Función de Sábado Santo en la Scala,
La gazza ladra (cuyo libreto no es de Gloria Fuertes). Supermaño al final no pudo acompañarme por sus obligaciones y devociones con la Cofradía del Santo Pimiento, que se encarga del paso de la Oración en el Huerto de Getsemaní. No hay manera de coincidir. Algún día será.
Bonita obra, típica de Rossini, música alegre y vivaz, que hace que actos de hora y media se pasen en un santiamén. Fue hasta oportuna, porque el camino al cadalso de Ninetta suena a procesión de Semana Santa.
Lástima que los cantantes, sin ser un espanto, no le hagan ni honor ni favor a la obra. No es extraño que se programe poco Rossini. El más aplaudido fue Alex Exposito, más que nada porque se le oía con suficiencia a pesar de su voz engolada. Notable para mí el veterano Pertusi, con la voz muy desgastada pero con indudable comunión con el estilo del compositor. Flojo Rocha, que ni la coloratura tiene. Y la verdad es que Bordogna me pasó desapercibido. Las mujeres (Serena Malfi, Rosa Feoli y Teresa Iervolino), entre el aprobado y el aceptable, según les coincidiera el volumen de la orquesta, que con todo Chailly cuidó que no fuera excesivo. No me sonó muy bien en la obertura, sobre todo el viento metal, que parece ser el talón de Aquiles de muchas formaciones.
La puesta en escena, correcta, con la omnipresencia bailarina de la urraca, ropajes de época y ninguna memez que yo detectara, si bien tampoco me fijé demasiado en ella.
Antes, un placer departir con hizan06, que nos contará qué tal la
Bolena de dentro de unos días.
Y ahora a esperar volver al Real, allá por julio, seis meses después de mi última visita. Ojalá la temporada que viene sea mejor.