Ayer por la mañana no tenía entradas para asistir a este 1º acto de la Walkyria que iba a ofrecer la orquesta Sinfónica de la Radio de Berlin con Marek Janowsky a la dirección. Además, viendo el reparto, no sabía si realmente merecía la pena desgañitarme por conseguir una entrada (estaban todas agotadas) para ver a Dean Smith y a dos cantantes, que para mí eran absolutamente desconocidos. Pero gracias a Dios, tuve la gran fortuna de conseguirla, y vivir uno de los actos más apasionantes de mi vida.
Señalar que durante la primera parte del programa del concierto, se tocó el poema sinfónico "Muerte y Transfiguración" de Richard Strauss que resultó una gozada, y un tentempié hasta este primer acto de la ópera wagneriana.
Por fortuna, y viendo que a pesar de que las entradas estaban agotadas, en butaca la cosa estaba bastante libre, pude meterme a la fila 9 de butaca nada menos que con Doña Naietta, que siempre es un gran honor estar cerca de ella.
Yo personalmente no me esperaba una gran ejecución vocal porparte de los artistas, e iba con la intención de escuchar la maravilloa dirección y una orquesta que era toda una sorpresa. Pero ahí es nada, porque resultó ser una velada absolutamente extraordinaria.
No me voy a poner a criticar a los cantantes, porque todos sabemos las limitaciones que tiene Robert Dean Smith, mas que la Ricarda Merbeth es una sopran lírica que canta Donna Annas, Paminas y no tiene graves (este papel no es para esta mujer, en absoluto).
Pero ahí es nada, porque ayer tuvieron algo que vale mucho más que la técnica más perfecta: una entrega abrumadora. Surgió una magia sobre el escenario que hacía tiempo que no veía: seguramente impulsado por Robert Dean Smith, que estuvo arrollador, con grandísimos momentos, grandes frases líricas, matices, un segundo wälse muy considerable y unas inflexiones en el texto que vamos... me quito el sombrero ante el Siegmund de este señor, que hoy por hoy, me resulta el más convincente. La forma en la salió a escena, a darlo todo, sin partitura, interpretando el papel a pesar de ser versión concierto. Una gozada.
Seguramente, gracias a Dean Smith, la joven Ricarda Merbeth se contagió, y aunque fue lo más flojo del acto, poco a poco fue se fue creciendo y aquello terminó en una apoteosis. Creo que debería considerarse seriamente si seguir con papeles de peso, sobretodo porque el centro de voz de la Sieglinde le pilla demasiado grave, y esta mujer no tiene graves.
Otra gran sorpresa fue el Hunding de Martin Snell (¿dónde ostias se mete este hombre?), un fabuloso villano wagneriano, que cantó toda su parte desde la parte trasera del escenario. Una absoluta gozada. Matizador de cada frase, y con un volumen y un color arrollador. De engolado nada, tenía una verdadera voz de bajo, y para colmo, se creció y se permitió frasear (cosa que no es muy común en los Hunding, porque es un papel enano que no se le da la importancia que tiene). Habrá que seguirle más de cerca a este hombre.
Y el otro gran triunfador aparte de Dean Smith, fue el señor Marek Janowsky, con un conocimiento de la obra y una musicalidad fantástica, que supo sacar todo el jugo a este primer acto, acompañar a los cantantes, y hacer una OBRA MAESTRA. Y lo digo desde el orgullo de que me conozco el 1º acto de la Walkyria de memoria orquestalmente, y el hombre supo hacer magia con esa maravilla de orquesta.
En definitiva, una grandísima velada; y para colmo, la presencia de Naietta, MarttiT y nuestro Werther, nada desdeñable.
¡¡Por mí, pueden venir todas las veces que quieran estos señores!!
P.D.: Naietta es testigo, que tras emocionarme en el final del 1º acto, no pude contener un Bravo desgarrador cuando terminó. Estoy seguro, que MarttiT (que andará ya mayor de reflejos) no me adelantó en el braveo.
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