Hola a tod@s,
He aquí mi primera crónica, espero hacerlo medianamente bien.
Intro
El viernes pasado estuve en la Bayerische Staatsoper para ver lo que iba a ser una representación mediática de La Traviata: Angela Gheorghiu, Jonas Kaufmann y Simon Keenlyside. Pero me quedé sin Violetta. Gheorghiu canceló después de la representación del martes por "enfermedad" (y lo entrecomillo porque una ya no sabe qué creerse). Después de esta foto de la representación de ese día cuando estaba muriéndose en el último acto, yo creo que es que pilló frío:
Total, que desde la Bayerische me enviaron un correo diciendo que la sustituía Harteros pero cuando llegué allí me encontré con que no, con que era Myrtó Papatanasiu, a la que no tenía el placer de conocer. Y parece ser que para la representación de este lunes cambiaron de Violetta otra vez. Un no parar, vamos.
Expectativas previas
Creo que es importantes tenerlas en cuenta para entender la crónica.
- Papatanasiu: me enteré de que era ella poco antes de empezar la ópera y no la había escuchado nunca. Así que ningún tipo de expectativa, ni me dio tiempo.
- Kaufmann: para mí, la incógnita de la noche. Le conocí a través de su disco de lieder, y reconozco que ahí me gusta (Traum durch die Dämmerung o Morgen con su voz tienen su punto). Pero aunque soy bastante abierta en cuanto a voces, es decir, le doy a todo el mundo una oportunidad aunque por su color de voz pueda no ser el a priori adecuado para un papel o el que mi cabeza tiene identificado como tal después de otras audiciones, hay veces que me choca su voz para determinadas cosas. Luego está el tema de la burbuja. Me explico. Al escuchar algunas retransmisiones hechas por radio muchas veces he tenido la impresión de que era como si cantara desde dentro de algo, la voz no llega clara. Así que iba a ver con qué me encontraba en el directo.
- Keenlyside: expectativas altas. Era su estreno en el papel (fue el martes anterior, pero bueno) y tenía curiosidad.
La representación - Papeles principales
Violetta/Papatanasiu:
Voz: no me terminó de convencer. Le reconozco el mérito de llegar horas antes a cantar, pero es que después del berrido desafinado y a destiempo que soltó al final del
Un di felice con Kaufmann ya le puse la cruz. Mi acompañante, que no sabe de ópera, giró la cabeza en ese momento y me miró con cara de susto de "esto no era así, verdad?". Mejoró algo en el resto de actos, pero hubo agudos demasiado estridentes y problema con las dificultades técnicas del final del 1er Acto. Y por momentos no entendía lo que decía.
Actuación: mejor aquí, aunque me faltó transmisión en muchos momentos. Nos quedamos todos bastante fresquitos después del
Addio del passato y eso no suele pasar.
Resultado: para mi gusto, ovación exagerada por parte del público. Me quedé desconcertada por su respuesta porque no fue para tanto ni de lejos. Y en Munich cuando hay que abuchear no se suelen cortar. Supongo que reconocieron el mérito de la doble sustitución a última hora.
Alfredo/Kaufmann:
Voz: la sorpresa y me explico. No burbuja, voz fuerte, sana y sin signos de “se queda sin voz en 2 años”, llegando claramente al público y agudos sin dificultad y sin forzar (el final de la cabaletta por ejemplo). Facilidad para hacer los distintos matices y los cambios entre ellos, pianos dulces y audibles (el principio del Parigi o Cara, por ejemplo, muy bonito) y fuertes ni estridentes ni duros. Y una voz menos oscura de lo que se puede llegar a escuchar en grabaciones o retransmisiones, con más brillo. Siempre he tendido a pensar que, en general, la voz en las grabaciones suele estar mejor que en directo (apaños y esas cosas) y en este caso ha sido todo lo contrario. Mucho mejor en directo. Y tiene su mérito cantar totalmente tumbado boca arriba o balanceándose en un columpio que colgaba del techo del escenario, dándote impulso durante todo el
De miei bollenti spiriti sin que se te corte la voz ni se te vaya alguna nota aunque sea un poquito ni se note nada raro en la respiración o el fraseo (que es lo que yo esperaba, la verdad, que por algún lado se le fuera, porque era complicado). Vamos, con dominio. Se le entiende bastante bien cuando canta. Eso si, las r!!! Y lo peor es que en una misma palabra repetida dos veces prácticamente seguidas una vez pronunciara la r suave bien y la siguiente en modo alemán on. Falta de concentración, vicio, o yo qué sé qué.
