Placi - Mingo, aunque igual para entonces ya será Placingo, porque no le quedará ni el Mi .

En abril me dijo que para 2023, igual se han acercado las fechas.

No es por quitarle la razón, que a probablemente la tiene, pero ojalá no haya que esperar tanto.

En Oviedo un programa doble poco o nada representado: Pagliacci y Eine Florentinische Tragödie (Una tragedia florentina) de Zemlimsky. En el escenario se replicaban los palcos y el anfiteatro del Teatro Campoamor, en perfecta simetría, donde se ubicaban los coros y hacían de espectadores de la commedia dell'arte; también había actores en los palcos de proscenio. En el escenario hay además una mesa, dos sillas y un armario. Todo muy escueto, pero efectivo, en mi opinión. Se cerró Pagliacci con Canio saludando delante del telón, muy soso. Pero, sorpresa, mientras sonaba la obertura de "Una tragedia florentina", se abre el telón, y los personajes de la commedia saludan al público de atrezzo, que aplaude. Se cambian, y empieza la acción de la segunda obra. Escena por Guy Joosten, director Will Humburg.
El trío protagonista era lógicamente el mismo:
Tonio, el prólogo, y Simone fue cantado por el barítono John Lundgren. Cantó muy bien, ya desde el prólogo me dio una alegría, porque la tragedia es casi un monólogo de barítono, con voz bien proyectada y uniforme en toda la tesitura.
Canio y Guido, Diego Torre, con la voz muy falta de color, le falló la voz en algún momento; a pesar de todo, un pariente suyo le braveó al final.
Nedda y Bianca, Maria Katzarava, la soprano típica, con buena voz únicamente en forte.
Buena voz también la de Beppe, Juan Noval-Moro, aunque podría haber cantando la Colombina un poco mejor.
La obra de Zemlinsky, muy, muy interesante, entretenida, sorprendente, y de barítono. Oía comentarios al final de "durilla, un poco tostón, etc". No estoy de acuerdo: con una instrumentación rica, tipo Strauss, argumento basado en la obra homónima de Oscar Wilde, y la buena interpretación de Lundgren, me pareció superinteresante, en los 50 minutos que dura no da tiempo a aburrirse. Y el final de la obra es antológico.
Lo peor de todo, las butacas del teatro Campoamor, que parecen de teatro infantil. En el anfiteatro y general no caben las piernas, literalmente.

Y nada más que desearles Feliz Navidad y un año 2020 pródigo en música.

Efectivamente , enferma o no, la rusa ya está en New York City desde ayer domingo para celebrar los Christmas

Estuve en un pequeño periplo por Bergamo Munich Hamburgo del que apenas he tenido tiempo de comentar nada. En Bergamo una gran Lucrecia Borgia, con una dramatización tanto escénica como canora muy superior a lo que se suele ver en Donizetti. Una obra maestra que necesita que se le trate como algo más que una obra belcantista. Destacó Anduaga como Gennaro y cantó toda la función con su ya marca de la casa voz de oro, brillante y bella, remarcada por una buena acentuación y extraordinario manejo de la regulación, como el el excelso final. Se cantó en vez de la famosa aria de Ivanoff la de Mario que la considero muy bonita y aunque la de Ivanoff es generalmente considerada más bella, Anduaga le puso tanta emoción que me ha igualado mucho las preferencias. Mejor Anduaga en Donizetti que en Rossini.

En Munich vi la ciudad muerta. Simplemente tengo que decir que es una de las mejores funciones que he visto en los últimos 5 años. Stone, el director escénico, por ahora sin demasiada experiencia, aunque con una ganada reputación, va a ser sin duda alguna una de las figuras de la ópera de los próximos años y puede acercarse al nivel de las buenas producciones de Herheim.

Creo que por las cámaras que había saldrá un dvd, así que se podrá comprobar el extraordinario partido que se ha sacado a los cantantes. A Kaufmann nunca le habían exprimido tanto su talento. Es una función que se vio con todo el realismo del mundo al principio, y luego con una bella y entendible simbología cuando empiezan las alucinaciones.

Petrenko sideral, nunca me había convencido tanto qué dirección más precisa, refinada y espectacular cuando era necesario. Magníficos Petersen y Kaufmann como protagonistas. Dieron vida a los personajes. Hablar aquí de emisión velada o similares no viene a cuento, tal era la absorción dramática con la que se contemplaba el espectáculo. La ciudad muerta ha sido desde que la descubrí una de mis ópera preferidas y al ver una representación como esta se comprende la causa. El dvd si recoge bien el sonido orquestal puede ser una de las mejores opciones si no la mejor.

En Hamburgo, La Cenerentola con Anduaga, fue un gran éxito, y estuvo muy bien, pero mejor en Donizetti, a pesar de que tiene que aportar en Rossini, no por su precisión en las agilidades, pero sí por afrontar este compositor con una voz de tamaña calidad.

Fuera de la ópera asistí a un estreno mundial de Ballet con música de Glass entre otros, el zoo de cristal con Alina Cojocaru y por supuesto al magistral auditorio, posiblemente el mejor del mundo. La acústica es muy espectacular y el edificio arquitectónicamente es muy interesante.

