Breve resumen de esta despedida viajera al año 2019. Periplo Barcelona-Frankfurt-Milán.
13-12: Barcelona. Cavalleria y Pagliacci. Gran Turiddu de Alagna, con un timbre aún con muchos quilates, un centro con grano, con cuerpo, e incólumes su carisma, entrega y poder comunicativo. En Pagliacci sus dos primeras intervenciones ("Un grande spettacolo" y "Un tal gioco credetemi") fueron modélicas, pero ya sea por un resfríado (le detecté algún estornudo y tosidos), por fatiga vocal o porque se empeñó en dar el Si Natural agudo no escrito de "Ma poi ricordatevi a ventitreore" que fue una nota forzadísima y totalmente abierta y se hizo daño, el hecho es que a partir de ahí cada ascenso fue un suplicio. Eso sí, intentó todos, no los omitió ni se refugió en octavas bajas y me encantó su caracterización del personaje, poniendo el acento en el lado patético del mismo frente al brutal. A pesar de rascar en "Sul tuo amore infranto", fue el "Vesti la giubba" más conmovedor que he escuchado en vivo. Pankratova, magnífica voz, pero falta de garra, aún no domina el lenguaje y acentos del repertorio llamado verista. Me sorprendió Kurzak a la que he encontrado más hecha vocalmente y madura como intérprete. Vital y sensual su notable Nedda. Inadmisible el Silvio y aún más, que se traiga a alguien de fuera para esto.
14-12. Frankfurt. Martha o la feria de Richmond de Von Flotow. Reposición del montaje estrenado en 2016, una gran labor de equipo con cantantes solventes e implicados escénicamente y unos espléndidos cuerpos estables bajo la dirección, refinada y transparente de Sebastian Weigle. Producción dinámica e imaginativa. Entre las voces, destacar a Katharina Magiera, una mezzo de sonido compacto, homogéneo y muy bien emitido.
15-12. Frankfurt 15:30 horas. Pénélope de Fauré. La programación de la Ópera de Frankfurt es siempre pródiga en títulos pocos habituales y repertorios olvidados. Producción nula teatralmente. Buena dirección musical de la joven Joanna Mallwitz y un reparto en el que destacó el tenor Eric Laporte como Ulyses, con buena proyección y acentos vehementes. Paula Murrihy, una mezzo ultralítica, justa de caudal, de timbre nada atractivo e impersonal cantó bien la Penélope, con elegancia y cuidado fraseo, pero sin especial variedad ni imaginación en su canto. A las 19 horas, la Alte Oper me daba la oportunidad de volver a disfrutar con la memorable Undécima de Shostakovich que ofreció Jurowski en Ibermúsica con London Philarmonic. En esta ocasión, la primera parte la ocupó el tercer concierto para piano de Prokofiev con la magnífica Beatrice Rana.
16-12. Milán, Teatro alla Scala. Tosca de Giacomo Puccini. Una interpretación de nivel digna de una apertura de temporada Scaligera. El papel de primadonna por excelencia de la historia de la ópera, tenía que ser abordado por la diva de la actualidad. Netrebko no defraudó y compuso una Tosca exuberante vocalmente y con ese carisma, comunicatividad y dominio escénico que la caracteriza. Espléndida dirección de Chailly, riguroso, con todo bajo control, como siempre y que extendió un tejido orquestal pleno de colores, tímbricas, embriagadoras sonoridades... la orquestación Pucciniana en todo su esplendor. Cierto que se recrea en algunos pasajes, con tempi lentos, pero la teatralidad no se vió nunca comprometida. El Georgiano Jorjikia empezó lógicamente muy nervioso (no es fácil subirse de sopetón a un escenario como el de La Scala en una ópera legendaria, que abre temporada), pero con un sonido poco atractivo tímbricamente, cantó y fraseó con gusto y buena línea, asentándose conforme avanzaba la representación. Me convenció el Scarpia de Salsi que a base de acentos logró sacar un Barón más que aceptable, que fue muy ovacionado.
_________________ "El canto como la belleza que se convierte en verdad" (Friedrich Schiller)
Última edición por Carl Tunner el 18 Dic 2019 15:02, editado 2 veces en total
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