Actuación: Muy bien. Inteligente, en su sitio, sin más dosis de protagonismo de la que le corresponde por las características del papel pero dándolo todo sobre el escenario y captando la atención del público sin aspavientos, haciendo un Alfredo totalmente creíble con la imagen de niñato bastante frío que se quería dar.
Resultado: A mi me ha ganado en el directo. Ovación muy merecida. Comparando con la retransmisión desde la ROH con Netrebko que había escuchado, estuvo mucho mejor en Munich.
Germont/Keenlyside:
Voz: Estupendo, aquí no esperaba sorpresas. Me encantó, a mí y a toda la Bayerische Staatsoper. En el
Di Provenza se llevó la ovación de la noche. Lo abordó todo sin problemas, correcto y brillante.
Actuación: Muy bien. La flema británica le quedaba estupendamente al papel de padre de Alfredo. Eso si, fue muy gracioso porque en su aparición en escena llegó medio renqueante con un bastón y conforme avanzaba el segundo acto cada vez estaba más ágil, tanto que mientras ella cantaba el
Dite alla giovine, Keenlyside tenía una agilidad sobre el escenario que ni bastón ni historias.
Resultado: Muy bien. Gran ovación merecidísima. Me encantó.
Dirección Musical y Producción
La directora era Keri-Lynn Wilson. No me acabó de gustar. Me faltó Verdi en muchos sitios, me sobraron no-Verdi en otros, hubo momentos musicales que no entendí en cuanto a cambios de ritmo y dinámicas repentinos, otros musicalmente planitos, otros de descoordinación coro-orquesta, el principio del primer acto o del último no me llegaron… Y creo que un poquito más de consideración con los cantantes tampoco habría venido mal por temas de fortísimos súbitos que eso no hay quien lo sobrepase ni con megáfono.
En cuanto a la puesta en escena, por el vestuario, ambientada en los años 20. Escenario sencillo y moderno. Me gustó bastante, aunque parece que a los locales no tanto. Considero que una puesta en escena distinta y moderna es totalmente válida si aporta a la historia, es creíble y no traspasa los límites del buen gusto o se hace solamente para provocar escándalo y generar noticia como pasa de vez en cuando. Este no era el caso ni mucho menos. Eso si, más frialdad de la acostumbrada. Aquí no había un Alfredo babeante por Violetta, por ejemplo. Eso sí que puede chocar algo más. Que en la escena inicial de la fiesta, en vez de vérsele con las hormonas disparadas detrás de Violetta estaba tan feliz bailando una conga y luego haciendo "el breikindans" y "el crusaito" con una copa en la mano. Igual cuando ella se está muriendo, me faltaba drama, y todo no por los cantantes, sino por distribución en el escenario y cosas así. Supongo que es a lo que una está acostumbrada.
Otros:
Salí de la ópera a eso de las 22:10-15. Para llegar al hotel tenía que pasar por el lateral y me encontré con la acera taponada por gente esperando a ver si salían los cantantes. Una es cotilla, y ya que estaba allí, me quedé.
Mientras esperaba hablé con parte de la gente que había allí. Algunos eran de París y los alemanes allí presentes les preguntaron por Mortier con cierta sorna. Contestaron que estaban aliviados porque la gestión que había hecho allí, tanto económica como musical, no había gustado. Comentaron que habían oido que se iba a España, a Barcelona. Ahí salí yo a corregir y dije que no, que al Teatro Real, a Madrid. Y poco menos que me dieron el pésame. :S Luego también hablaron un poco de Domingo y del Cyrano que había hecho en París, que les había gustado mucho.
Al ratito salió Kaufmann. Estuvo firmando, charlando, haciéndose fotos y atendiendo a toda la gente que esperaba en x idiomas distintos, muy amable y muy simpático. La verdad a mi me estaba dando penita, porque se le veía muy cansado. Le pedí que me firmara el programa, y le pregunté si tenía previsto ir a España próximamente. Me contestó que no tenía nada de ópera, pero que estaban hablando para una serie de recitales de lieder para Septiembre aunque sin confirmar (le habría preguntado de qué año y en qué ciudad si no fuera por las señoras de cierta edad allí presentes, que ríete tú de las fans quinceañeras de Hannah Montana y los Jonas Brothers juntas, eso es empujar y lo demás son tonterías… y para pedirle si podían darle 2 besos… ).
The End
Me ha quedado una crónica bastante larga, pero espero que os haya gustado.