Por cierto Hamburgo ciudad interesante que no conocía. Cerca de la ópera a dos minutos andando en el hotel SIDE el restaurante especialista en carnes, (M)eatery. Increíble la calidad de la carne que tienen allí a la vista en el proceso de secado con los medidores de humedad y todo el avance tecnológico posible. Imprescindible.

Die Todt Stadt es una ópera de escucha y visión imprescindible. Y con Kirill Petrenko concertando, para no perdérsela
( de hecho , me espabilé tarde y no encontré entradas para viajar a Múnich. Creo se re programa en julio durante el festival de verano )

Tras la expectación que causó la construcción de la Elbphilarmonie, con un “pequeño desvío” del presupuesto incluido, consuela saber que al final el resultado ha sido óptimo xD

Y eso que es Navidad. El resto del año...

Estuve el domingo en la segunda tarde de Saioa Hernandez como Tosca en la Scala. Si alguien podía esperar un público molesto por sospechar haber sido engañado por el contubernio entre la rusa y el teatro para vender entradas anunciando a una cantante que sabían no estaría, nada de esto ocurrió. Función "fuora de abbonamento" con teatro lleno que, vistas las reacciones, se olvidó de la hija de Putin y disfrutó de una fantástica función.

En cuanto a la función en general poco tengo añadir a lo expuesto por Tunner en Codolario; lo más importante es que unos sale feliz del teatro. El domingo si cantó Meli y su actuación me resultó convincente, cantó una finísima "recondita armonia" tras la que Chailly no paró la orquesta, eso lo dejó para una braveada "e lucevan le stele".

Dejo para el final a Saioa. Reconozco que, como muchos otros paganinis del público, una razón fundamental para decir viajar a Milan era Netrebko (aunque siempre sospeché que podría cancelar), pero he de reconocer que la soprano española me hizo olvidar a la rusa. Triunfo sin paliativos de Saioa Hernández, cuyo Vissi d'arte fue premiado con un sonoro "bravissima" y unos dos minutos de aplausos y "brava". Gran reconocimiento también en los saludos finales.

Curioso que una soprano madrileña que tiene tres papeles principales esta temporada en la Scala (Gioconda y Amelia de Un ballo, además de esta Tosca), los abonados del Real no tengamos noticias de ella.

Saioa en los momentos actuales, es de lo mejorcito de largo en este repertorio de spinta y hasta dramática de agilidad, con un plus que no tienen otras sopranos de su repertorio : entrega , valentía y que te emociona ( esté más o menos bien de voz aquella noche ).
La insigne Montserrat Caballé ya en su Concurso de Canto en Zaragoza 2009 o 2010, donde Saioa se exhibió con toda la escena final de Imogene acompañada a piano, declaró que no entendía como una voz y cantante como Saioa, no cantaba ya en los mejores teatros
A mi me engnchó en su debut inesperado el pasado abril en el Liceo , debutando allí como Gioconda.
Tanto me enganchó que ya tengo entradas en febrero , para escucharla en el Reggio torinés como Abigaille

Me pongo al día con lo que vi a finales del año pasado.

La Flauta Mágica en la ROH, noviembre 2019
La puesta de McVicar que hay que reconocer que es bonita pero a mí me aburre por vacía. Estupenda la Pamina de Elsa Dreisig y notable el Tamino de Benjamin Hulett. Christina Poulitsi fue una de las reinas de la noche con menos fuste que recuerdo en mucho tiempo.

La Vestale en Theater an der Wien, noviembre 2019.
Tenía muchísimas ganas de ver esta ópera en vivo y la primera sorpresa fue negativa: el Theater an der Wien, como buen teatro de provincias, solo sobretitula en alemán. Para más inri el francés de la señora Elza van den Heever es bastante particular digamos y no había manera de entender lo que estaba cantando. Menos mal que la historia es bastante simple... En el lado bueno cantó con bastante gusto y con voz notable. Una gozada Michael Spyres como Licinius. Bien los secundarios y sobresaliente el coro. La puesta en escena, a parte de marcar casi todas las casillas de una puesta moderna conceptual (virgen católica, cantantes descalzos sobre el agua...) tenía el problema de que quería contar demasiadas cosas y abrumaba un poco. Pero te quedas con ganas de verla otra vez.

Eugene Onegin en la Ópera Estatal de Viena
La otra pata del viaje a Viena era ver por fin a la Rebeka cantando la Tatjana. Y qué gozada de muchacha. Gana en vivo por la garra dramática que tiene... la escena de la carta fue de pelos de punta. El Lenki de Pavol Breslik también me gustó bastante, voz no muy grande pero elegantísima. Más oficio e intenciones de Furlanetto que otra cosa. La puesta deja un poco la impresión de low cost con algunos momentos delirantes pero al final, sin excesiva brillantez resulta efectiva.

Lo Spedale en una iglesia de barrio de Londres.
Menuda gozada lo de los chicos de Musica Antica Rotherhithe que se montaron esta operita cómica anónima del primer barroco veneciano con su puesta en escena barroca y todo (maquillaje, iluminación con velas, gesticulación...)

