criatura escribió:
Esta tarde ha cantado José Ferrero, pero para hacerse cargo del resto (salvo la del 2º cast, obviamente) han llamado a Alejandro Roy.
Con las expectativas tan bajas con las que iba a ver la Tosca (las críticas en prensa del estreno fueron cualquier cosa menos agradables de leer) debo decir que me llevé una grata sorpresa y salí razonablemente contento. Tuvimos la suerte del cambio de tenor y, para mi gusto, fue lo mejor de la noche. Quizás tiene una voz con excesivo vibrato (o vibrato stretto, como le dicen), pero por lo menos cantó con gusto y sacó adelante el papel (recuerdo que es el tenor del segundo reparto y, al parecer, ayer todavía no habían ni hecho el ensayo general de ese reparto). Tal vez tendrían que haberle dado la oportunidad de cantar el resto de funciones como primer reparto y no poner a otro sustituto (aunque cantar dos días seguidos el Cavaradossi, viernes y sábado, puede que sea demasiado). El público pecamos, creo yo, de vergüenza y no nos atrevimos a agradecerle el adiós a la vida por aquello de no parara el continuum musical.
Papian estuvo en la línea de lo esperado: ni fú ni fá... pero... al menos (a pesar de su mejorable sentido del legato) logró dejar una impresión grata al sector del público que la braveó en su Vissi d'arte. Eso sí, podría currarse un poquito la pronunciación.
Pons tuvo la suerte de que Scarpia se muere en el segundo acto. Llegó al final con síntomas evidentes de cansancio (una pena) y estuvo algo falto de presencia vocal. En cualquier caso estuvo correcto y le echó ganas al papel.
La orquesta ayer estuvo especialmente floja. Ya no por la falta de punch que apunta mitchum (que también) sino por evidentes desajustes y problemas de afinación en las cuerdas. Les hemos escuchado en noches mejores.
La escenografía y puesta en escena sorprendentemente bien. Desde luego, aun dentro de lo tradicional, ni se vio cutre ni se vio vieja. Estuvo especialmente bien el primer acto. Lo único que, para mi gusto sobró fue las excesivas subidas y bajadas de escaleras de Mario en el primer acto y la luz estroboscópica del final.
En resumen: no es la función de mi vida pero salí contento del teatro. Sin duda mucho mejor que la última Tosca de hace 7 años.