Estuve ayer con mis alumnos en el ensayo general. Nos lo pasamos bien.

Producción pobretona pero correctísima, sensata y bien hecha, aunque la dirección de actores debería haber estado más cuidada.

Netopil dirigió mucho mejor que en la Zorrita Astuta que hizo hace años en Sevilla. Hubo mucha vida y teatralidad en su labor, aunque a veces resultó un tanto rígido y atropellado. La orquesta fabulosa, como siempre.

De las voces no debo decir mucho por tratarse de un ensayo general. La soprano tiene una voz pequeña pero muy bonita, y ofreció unos reguladores de gran sensibilidad. Los dos tenores estuvieron bien.

El resto mantuvo un buen nivel, con una excepción que no diré por si en las funciones "de verdad" mejora, cosa que dudo (se trata de alguien que ya hace tiempo perdió la voz).

Los chavales que abarrotaban la sala se lo pasaron estupendamente, y yo creo que también lo harán los que se pasen por alguna de las funciones. Sí, ya sé que la música no es lo mejor del repertorio operístico, pero se escucha con placer y parece que va a estar bien interpretada en estas funciones valencianas.

muchas gracias por la cronica


me es imposible ir aVALENCIA asi ya se como va
espero que otro COINFERO, que lleva barba, haga otra reseña

yo también voy, el miercoles que viene. Os traeré afotos para que le echeis un ojo

LA NOVIA VENDIDA EN VALENCIA???????????????????


Y YO ME LO PIERDO....

Qué ópera tan estupenda, y qué poco se ve por estos lares.

Exacto.

Yo tuve la oportunidad de verla en el lugar más propio para ello, Praga.

El pegote ha llegado hasta allí, por lo menos.

Es broma.

Una ópera muy bonita y que cuenta con dos preciosas versiones discográficas: Lorengar-Wunderlich (en alemán) y Benackova-Dvorsky. Ambas recomendables.

Primera crítica en Levante.

"La novia anticomunista
Alfredo Brotons

Esta producción de La novia vendida para Opera North de Leeds traslada el argumento de mediados del siglo XIX a una campa preparada para la llegada del circo ambulante que celebrará el Día Nacional (9 de mayo) en una aldea rural de la Checoslovaquia comunista en 1972. Ni se quiere ni se puede mantener el tono buffo.
La escenografía y sobre todo el vestuario de Robert Innes Hopkins abundan en referencias políticas. Kecal, casamentero transformado en alcalde, y sus secuaces lucen las insignias que los identifican como miembros del Partido. Todos los figurines, incluidos los de un pueblo convertido en sociedad coral local uniformada con los colores de la enseña patria, y los movimientos y gestos determinados por el detallista Daniel Slater poseen aquella elocuencia que nos transmite de inmediato el carácter y hasta la biografía de cada personaje. Los jóvenes enamorados que se revelan contra la avaricia de sus parientes tanto como contra el sistema visten informalmente: vaqueros y cuero; a primera vista se reconoce en Micha al trepador mafioso, y en Kru?ina y Ludmila la tópica obtusidad campesina. El abrazo entre Ma?enka y Jeník en el punto más agrio de su discusión constituye la muestra más conspicua de la inteligencia con que se maneja el lenguaje visual en este montaje.
Como ya viene siendo tradicional en Les Arts, el reparto fue joven y competente. La soprano eslovena Sabina Cvilak se distinguió por su bello timbre y musicalidad, el tenor checo Ale? Briscein por su lirismo, el catalán Vicenç Esteve por la calidad técnica con que compuso al hermano tartamudo. Con el centro mejor colocado que el grave pero siempre poderoso, el bajo ruso Vladimir Matorin ajustó su Kecal al planteamiento global de la obra. Y todos los papeles secundarios estuvieron más que suficientemente servidos.
El coro de Francisco Perales se implicó a fondo en la historia, y no sólo vocalmente. La orquesta respondió con brillantez a la dirección de Tomá? Netopil, tan vigorosa como la de Las bodas de Fígaro de hace dos años y la del Così fan tutte de hace uno, pero esta vez plenamente idiomática."


Aquí tenéis el enlace::

http://www.levante-emv.com/cultura/2010 ... 83048.html

me han comentado que esta muy bien esta opera

asi qu VALENCIANOS y creyentes que podeis ir ,NO OS LA PERDAIS


LOCALIDADES DE SOBRA

NO LAS HAY para TRAVIATA

Sé que lo que voy a decir me puede causar enemistades pero no me puedo ni quiero callármelo. Primero, me parece una falta de tacto y educación hacer una "crónica" por muy escueta que sea, de un ensayo general. Es simplemente fuera de tono e inoportuno.
Segundo, decir que La novia vendida no es lo mejor del repertório, es carecer de critério musical, ya que trata de una obra maestra de Smetana. Puede gustar más o menos, pero de allí a decir que no es lo mejor del repertório...
Un poco de respeto, tanto a un ensayo general, por el cual no se paga un duro para asistirlo y que sigue siendo un trabajo inacabado del que jamás se debería emitir ningún juicio, como a la obra maestra que es La novia vendida. Creo que no vendría a mal en un foro operístico digno como éste.

Pues yo sinceramente no veo que el autor de la crónica ahya emitido ningún juicio.

Si todo esto no es emitir juicio, ya me dirás.

Solo sobre aquello que no es susceptible de cambiar de un ensayo general a la representación: un cantante puede reservarse y cantar a medio gas, pero la dirección escénica por fuerza habrá de ser casi la misma que en el estreno.

Señor Ugonotte, ¿cuál es el problema? Si digo que esta obra no es lo mejor del repertorio lo que digo es que no es Rigoletto o Tristán, pero no que sea mediocre ni nada parecido.

En cuanto a que se trata de un ensayo, me parece que he andado con suficiente tacto a la hora de hablar de lo único que en un ensayo general puede ser diferente: los cantantes. Todos cantaron a voz, y de (casi) todos por cierto hablo bien. De hecho mi mensaje era fundamentalmente para animar al personal a acudir al Palau a ver esta buena música en esta buena producción, no precisamente para lo contrario.

Vuelvo a repetir: ¿cuál es el problema?

Déjeme que lo adivine: es usted amigo de ese cantante del que digo que no prefiero hablar porque hace tiempo que perdió la voz, y cuyo nombre he tenido el cuidado de omitir. Eso debe de ser lo que le pica, porque no hay otra cosa que le puede molestar lo más mínimo en mi texto, y usted, desde luego, se ve muy irritado. A lo mejor no soy yo el que falta el respeto, sino esa persona que lleva años cantando habiendo perdido las facultades para ello pero, eso sí, cobrando por salir al escenario. Eso sí que es, señor mío, faltar al respeto... al público.