pratt y Albelo, sobresalientes. Pratt con una voz con buen cuerpo, maestría en los agudos sobre todo cuando los apiana, buen fraseo. Pero para fraseo el de Albelo. Me produce admiración entender todo todo lo que un cantante dice en escena, y con Albelo es así, matiza cada frase, con una voz con mucha calidad tímbrica, canto natural, voz bien proyectada. Y no percibí que desafinara nada... La actuación de ambos, convincente, con el dramatismo suficiente. Cantaron un "Verranno a te ..." bien "conjuntado" (se me ido el palabro técnico), mágico, aunque en el match se impuso la voz de Celso. Ahí Pratt se mosqueó y terminó con un pepinazo de aquí-estoy-yo al final del dúo que rompió el encanto. Curiosamente, Orfila fue muy aplaudido, más que Albelo. No es que no lo merezca, pero lo veo (lo oigo) un poco forzado. Un entendido podría decirme por qué, serán cosas de la emisión. Oir se le oían bien en todo el teatro. Kymach, voz deshilachada y sin hilvanar.
De Arturo (Albert Casals) no tengo gran recuerdo, a Alisa prefiero olvidarla.
Giacomo Sagripanti dirigió la orquesta Oviedo Filarmonía, acompañó bien, y notables flauta y chelo que salieron a saludar con el elenco (un gran detalle con los músicos). La escena se desarrollaba en diversas estancias de una casa señorial y la primera escena en una especie de fonda. La locura de Lucía, un poco mareante, porque el escenario se pudo a dar vueltas y los personajes con él. El vestuario también tradicional. Salvo por Albelo, que llevaba un traje gris de lo más anodino. Yo le veía de lejos, y me pareció que a Lucía la estaba cortejando el ministro Ábalos (es que ese fin de semana salió mucho por la tele y no pude desconectar).
Esta obra contaba con dos repartos. El segundo reparto actuaba sólo un viernes, con precios muy rebajados (más de un 50%). El patio de butacas estaba lleno ese día (una gran idea para atraer público a la ópera). El domingo 26 había pocos huecos: los laterales extremos, ya que son incomodísimos y no se ve apenas, y poco más. Camarena estaba entre el público (actuaba el 28 en Oviedo). El coro de toses efectúo su habitual prestación por estos lares (la humedad, que afecta a las vías respiratorias), con carraspeos y estornudo solistas.
Notables también las ganas de irse del público, que antes de que termine la orquesta las últimas notas ya está aplaudiendo. En un concierto en la Zarzuela el sobretítulo decía al final "por favor, no aplaudir mientras la música se atenúa".
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