Lucrezia Borgia en Bérgamo
Qué añadir a lo que ya se ha dicho por aquí. Voz de oro Anduaga con un Donizetti de llorar de alegría. Y notable la Remigio.

Pietro il grande en Bérgamo
y al día siguiente disfruté como un enano con esta ópera buffa que suena a post-rossini. En gran parte gracias a la divertidísima actuación (y magnífica ejecución canora) de Marco Filippo Romano como juez. Ya lo habíamos disfrutado en el Matrimonio Secreto de Martina Franca pero aquí se superó. Hace el Don Alfonso en el Così de Muti en Viena y es para plantearse plantarse allí con entradas de pie.

Muerte en Venecia en la Royal Opera House
Aquí la puesta de McVicar funciona como un tiro. Elegante y cuidadísima encaja con esta ópera tan sobrepensada. Lo mejor fue Finley que dio una lección de caracterización. Padmore, si te gusta su canto lacónico bien (a mí me gusta) y si no pues se podría haber hecho un tanto extenuante.

El Pirata en el Teatro Real
De nuevo poco que añadir a lo que ya se ha dicho. Que fui por Camarena y me quedé por Yoncheva. Escena final de las de recordar mucho tiempo.

Y así terminé el año. Hice dos intentos de ir al Otello de Kunde pero por muy distintos motivos y con entradas en ambos intentos me lo perdí.

Y el año 2020 ha empezado a lo grande con una buena escapada a Zurich:

Don Pasquale
La atracción era la Fuchs y vaya si la disfruté. Estupendísima actriz, voz con esmalte y buena técnica que aprovechó la perita en dulce que es el papel de Norina para brillar mucho. Dimitris Tiliakos fue un Don Pascuale de estos con oficio pero falto de brillantez en el canto. El Ernesto de Mingjie Lei fue un desastre, pero como es un personaje bastante irrelevante no hizo mucho daño. Da rabia porque hizo cosas interesantes pero otras que eran de juzgado de guardia. La producción de Loy es más bien ramplona. Interesante dirección de Mazzola con tiempos muy vivos.

Hänsel und Gretel
A esto fui un poco por ir con una entrada barata y resultó muy disfrutable. Llena de niños pero niños suizos que no abrieron la boca en toda la función. La puesta de Carsen es oscura de narices y con bastante carga política (los caramelos y los dulces son la navidad y todo su consumismo). Y sobre todo una dirección de actores exquisita. Espectacular el Hänsel de Deniz Uzun de esos que te crees de verdad que es un niño. Y muy bien también la Gretel de Olga Kulchynska. Padre y madre correctos y de la bruja mejor nos olvidamos.

La Cenerentola
¡Por fin! ¡He tenido que ir hasta su casa para poder ver a la Bartoli haciendo ópera! Pero oye, qué gozada. Un Camarena que entró pasado de revoluciones soltando pepinazos en esta bombonera y rodeado de un reparto con voces más bien pequeñas. Pero da igual porque luego se atemperó y fue puro disfrute. Ya comenté en otro hilo que estuvo al borde del bis después de su cabaletta. Y lo de la Bartoli... pues lo que me esperaba... que la orquesta toca para ella (maravilla de orquesta todo sea dicho) bajando la intensidad para que se le oiga bien, sufriendo en algun tutti pero con muchísima inteligencia cantando y "su" técnica que a ella le sigue funcionando y todavía parece que tiene 30 añitos. Puesta en escena más vieja que la tos pero que no necesita más para entregar un Rossini maravilloso.

Buenas y viajeras crónicas, Sr. Pastoso.
Le Dreisig tiene un notable presente y un excelente futuro. A la Fuchs, todavía no la he escuchado

La primera ópera que he visto en 2020 ha ido directa a la lista de títulos (332), toda vez que se trataba de un estreno absoluto, pues "El pájaro de dos colores" de Conrado del Campo no llegó a ver la luz en su día y su orquestación quedó inacabada. Impagable la iniciativa de la Fundación Juan March en colaboración con el Teatro de la Zarzuela que culmina en una estupenda representación. Espléndida puesta en escena de Rita Cosentino que confiere mayor fibra teatral a la obra de la que contiene y una gran actuación, que demuestra un gran trabajo en equipo, tanto en lo vocal como en lo escénico de Sonia de Munck, Borja Quiza y Gerardo Bullón (que dispone de un material de mayor calidad que muchos de esos barítonos "del siglo XXI" que se han votado en el hilo correspondiente). Clarividente y rigurosa la labor musical de Miguel Ortega tanto en la orquestación de la parte inconclusa como en su dirección musical al frente de una agrupación camerística formada por un quintento de cuerda clásico (dos violines, viola, vilonchelo y contrabajo), otro de viento (flauta, clarinete, saxofón, trompeta y trombón) más piano. Una obra llena de ecos Straussianos, pues el compositor, director de orquesta y profesor madrileño era germanófilo, Wagneriano y Straussiano.
Muy recomendable.